Sebastián Piñera: “A los gobiernos no se les debe juzgar por cuántas leyes mandan, sino por mejorar la calidad de vida de sus compatriotas”

El Mandatario sale al paso de las críticas por la sequía legislativa y anuncia el pronto envío de una batería de proyectos de ley. Y aunque distingue a sectores de la oposición que tienen “una genuina y auténtica voluntad de colaborar”, acusa que hay otros grupos “en el camino de la obstrucción”.

“Ahora estamos preparados”, dice el Presidente Sebastián Piñera, quien esta semana salió a enfrentar a esa oposición que -según señala- “está con la política de negar la sal y el agua”. El mensaje tiene un objetivo: anunciar que en las próximas semanas va a poner en marcha el programa de gobierno y enviará al Congreso una batería de proyectos, entre los que él mismo destaca las reformas al sistema de pensiones y de isapres, la salacuna universal y la modernización del sistema tributario, entre otros.

Se podría haber pensado que la preparación de su segundo mandato estaba muy avanzada. Sin embargo, ha sido una queja recurrente de la oposición la llamada sequía legislativa…

Algunos creen que los países avanzan solo con leyes. Las leyes son importantes, pero también es importante la actitud, la voluntad, la calidad de gestión del gobierno, de los poderes del Estado y de la sociedad civil. Esto de la sequía legislativa es un invento del Partido Socialista.

¿Del Partido Socialista?

Sí, ellos son los que han establecido este criterio de la sequía legislativa. Antes se hablaba del frenesí legislativo, ahora se habla de la sequía legislativa. Le quiero decir que durante estos primeros tres meses hemos presentado 21 iniciativas legislativas, 17 proyectos de ley y hemos establecido 45 urgencias legislativas. También le digo que hemos tenido una dificultad con el Congreso, porque las urgencias que el gobierno pone para que estos proyectos se tramiten en el Congreso no están siendo debidamente respetadas.

¿Cómo ve al conjunto de la oposición?

Quiero ser muy justo: creo que hay distintos sectores de la oposición. Hay una parte de la oposición que optó por un camino de mucha dureza. No sé si va a cambiar o no, pero hasta el momento lo que están haciendo es negar la sal y el agua. Están frenando la agenda legislativa, abusando de instrumentos como las interpelaciones y las acusaciones constitucionales, llevando todo lo que pueden llevar a la Contraloría, con o sin razón. Ese no es el camino de colaboración. Es un camino más bien de obstrucción. Pero hay otra parte de la oposición, que creo que está con una genuina y auténtica voluntad de colaborar desde sus propios puntos de vista, como es natural. Y yo eso lo aprecio y lo agradezco mucho.

¿Por qué razones los proyectos no estaban listos al momento de empezar el gobierno?

Una de las cosas que uno aprende como Presidente es que antes de enviar un proyecto de ley usted tiene que conversarlo, discutirlo, recibir opiniones, visiones distintas, para no cometer errores en la legislación. Por ejemplo, recuerdo que el gobierno anterior envió muy pronto la reforma tributaria del ministro Alberto Arenas, que era una reforma que estaba tan mal pensada que tuvo que ser rectificada dos veces por el propio gobierno. A los gobiernos no se les debe juzgar por cuántas leyes mandan, sino por mejorar la calidad de vida de sus compatriotas. Estoy seguro que Chile está mucho mejor hoy que el 11 de marzo de este año. Creo que tomarse tres meses para analizar en profundidad, recogiendo toda la información que estaba en el gobierno, a la cual nosotros no teníamos acceso desde la oposición, escuchar a los nuevos ministros, a los nuevos subsecretarios, escuchar a muchas partes es absolutamente prudente y necesario. Ahora estamos preparados.

¿Y cuáles son esos proyectos?

