¿Hay un trasfondo político detrás de las fallas de Metro?

Por Angela Barraza Risso/ El Ciudadano

Este lunes , la Línea 4 de Metro ha presentado una nueva falla en el servicio. A las 7:20 comenzó el desperfecto que afectó a los pasajeros que se dirigían con dirección Vicente Valdés, desde las estaciones Rojas Magallanes y Macúl. Según lo informado por el responsable de Metro, este problema se debió a “una alteración en el pilotaje automático”. El desajuste se superó a eso de las 8:20 de la mañana.

Más allá de las explicaciones que pueda dar el gobierno, o la gerencia de Metro; más allá del reconocimiento de los errores y de la renuncia de Aldo González -quien logró permanecer en su cargo apenas durante siete meses como presidente del directorio de Metro S.A.- el problema del transporte en Santiago está lejos de solucionarse.

¿Cuál es el resumen de la historia?

El día viernes, producto de un fallo eléctrico, colapsaron las líneas 1, 2 y 5 del Metro. Fueron más de 500.000 los pasajeros afectados y toda la ciudad vio trastornada su posibilidad de desplazamiento, producto del aumento de máquinas y de gente en las calles, que volvieron el tránsito algo imposible. Todo este fallo sucedió días después del anuncio de la construcción e implementación de nuevas líneas del transporte, para mejorar la cobertura y descongestionar nuestro actual sistema de Metro. Eso está muy bien, sin embargo, sorprendió que la Presidenta anunciara que se estaba intencionando la concesión de estos nuevos servicios.

El 5 de noviembre, Bachelet indicaba lo siguiente: “Quiero anunciar que le he pedido al directorio de Metro que inicie los estudios para que en esta administración pueda comenzar la ejecución de una nueva línea, y hemos solicitado que el estudio de esta nueva línea, La Línea 7 digamos, contemple, bajo el liderazgo de Metro, la utilización del mecanismo de concesiones”.

Además, habló de otros proyectos de transporte para beneficiar a las regiones de Antofagasta, Valparaíso yBío-Bío.

Este nuevo formato de “concesionar el Metro” generó diversas reacciones que fueron, desde las más duras críticas, hasta profundos análisis económicos y de factibilidad técnica, para informar al sector empresarial sobre la proyección económica de estos anuncios. Lamentablemente, para la clase que se desplaza en metro, una concesión nunca va a ser una buena noticia.

Y en este escenario de especulaciones respecto de lo conveniente o inconveniente de inyectar capitales privados al servicio, PAF! las Líneas se vienen abajo.

¿Qué podemos colegir de una falla de esta magnitud?

Que es necesario modernizar el sistema ya que está fallando con bastante frecuencia. La falla del día viernes fue la más grave en 40 años de funcionamiento; sin embargo, hay una seguidilla de problemas de diversa magnitud que podemos contar hacia atrás en este último año.

Luego del realizado el balance sobre la falla; luego de la renuncia del presidente del directorio y una vez que el servicio se vio normalizado, el día domingo, nuestra mandataria salió en la TV diciendo:

“Efectivamente fue muy grave. Comprendo perfectamente la indignación y frustración de la gente. Sobre todo la sensación de que esto no puede seguir pasando. O sea, Metro de Santiago es una empresa sociedad anónima que por mucho tiempo nos ha dado grandes orgullos, entonces claramente estas cosas no pueden repetirse”.

“Hay 2,5 millones de personas que se trasladan diariamente. Uno tiene que tener un Metro a la altura y como corresponde. Claramente hemos tenido problemas, eso significa que se tiene que mejorar en términos de gestión, de recursos humanos y financieros“, agregó.

¡CHAN! ¡CHAN-CHAN!

¿Existe una reiteración en la idea de que es necesario concesionar?

Para algunos, esta falla no es más que una estrategia política para demostrar que el sistema actual de transporte debe recibir inyección financiera de privados.

Por su parte, el presidente del sindicato de Metro expuso puntos clave respecto de las condiciones en las que funciona el metro, que nos pueden dar varias luces respecto de lo que sucede cuando se externalizan o privatizan los servicios:

“Tenemos condiciones disímiles. 7 de cada 10 personas son subcontratadas en el Metro. Todos estamos sometidos a los insultos, a las agresiones de usuarios que no entienden que esta avería no se origina producto de la competencia de los trabajadores que estamos en las estaciones”.

