Otro paso hacia la privatización de la salud pública tras compra de camas a clínicas. La oposición acusa millonario despilfarro

Una vez más el ministro de Salud Jaime Mañalich está en el ojo del huracán por privilegiar al sector privado en desmedro del público que se encuentra bajo su responsabilidad directa. La polémica se instaló después que el ministerio desembolsara 45 mil millones de pesos en comprar camas a clínicas privadas, con el propósito de atender el aumento de demanda en hospitales públicos.

La iniciativa surgió hace tres años, cuando el Minsal llamó a licitación a las clínicas para hacer frente a la alta demanda que se registra en algunas estaciones del año, aunque principalmente en invierno.

Esto porque cuando un paciente no encontraba cama en el hospital público, el ministerio debía comprar un cupo en alguna clínica y pagar directamente la atención. Sin embargo, con la licitación se genera un ahorro ya que el Estado compra dicha atención en volumen y por una cantidad de años.

Aunque otro de los casos que está dando vueltas es el hospital de Ñuñoa. Si bien el ministerio recibió en comodato en julio del año pasado el edificio que alberga las instalaciones del centro asistencial ñuñoino, destinándose una inversión de cinco mil millones de pesos para habilitar cinco pisos y dos subterráneos, que ocupan en total un espacio de 23 mil metros cuadrados, la opción de habilitar la clínica se volvió inviable después que la Municipalidad de Providencia otorgara los permisos de construcción del nuevo Hospital del Salvador, lo que permitiría a este último absorber las demandas sanitarias de la zona oriente de la capital.

Según el alcalde Pedro Sabat el presupuesto que falta para sacar adelante el hospital es de US$ 20 millones, «que viene siendo el 5% de lo que va a costar el Hospital del Salvador, y que va a estar listo en 10 años más».

 

¿Privatización?

 

Sin embargo, desde la oposición acusan de un paso más hacia la privatización de la salud pública de parte del ministro Mañalich.

Ante el tema, el senador Alejandro Navarro (MAS) dijo que «en vez de destinar los recursos a mejorar la salud pública, se le están pagando cifras millonarias al privado. Por ejemplo, una cama en el sistema público cuesta 150 mil pesos y ésta en el sistema privado vale más de 1 millón 200 mil pesos, es decir pagamos casi 5 veces más por la misma cama cuando esa cama se compra a un privado».

«Esto no es un negocio que se hace en función del sistema público, sino que en función de enriquecer a las clínicas privadas» , dijo el parlamentario, agregando que «este endeudamiento imposibilita poder mejorar el sistema y agudiza la crisis» .

El senador enfatizó que «Piñera ha transformado el tema en un negocio, donde no hay acceso a la salud, ya que no hay recursos; esto suma y sigue». Y reiteró: «Los diputados deben hacer su pega y acusar constitucionalmente a Mañalich, ya que no ha cumplido con rol de garante de la salud pública».

 

 

En octubre próximo la Cámara de Diputados citará al ministro Mañalich para que responda sobre este y otros casos. El principal motivo de la interpelación al titular de salud, es la falta de cumplimiento de la promesa del gobierno de construir 12 nuevos recintos hospitalarios.

El encargado de la interpelación es el diputado Víctor Torres (DC) y ante ello dijo que «uno de los temas más complejos en el manejo del ministro Mañalich es el incumplimiento efectivo de los compromisos en materia de infraestructura hospitalaria, donde en ningún caso se ha cumplido con los plazos comprometidos».

Además, el parlamentario -médico de profesión- detalló a Cambio21 que «hay problemas en la comuna de Coquimbo, Ovalle, Casablanca, San Antonio, Rancagua y otras. En la capital se prometieron recintos para La Florida y Maipú. Además hemos podido pesquisar problemas de gestión hospitalaria con objeciones importantes en la Contraloría en materia de compra y cotización de medicamentos y servicios, entre otras áreas».

Para el integrante de la comisión de Salud de la Cámara, el problema de fondo es ideológico, porque tiene que ver con una forma de hacer gestión que pone los intereses de los privados por sobre la salud pública.

«Hemos visto como cada vez básicamente lo que se hace es ideológicamente hablando, tratar de privilegiar al mundo privado, lo que se demuestra con una política de no traspasar más recursos a la salud pública y hacer todo a través de la salud privada. Así se explica la práctica de comprar servicios en vez de construir los hospitales que prometió, lo que ha sido nefasto para la salud pública», sentenció.

 

Fuente: www.cambio21.cl

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