Le voy a mencionar los más importantes para no aburrirla: la modernización de Carabineros, indispensable para poder combatir con eficacia la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado. Vamos a privilegiar el trabajo preventivo en la calle. En estos primeros 90 días, 2.600 carabineros que estaban cumpliendo labores administrativas ya están en la calle protegiendo y cuidando a los chilenos. Además, les vamos a entregar herramientas e instrumentos como el sistema táctico de operación policial y el banco único de datos compartidos por todas las organizaciones que combaten la delincuencia. A eso se suma la ley que combate las conductas antisociales. Esto supone dos cosas: tipificar como delito conductas que antes eran consideradas faltas, pero que provocaban graves problemas, como -por ejemplo- el consumo de alcohol en la calle, los rayados, los grafitis, la destrucción de inmobiliario o equipamiento en las plazas o parques públicos, etc. Le anticipo también que vamos a enviar el proyecto que establece la salacuna y la educación preescolar universal y gratuita para todos los niños de Chile; el proyecto de ley que crea el Ministerio de Familia y de Desarrollo Social; el proyecto que permite el trabajo a distancia; el proyecto que mejora las pensiones de los chilenos, pero con prioridad y preocupación especial por las mujeres, los más pobres y la clase media. Vamos a enviar el proyecto que moderniza el sistema de isapres, terminando con las preexistencias y estableciendo una forma más equitativa de distribuir el costo de la maternidad y de la tercera edad; el proyecto de modernización tributaria, que implica simplificar el sistema para que sea entendible para los seres humanos comunes y corrientes, y terminar con la arbitrariedad y discrecionalidad del Servicio de Impuestos Internos. Ahí tiene usted proyectos de ley que van a ir al Congreso en los próximos días y semanas.

La oposición se queja de la sequía legislativa y en su sector hay incomodidad con algunas de sus decisiones, como el hecho de abrir la puerta a la adopción homoparental o no haber bajado los impuestos a las empresas como lo había anunciado su ministro de Hacienda…

Se estaba estudiando. Pero como la situación de política fiscal era mucho peor de lo que el gobierno anterior había reconocido, pienso que era prudente y responsable no insistir en la rebaja de impuestos a las empresas, pero sí insistir en simplificar el sistema tributario, en integrarlo y crear incentivos a la inversión, a la innovación, al emprendimiento, a la creación de riquezas y de empleos, que es lo que va a estar contenido en nuestro proyecto de modernización tributaria. Y respecto del tema de adopción, este tema está totalmente tergiversado por los intereses de minorías. El objetivo de la ley de adopción que ya enviamos al Congreso y que el Parlamento todavía no quiere discutir, primero es reducir a un tercio los plazos de adopción; segundo, establecer criterios para que el interés superior del niño esté por encima de cualquier otro interés, y que esté, en la medida de lo posible, el rol del padre y el rol de la madre. Y tercero, que tengan estabilidad, para que lo que están prometiendo dure no un día o un mes, sino que acompañe al niño a lo largo de toda su vida. Eso es lo importante. Sin embargo, la discusión se centra en solo una cosa, si las parejas homosexuales tienen o no derecho a adoptar. Vamos a proteger el interés del niño, pero no vamos a discriminar a ninguna pareja. Los que cumplan mejor los criterios que fija la ley van a ser los que van a adoptar a los niños.

¿Sean o no homosexuales?

Pero cumpliendo esos criterios. No queremos discriminar a nadie, lo que queremos es defender el interés del niño. Yo pienso que al niño hay que tratar de devolverle lo que perdió. Y qué perdió el niño: una familia, y esa familia tenía padre y madre.

El punto es que usted está disponible para avanzar en ciertos temas, en proyectos en los que no necesariamente todo su sector está de acuerdo. ¿Eso es correcto?

Chile Vamos no es un regimiento o un convento en que todos pensamos igual, pero como Presidente de todos los chilenos tengo que pensar en lo que es mejor para Chile y para todos los chilenos, ese es mi norte, y no me voy a desviar de ese criterio porque haya ruidos, críticas o posiciones divergentes.

¿Cuán importante para usted es entregarle la banda a alguien de su sector?

Muy importante, por una razón muy simple. Este cambio que estamos proponiendo, de transformar a Chile en un país desarrollado y sin pobreza, no se va a lograr en cuatro años, requiere una mayor proyección en el tiempo. Pero en último término, en una democracia, los que resuelven eso son los ciudadanos.

¿Consideraría una derrota personal si no logra hacerlo en cuatro años más?

Por supuesto. Lo que un Presidente tiene que hacer, en primer lugar, es gobernar para todos los chilenos y con políticas públicas que mejoren la calidad de vida de todos los chilenos. Esa es mi prioridad. Por supuesto, tiene que buscar proyectar su obra en el tiempo y por eso es muy importante que el próximo Presidente continúe con las políticas que estamos implementando.

¿A usted le parece que defiende el ideario de la centroderecha?

