Sindicatos de entidades financieras se agrupan y hacen frente común ante los procesos de negociación colectiva que están en pleno desarrollo.
El tema de los servicios mínimos ha sido el punto neurálgico del conflicto laboral, donde los directivos de entidades como Banco Estado y Ripley han iniciado una ofensiva ante la Inspección del Trabajo para que se concrete el número de reemplazantes de emergencia solicitados en caso de huelga.
El sindicato de Banco Estado rechazó la semana pasada la propuesta de servicios mínimos de 1.662 trabajadores para casi todos los cargos.
Según los dirigentes de la entidad financiera, esto representa un incremento del 693% de los equipos de emergencia acordados históricamente . Los trabajadores también criticaron la medida de la empresa que considera abrir de todas formas 118 sucursales en caso de paralización, que representa el 30% del total nacional.
Durante la semana pasada varios personeros de Gobierno y del sector privado se manifestaron por servicios mínimos suficientes para asegurar la continuidad del sistema, servicio de caja, atención de call center, entre otros procesos.
Sin embargo, un reciente estudio realizado por la Confederación Nacional de Sindicatos de la Rama Bancaria (Conaban), demuestra que en huelgas anteriores, en ningún caso se cortó la denominada cadena de pagos, por el contrario, las compañías siguieron facturando positivamente y no arrojaron pérdidas.
La presidenta de Conaban, Gloria Soto, cuestionó las señales que se han observado por parte del Ejecutivo, Asociación de Bancos, Superintendencias y hasta el Banco Central por los servicios mínimos, quienes según la dirigenta, no tienen por qué representar intereses corporativos en caso de conflictos laborales.
“La banca no tiene pérdidas, sigue funcionando igual, aunque exista una huelga. Nosotros hicimos un estudio a partir de paralizaciones anteriores como en Banco Falabella, BCI y Scotiabank, siguen ganando y más de lo que había obtenido sin movilización, porque nunca se corta la cadena de pagos, para que ocurriera eso se tendría que negociar por rama, sin embargo en Chile eso no existe, no es así”, argumentó.
En tanto, el sindicato de Banco Ripley denunció igualmente un fuerte lobby que está desplegando el empresariado y diversos agentes del Estado para privar del derecho a huelga efectiva a los trabajadores bancarios, “por secretaría”, según advirtió el sindicato nacional. Esto, al conocer los servicios mínimos aprobados por la Dirección del Trabajo para la compañía financiera.
Denis Castro, presidente de la instancia sindical, indicó que la reciente resolución de la DT, proporciona vigilantes suficientes para que las 47 sucursales de la empresa atiendan público 12 horas continuas, incluso precisó, otorga más vigilantes de los que la propia entidad tiene contratados, un total de 94 en circunstancias que Banco Ripley solo tiene 87 vigilantes adscritos.
Castro expresó que a esto se suma la reciente resolución de la Dirección Regional del Trabajo Metropolitana Poniente, que garantiza a la empresa continuidad operacional a través de mecanismos tecnológicos. Una especie de “reemplazo electrónico”.
“La Asociación de Bancos y la superintendencia del ramo todo lo que hablan tiene que ver con cadena de pagos, pero eso incumbe a los convencionales, nosotros no tenemos nada de eso, por lo que no tenemos por qué abrir, no influimos en la cadena de pagos, no afectamos a los ciudadanos en ninguna parte”, detalló.
El presidente del sindicato Banco Ripley denunció que las entidades han ido contratando abogados que pasaron por las diferentes reparticiones de la Dirección del Trabajo o que son conocidos o afines a su máximo representante, Cristian Melis, para que determine una dotación de emergencia en beneficio de las compañías. “Estrategia para debilitar el movimiento”.
Para Eduardo Caamaño, profesor de Derecho del Trabajo de la Universidad Católica de Valparaíso, el tema de los servicios mínimos se ha distorsionado completamente, tomando como base lo que estipula la Organización Internacional del Trabajo al respecto. Incluso aseveró, en el sector bancario ni siquiera debería haber personal de emergencia.
“El problema es que la Reforma Laboral como no tuvo voluntad política para hacer una buena normativa y fortalecer el derecho a huelga, crea una especie de esperpento que son los servicios mínimos, que limita excesivamente el derecho a paralizar, incluso peor, antes el reemplazo venía de afuera, ahora los propios trabajadores se tienen que auto reemplazar, esto excede lo que la OIT entiende por servicios mínimos. En los países desarrollados no existen, jamás un banco pediría dotación de emergencia en caso de paro, ya que se entiende que la entidad no realiza actividad que ponga en riesgo la vida, salud y seguridad de la población”, subrayó.
Tanto Banco Estado como Banco Ripley tienen hasta fin de mes para llegar a un acuerdo con sus dirigentes laborales sobre la dotación de emergencia en caso de huelga. Un ítem que es nuevo dentro de la promulgada reforma al código del trabajo y que en caso de no llegar a un consenso, serán los tribunales quienes finalmente decidirán.
Procesos que además son seguidos con atención por parte de la industria financiera, ya que podría marcar precedente para el sector dentro de futuras negociaciones colectivas en la ya implementada reforma laboral.
Denos su opinión