Salario mínimo: debate parlamentario lejos de las aspiraciones de las y los trabajadores

Por Lester Calderón/ Presidente Sindicato N° 1 fábrica de explosivos Orica Chile, Antofagasta

Luego de meses de discusión por el salario mínimo, y tras siete mesas de negociación con la CUT sin llegar a acuerdo, se aprobó la idea de legislar en la Cámara de Diputados, para luego ser aprobada en el Senado. Sin embargo, cuando retornó la discusión a Diputados, se rechazó, por lo que la próxima semana se decidirá su aprobación en comisión mixta. La derecha apuesta a cerrar su propuesta de salario mínimo, no obstante, el nudo central de la discusión será la plurianualidad del proyecto.

La primera propuesta del gobierno de Piñera sostenía un aumento de $7500 al salario mínimo. Con esta fórmula, el salario mínimo quedaría en $283.500 a partir del 1 de agosto y posteriormente se incrementaría entre un 3,5% y un 4,5% nominal anual dependiendo del crecimiento económico, particularmente sobre el crecimiento del PIB. Según el escenario proyectado por el Ministerio de Hacienda, el piso de crecimiento se establecería entre un 2% y un 4%, en ese escenario el reajuste sería de un 4,5% nominal anual; el proyecto consideraba reajustes superiores si el PIB crecía sobre el 4%, e inferiores si el PIB crecía bajo el 2%.

La defensa del proyecto de salario mínimo propuesto por el gobierno se basaba en una hipotética responsabilidad y cautela de los recursos públicos, argumentando que el gobierno anterior les heredó un déficit presupuestario fiscal a la administración actual. Asimismo, el gobierno informó que el reajuste plurianual aumentaría la informalidad hasta 37 mil personas, traería consecuencias negativas a la productividad, y reduciría el empleo asalariado entre 10 mil y 14 mil trabajadores. Aun así el propio gobierno admite que los asalariados en situación de pobreza disminuirían en un 5,4% en enero de 2018.

Desde la UDI, el senador Juan Antonio Coloma declaró en su momento que “es una propuesta razonable”, de igual forma lo hizo José Ruminot de RN, quien señaló que “no hay que caer en populismos, todos queremos el mayor incremento del salario mínimo, pero también queremos que los trabajadores estén formalizados”. Por último, el diputado UDI Patricio Melero apuntó que el aumento sería “una cifra realista a las capacidades que el país tiene”. Con estos argumentos la derecha llamaba a la oposición de la ex Nueva Mayoría y al Frente Amplio a no causar expectativas desmesuradas solo para causar daño al gobierno.

Desde la oposición, el DC Pablo Lorenzini declaraba que no aprobarían si la propuesta no partía de los $300.000; el PC Daniel Núñez declaró que no aprobarían el proyecto si el gobierno no llegaba a acuerdo con la Central Unitaria de Trabajadores; y a su vez la bancada del FA rechazó la propuesta del gobierno, ya que no se acerca al salario de $422.000 a 2024, abandonando así la pelea actual por conquistar un salario en base a la canasta familiar básica.

En conclusión, el gobierno tuvo que retroceder y enviar un proyecto que incluyera un aumento de $300.000 en marzo de 2019, y tendrá que renunciar a la plurianualidad del salario mínimo, o eso es lo que se espera para este lunes en debate de la comisión mixta, que el gobierno espera para utilizar o no el veto presidencial al proyecto.

Realismo versus realidad

Desde el gobierno se llama a las bancadas parlamentarias a votar con “realismo”, y bueno para observar la realidad, en primer lugar, tendríamos que diferenciar el salario mínimo nominal y real. Si la propuesta es de 4,5% nominal, si la economía crece desde el 2% al 4%, el salario real solo aumentaría en un 1,5% Según el informe de Fundación Sol “los verdaderos sueldos de Chile”, el 50% de los trabajadores en Chile ganan menos de $380.000 y 7 de cada 10 trabajadores menos de $550.000 líquidos, solo el 15,3% gana más de $850.000 líquidos; a su vez, con la propuesta del gobierno una gran mayoría de los trabajadores en Chile mantendrán un salario mínimo por debajo de la canasta familiar básica de $450.000.

Para debatir con los argumentos del gobierno y la bancada oficialista, según el gobierno aumentar el salario mínimo afectaría la contratación y la informalidad laboral, pero el estudio “Salario mínimo: historias, implicancias y conyuntura” demuestra que mientras los salarios han aumentado discretamente, las tasas de desempleo han caído en los últimos 8 años, por lo tanto, el argumento del gobierno, es más economía política al servicio de los empresarios, que realidad.

Otro de los argumentos utilizados por el gobierno, y en particular por el ministro del Trabajo, Nicolás Monkeberg, es que el salario mínimo lo pagarían en su mayoría las pequeñas empresas; un argumento no veraz, ya que casi el 50% de los trabajadores y trabajadoras que perciben el salario mínimo se encuentra trabajando en medianas y grandes empresas.

Las ganancias: lo que el gobierno de los empresarios y la derecha callan al discutir el salario mínimo

El año 2017 las ganancias de las empresas aumentaron en un 7,4%, y las ventas en un 9,4%. Este año las utilidades en el primer trimestre del 2018 fueron de 4,3% y las 515 empresas que entregaron balances a la comisión para el mercado financiero obtuvieron ganancias por US$6.290 millones. De esta manera, las ganancias empresariales aumentaron más que los salarios de los trabajadores en Chile, lo que significa que aun cuando los trabajadores obtengan un aumento del salario mínimo, en términos proporcionales o relacionales, los trabajadores obtienen una parte menor del total de la riqueza creada, mientras que los empresarios obtienen una parte mayor. Así vemos que los empresarios aumentan aceleradamente sus ganancias, a costa de disminuir el salario relativo de los trabajadores.

Sin ir más lejos, de las 665 empresas que reportaron sus resultados a la comisión para el mercado financiero el año 2017, son 20 empresas las que concentran el 49% del total de ganancias empresariales. ¿Qué empresas son?, Codelco, Banco de Chile (Luksic), Santander, Falabella (Familia Solari), Cencosud (Paulmann), Enel Américas, Enel generación, BCI (Yarur), SQM (Ponce Lerou), LQ inversiones financieras( Filial Quinqueño, Luksic), Empresas Juan Yarur, Consorcio financiero, Telefonica, CGE, Agrosuper (Familia Vial), Colbún, Arauco, Copec (Luksic) y Antar Chile (Angelini).

En definitiva, los ricos se hacen más ricos, los empresarios concentran sus ganancias y el salario de los y las trabajadoras disminuye; esto es lo que el gobierno no quiere discutir, para asegurar las ganancias empresariales.

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