Le voy a decir en qué creo. Creo en la libertad de todos, en la justicia, la igualdad de oportunidades, la derrota de la pobreza. Creo en la democracia y el respeto a los derechos humanos, en la protección del medioambiente y la naturaleza. Creo en una sociedad solidaria que se preocupa no solo de lo que le pasa a cada persona y a su entorno, sino que se preocupa de su comunidad. Creo en el desarrollo económico. Esas son las cosas en las cuales creo, además de que creo en Dios y creo en la familia, esas son mis creencias y mis principios, y esas creencias y principios por supuesto que orientan la acción, mi acción como Presidente de todos los chilenos.

Y ese es el relato que algunos dicen que le ha sido tan esquivo en su gobierno…

Las prioridades de nuestro gobierno son las prioridades y las preocupaciones de los chilenos, y por eso es que hemos estado tan comprometidos con temas que para los chilenos son muy importantes, aunque no sean importantes para los columnistas, los académicos o para los opinólogos. Ahí está nuestro relato. El iniciar un nuevo trato con nuestros niños, con nuestros adultos mayores y nuestra clase media.

¿Es parte de su interés que su coalición se amplíe hacia sectores nuevos?

Uno busca ir ampliando la base de apoyo al gobierno y, por tanto, todos los que compartan esta visión, estos principios y esta misión a cumplir, es cierto, son bienvenidos en nuestro gobierno y en nuestra coalición

¿Sigue mirando a la DC?

La DC está en busca de su destino. Lo han dicho ellos mismos. Saben lo que no quieren: formar parte otra vez de una Nueva Mayoría que condujo al país por el mal camino y que generó tanta frustración, estancamiento y sufrimiento a los chilenos. Pero no saben todavía hacia dónde quieren ir. Y, por tanto, yo espero que logren resolver esa disyuntiva lo antes posible.

¿Sabía usted que el exministro Jorge Burgos iba a tomar la defensa del ministro Santelices en la acusación constitucional?

Lo supe cuando se le propuso y cuando él aceptó.

¿Y no le parece que eso era contraproducente en la relación de su gobierno con la DC?

Me parece que esa incomodidad no tiene ningún fundamento. Porque que dos personas, abogados, tomen la defensa de un caso que ellos creían que era un caso justo, y por tanto están defendiendo no solo al ministro Santelices, sino que están defendiendo la correcta aplicación de nuestras leyes y nuestra institucionalidad, es perfectamente legítimo. Eso nunca pretendió cooptar a nadie. A mí lo que me parece sorprendente es que algunos sectores de la DC que habían dicho que iban a rechazar la acusación solamente porque los abogados defensores eran militantes de su partido, insinuaron que iban a cambiar su posición, eso no es coherente.

Había un efecto político, este no era un juicio cualquiera en tribunales…

Por supuesto. Pero no todo en la vida se tiene que juzgar con el criterio político estrecho. Lo que dijo el propio Burgos, el propio Correa, fue que ellos lo tomaron porque creían que la causa era justa, y porque querían defender el buen funcionamiento de la democracia y el estado de derecho

¿Y a usted no le parecería incómodo que un exministro suyo después tomara la defensa de un ministro de otra coalición?

Si cree que la causa es justa, que se está abusando de la institucionalidad a través de una acusación constitucional sin fundamento, me parecería perfectamente legítimo

¿Usted ve en este tipo de situaciones un paso en falso en su acercamientos con la DC?

La decisión de contratar a estas dos personas no tenía por intención cooptar a la DC. Se pensó que eran dos personas muy competentes, con mucha experiencia y que creían en la justicia de la causa y en la falta de fundamentos de la acusación.

“He aprendido de mis errores”

Presidente, ¿cómo ha cambiado su rutina en este segundo mandato?

No soy el mismo: he aprendido de la experiencia y también de los errores. No hay mejor escuela para ser Presidente que La Moneda, no hay mejor experiencia para ser un buen Presidente que haber sido Presidente. Porque uno aprende: no solo de los aciertos, sino que también de los errores. Estos primeros tres meses han sido trabajar y dormir. Me despierto muy temprano, llamo a los ministros no tan temprano como antes, pero los llamo. Porque todo lo que he acumulado en pensamiento durante la noche, se los transmito con sugerencias e instrucciones. Tipo 8 de la mañana tomo desayuno con mi mujer y me vengo a La Moneda. Me quedo hasta muy, muy tarde. Afortunadamente, mi mujer también está trabajando mucho. Así que, a veces, cruzamos estos pasillos secretos de La Moneda y nos juntamos durante el día. Porque nos vemos más en La Moneda que en la casa.

