De acuerdo al estudio de opinión pública «Latinobarómetro 2024: La Democracia Resiliente», que se construye en base a alrededor de 20.000 entrevistas realizadas en 18 países de América Latina, el apoyo a la democracia en América Latina se sitúa en el 52%, marcando un aumento de cuatro puntos porcentuales respecto a 2023.
Este es el mayor crecimiento registrado desde 2010, rompiendo una tendencia de deterioro que comenzó hace más de una década.
“El deterioro democrático visto desde 2010 hasta hoy 2024 se detiene, y se revierte. Las elecciones de 2024 terminan con la ola de alternancias, re-eligiendo al oficialismo en tres países. Se acaba el pesimismo económico con que salimos de la pandemia y se produce un récord de presión de expectativas sobre los gobiernos”, señala el estudio.
“La democracia se vuelve súbitamente resiliente en un grupo no menor de países. (…) Casi treinta años de mediciones desde 1995 con muchos altos y bajos, y malos períodos, no logran matar a las democracias como tantos auguran, ni tampoco declararlas desahuciadas”, añade el estudio de la Corporación Latinobarómetro, ONG cuya directora es la economista chilena Marta Lagos.
«El proceso de consolidación es simplemente lento, con avances y retrocesos, hay dos ámbitos centrales sobre los cuales hay que avanzar para llegar a la meta. Por una parte el
desmantelamiento de las desigualdades, por otra el desmantelamiento de los autoritarismos, siendo más fácil el primero que el segundo. Los partidos políticos están agotados, el parlamento extenuado como institución, el sistema judicial deslegitimado, la elites desacreditadas, se requiere que éstos respondan a las demandas. Sin embargo, las recientes elecciones en México, República Dominicana, Argentina muestran que la política puede dar vuelta los públicos a actitudes positivas. El liderazgo político hace la diferencia en la conducción de los pueblos hacia la democracia. Los pueblos quieren cambios que den solución a los problema», destaca.
desmantelamiento de las desigualdades, por otra el desmantelamiento de los autoritarismos, siendo más fácil el primero que el segundo. Los partidos políticos están agotados, el parlamento extenuado como institución, el sistema judicial deslegitimado, la elites desacreditadas, se requiere que éstos respondan a las demandas. Sin embargo, las recientes elecciones en México, República Dominicana, Argentina muestran que la política puede dar vuelta los públicos a actitudes positivas. El liderazgo político hace la diferencia en la conducción de los pueblos hacia la democracia. Los pueblos quieren cambios que den solución a los problema», destaca.
Para leer el estudio completo, pincha aquí