“Lo que sí hemos venido señalando es que desde la administración pasada (Administración de Piñera) se tomaron algunas medidas en mantenimiento, como la reducción de personal y el fortalecimiento de la externalización, que son medidas que no aseguran que el Metro tenga el control del proceso total del mantenimiento o de la atención al cliente. En general, hoy uno está en condiciones de señalar que Metro no maneja todos los procesos internos en la prestación del servicio a nuestros usuarios (…) En la administración pasada se redujo un tercio el personal que está disponible para hacer frente a las contingencias.”

“Hay que preguntarse cuáles van a ser los caminos que va a tomar el Metro, si vamos a fortalecer la inversión pública o si vamos a tomar el camino aconsejado por el ministro (de Transportes) Andrés Gómez-Lobo a la presidenta Michelle Bachelet sobre concesionar la construcción de futuras líneas”, añadió.

Lo mejor de todo es que Eric Campos nos ayuda a dilucidar el tema del pasaje del Metro, las alzas y para qué se utilizan estos recursos:

“Metro funciona con una tarifa técnica, la gente que paga $670 piensa que nosotros le subimos la tarifa, eso no es así. El Metro funciona con una tarifa que se acerca a los $350, el resto va al Transantiago… Somos una empresa eficiente que está siendo asfixiada por no dar el debate sobre cuáles son las medidas correctivas para fortalecer institucionalmente a la empresa”.

Respecto de este tema, también se pronunció el timonel del Partido Socialista, Osvaldo Andrade:

“Los problemas del Metro no suceden porque sí. Suceden porque no hubo una visión estratégica durante los cuatro años de la anterior administración. El Metro quedó abandonado a su suerte de marzo de 2010 a marzo de 2014 quizás con qué objetivo. Algo similar sucedió en los ochenta con otras empresas del Estado, curiosamente también estando la derecha en el gobierno”.

Finalmente, al parecer, están más o menos claros los porqués de las fallas y las malas decisiones que se tomaron en el gobierno de Piñera. Lo que realmente debe preocuparnos ahora es prestarle la debida atención que se merecen los trabajadores de Metro ya que, anteriormente, cuando denunciaron los despidos masivos que incluyeron a personal de mantención, no fueron atendidos y ahora estamos llorando las consecuencias. El llamado a poner atención sobre una posible privatización de Metro es clara.

No podemos olvidar que nuestro sistema de transporte público, en realidad no es público, sino privado, que fue planificado por el Estado. Lamentablemente los empresarios, en este mambo, no dan el ancho.

La tarjeta Bip! tiene detrás a una empresa particular que es la que procesa los datos.

Los buses son de propiedad de empresas como Alsacia, SuBus, Vule, Express, Metbus, RedBus y STP.

Quien se encarga de administrar las Máquinas, del monitoreo de la frecuencia, la geolocalización satelital, etc. también son empresas privadas. Y todas esos elementos, con sus respectivos capitales humanos, deben ser coordinados y fiscalizados por el Estado. Sin embargo, como no maneja todos los datos como una entidad única, suceden casos como los que se han ido develando con el tiempo, como por ejemplo el de las máquinas que salen a realizar sus recorridos, pero sin pasajeros, dando la ilusión de que están funcionando bien, ya que el sistema les paga una dieta de 70 – 30, entendiendo que el 70% de los ingresos que generan las empresas viene de sacar las máquinas a la calle y solo el 30% por la validación de las tarjetas BIP de los pasajeros.

Es urgente una mayor presencia del Estado en un aspecto de la sociedad que es fundamental para que el mismo Estado funcione. Es absurdo lo que nos cobran para movilizarnos y la mayor cantidad de pasajes que gastamos las personas, son para ir a trabajar o para ir a estudiar. El resto es para satisfacer derechos fundamentales como el acceso y la recreación. Y más encima, que no protestamos, nos dan un servicio que es lisa y llanamente, como la mierda.

Sea el primero en dejar un comentario

Denos su opinión

Tu dirección de correo no será publicada.