¿Qué tipo de errores usted no volvería a cometer tomando en cuenta la experiencia del gobierno pasado?

He aprendido a apreciar más el valor de la unidad, del diálogo, de escuchar, de la colaboración, de los acuerdos. Al fin y al cabo, un Presidente, más que imponer, tiene que convencer, liderar, motivar y entusiasmar.

Uno de sus cambios es que tiene exposición mediática. ¿Por qué eso es así?

Porque uno en la vida tiene que escoger sus batallas: no pelearlas todas. Especialmente cuando se es Presidente. Por eso, lo que he tratado de hacer es, en primer lugar, darles más espacios a los ministros, y en segundo lugar, concentrar las batallas en que me involucro personalmente, en aquellas que son las más importantes para Chile y los chilenos.

¿Volvería a protagonizar un episodio como el de Barrancones?

Presidentes intervienen muchas veces, pidiéndoles a los empresarios, a los trabajadores, a los funcionarios públicos, ciertas conductas, por ejemplo, recuerdo que durante el terremoto del año 2010 les pedí a los empresarios que cuidaran el empleo, que no recurrieran a los despidos como mecanismos de ajuste, y también en el caso particular de Barrancones, no interferí con la institucionalidad ambiental, lo que hice fue plantearle a la empresa lo que pensaba era un camino mejor, que en lugar de construir esa planta en ese lugar tan emblemático, lo construyera en un lugar menos vulnerable, y la empresa estuvo de acuerdo con la petición.

No se arrepiente, entonces, Presidente.

Mire, sí creo que hay que, si uno aprende a respetar más la institucionalidad, actuar más a través de las instituciones, y eso es algo que he aprendido durante mi primer periodo como Presidente.

Queda muy claro que usted les está dando más protagonismo a sus ministros y que esa es una decisión deliberada. ¿Cuáles han sido, a su juicio, errores no forzados de su gabinete?

Ha habido declaraciones imprudentes, innecesarias, que han generado mucho ruido de parte de algunos ministros y también de parte de algunos parlamentarios, pero dejando de lado el mundanal ruido, lo que Lagos llama las hojarascas, y viendo el cuadro general, creo que el gabinete está cumpliendo una gran labor. Los errores, imprudencias, los hablo con los ministros directamente y creo que ellos tienen una gran voluntad, capacidad e inteligencia, y creo que aprendieron de sus propios errores. También es cierto que ha habido otros ruidos, críticas de algunos parlamentarios, pero sumando y restando, quiero decir que aprecio, agradezco y valoro el apoyo leal, generoso y permanente que Chile Vamos le está entregando al gobierno. Algunos parlamentarios se quejan, son situaciones excepcionales, pero a mí lo que me preocupa es la naturaleza de la queja, porque la queja está básicamente asociada a que los cargos designados por el Presidente no eran exactamente lo que los parlamentarios querían, y les quiero decir que los criterios que seguimos para nombrar a los funcionarios públicos son cuatro: vocación de servicio público; capacidad y experiencia; compromiso con el programa de gobierno, y equilibrios entre los distintos sectores y partidos de Chile Vamos, pero dejando un espacio importante para los independientes. No vamos a caer en el cuoteo político, en poner a personas sin que tengan las capacidades, solamente por mérito partidario, porque eso lo hemos criticado siempre y le causa un tremendo daño a nuestro país.

“Quería más mujeres en mi gabinete… algunas dijeron que no”

¿Qué le parece que un senador oficialista diga que a una ministra suya haya que echarla a patadas?

Me provocó mucha indignación

¿Se lo hizo saber al senador? ¿Tomó contacto con él?

Dejémoslo en el ámbito privado.

Siempre hay imponderables en las agendas de los gobiernos. A usted se le apareció la ola feminista. ¿Cuál es su compromiso con las demandas que ellas han planteado? ¿Hasta dónde está disponible para avanzar?

En nuestro programa hay un firme compromiso con avanzar con decisión y velocidad hacia una sociedad en que hombres y mujeres tengamos los mismos derechos, la misma dignidad y, por esa razón, hemos avanzado en proyectos de ley como, por ejemplo, para compatibilizar mejor el mundo de la familia con el mundo del trabajo para hombres y mujeres en tolerancia cero frente a todo tipo de violencia, abuso, acoso, en facilitar también el acceso de la mujer en el mundo del trabajo, que puedan tener las mismas oportunidades de encontrar trabajo, y si están desarrollando el mismo trabajo, tengan la misma remuneración. Ese es el compromiso que está en nuestro programa de gobierno y que ha coincidido con algunas de las demandas del movimiento de las mujeres en Chile. Y yo creo que es una causa justa, que cuenta con nuestro total respaldo y que la vamos a impulsar con mucha decisión y voluntad.

Se arrepintió de su impasse con la presidenta de la Cámara o hubo exceso de seriedad al cuestionarlo…

No es ninguna ofensa para una mujer decirle que es bonita y también creo que cuando me refería a su dureza era porque ella se negó a integrar las comisiones de trabajo, de unidad a la cual fue invitada, y no ha colaborado con la agenda legislativa como presidenta de la Cámara, pero no hubo ninguna ofensa y hubo una afirmación respetuosa y franca.

¿No le parece que la paridad es un tema necesario en su gobierno?

Por supuesto que sí. En el pasado, en la antigüedad, la fuerza física era determinante y por eso el hombre tenía una situación de predominancia. Hoy día lo que importa es la fuerza de la voluntad, de la inteligencia, de la imaginación, de la creatividad, y en eso las mujeres tienen las mismas cualidades y talentos que los hombres, si no más. Y, por lo tanto, es una aspiración buscar una mayor integración de la mujer al mundo de lo público, al mundo del trabajo, la política, los cargos directivos, al mundo académico, pero también queremos una mayor integración del hombre al mundo de la familia. La corresponsabilidad parental en la crianza, en el cuidado de los niños. Son dos mundos en que tenemos que tener igualdad de participación, de derechos, de deberes y de dignidad. Y cuando lo logremos, y estamos avanzando hacia ello, vamos a salir favorecidos las mujeres y los hombres.

¿Por qué su gobierno no es paritario? ¿No encontró mujeres capaces?

No, el problema no es la capacidad de la mujer, definitivamente las mujeres son tan capaces como los hombres, de eso no tengo ninguna duda. Pero tal vez las mujeres muchas veces no están dispuestas, porque tienen otros proyectos de vida, otras prioridades, están en distintas etapas de sus vidas, a asumir cargos tan intensos, pero eso está cambiando, y por eso tenemos siete mujeres en el gabinete y yo espero que vayan aumentando.

¿Quería tener más mujeres y algunas le dijeron que no?

Sí, algunas no pudieron asumir la responsabilidad del cargo.

Hay cosas que no cambia en su estilo. Fue poco ortodoxo ver al Presidente de la República en un operativo de Carabineros. ¿Qué señal quiso dar?

La señal de que el Presidente está personalmente comprometido con la lucha contra la delincuencia. Creo que en el gobierno anterior no se notaba ese compromiso personal de la Presidenta, ni siquiera del ministro del Interior. Usted ve que ahora el ministro del Interior y el Presidente estamos personalmente involucrados, comprometidos y dirigiendo la lucha contra la delincuencia. Y espero que pronto dé frutos, que se note, que signifique mayor tranquilidad, mayor paz, mayor seguridad para las familias chilenas.

Es una batalla que en su mandato anterior quedó al debe…

En el mandato anterior hicimos una promesa que era imposible de cumplir y me arrepiento de eso, y aprendí de eso, pero veamos las cifras. Cuando llegamos al gobierno el índice de victimización -que es algo muy simple-, qué porcentaje de los hogares fue víctima de un delito el año anterior, era 30%. Cuando dejamos el gobierno lo habíamos bajado a un 22%. ¿Eso qué significa? Un millón de chilenas y chilenos se libraron de ser víctimas de la delincuencia gracias a esa labor más eficaz. El gobierno anterior lo hizo subir del 22% al 28%, es decir, retrocedió todo lo que habíamos avanzado. Y eso significó que cientos de miles de chilenos volvieron a ser víctimas de la delincuencia y, por tanto, los resultados objetivos fueron positivos, pero menos de lo que necesitamos, de lo que queremos. Y por eso la lucha contra la delincuencia y contra el narcotráfico va a ser sin tregua, sin cuartel, con toda la fuerza de la voluntad, con todo el rigor de la ley, sin ninguna debilidad, sin ninguna ambigüedad, y eso es lo que quisimos simbolizar cuando con el ministro del Interior asistimos al cuarto operativo preventivo de Carabineros, que se inició desde La Pintana, pero que se extendió a todas las regiones del país.

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