La premiada cinta chilena que competirá en Mejor cortometraje animado está inspirada en la historia de Íngrid Olderöck, la exagente de la Dina conocida como “la mujer de los perros”, quien cometió vejámenes en centros de tortura durante la dictadura de Pinochet.
Sin recurrir a diálogos, apelando al stop motion como técnica y narrado a lo largo de 15 minutos, el cortometraje chileno Bestia se ha erigido como uno de los títulos más comentados del último año en el mundo del cine de animación. El filme del realizador nacional Hugo Covarrubias se estrenó en junio del año pasado en el Festival de Annecy (Francia), el certamen más importante para las películas animadas, donde fue premiado, y luego registró una impresionante racha de de galardones en Chile y el extranjero.
Y esta mañana quedó entre los cinco candidatos a Mejor cortometraje animado de los próximos premios Oscar.
Así, la animación chilena vuelve con una apuesta fuerte al mismo reconocimiento que ganó en 2016 Historia de un oso, la primera producción chilena en obtener la estatuilla dorada. Esta vez lo hace con una obra que adopta la forma de un thriller psicológico, está orientado al público adulto y cuenta con influencias del cine de Roman Polanski y Lars von Trier.
¿Tiene posibilidades de lograr la nominación? ¿De dónde viene su historia? ¿Cuál es la carrera de su director? Aquí la respuesta a esas preguntas.
Inspirado en su vida pero no es un trabajo biográfico. Es la definición que insiste en entregar su director sobre la historia que cuenta su cortometraje, que extrae elementos de Íngrid Olderöck, la exagente de la Dina conocida como “la mujer de los perros”, quien cometió vejámenes en centros de tortura como Venda Sexy. Fue, de hecho, Mayor de Carabineros antes de integrarse a la DINA en 1973.
Ahí entró con el grado de capitana y participó en la Escuela Femenina, donde alrededor de 70 mujeres fueron instruidas para cometer torturas y realizar tácticas represivas contra opositores a la dictadura militar.
El 15 de julio de 1981 sería víctima de un atentado ocurrido en su domicilio, al recibir un disparo en la cabeza por integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR).
Después de aquello, y del retiro, finalmente murió el 17 de marzo de 2001 a la edad de 58 años, producto de una hemorragia digestiva aguda.
Planteado como una “reflexión sobre la maldad” que se inscribe en el thriller psicológico, Bestia estudia la mente de una torturadora, una mujer con una rutina inamovible durante la dictadura militar. Desayuna, llega al centro en que se encuentran los detenidos, recibe instrucciones de sus superiores, pone música en la radio e inicia las sesiones de tortura. Siempre está junto a su perro, quien incluso se le aparece en las inquietantes pesadillas que la acompañan cada noche.
En un punto, cuando la mujer es reasignada a otras labores, la cinta ahonda en sus miedos y desilusiones. Bajo la mirada del realizador, es el momento en que la domina “la frustración porque no va a poder torturar más”.
La idea original proviene de un proyecto de serie de televisión que nunca se concretó sobre figuras de la historia chilena, desarrollado por Covarrubias junto a Martín Erazo, director de la compañía teatral La Patogallina, y el documentalista Tevo Díaz.
A kilómetros del cine de animación familiar, en la propuesta de Covarrubias confluyen influencias de Polanski y Lars von Trier, así como de películas como Midsommar, que han abordado el llamado folk horror.
Egresado de Diseño Gráfico en la Universidad ARCIS, Hugo Covarrubias se desempeña como diseñador y realizador audiovisual, y se ha especializado en dirigir y animar en stop motion. En 2007 estrenó el corto El almohadón de plumas, adaptación de la novela de Horacio Quiroga, y luego ejerció como codirector de la exitosa serie chilena Puerto papel.
También ha trabajado en otras producciones de animación para televisión, como El ogro y el pollo y Horacio y los plasticines. En paralelo, es uno de los fundadores de Maleza, compañía nacional pionera en el cruce de teatro con animación.
Bajo el alero de esta última, instalada en las dependencias de la Estación Mapocho, comenzó a trabajar en 2018 en la preproducción y en los primeros bocetos de Bestia (que contó con financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual del Ministerio de las Culturas). En asociación con Martín Erazo, director de la compañía teatral La Patogallina, y el documentalista Tevo Díaz, encontraron el germen del corto mientras desarrollaban un proyecto de serie que no se realizó, en que buscaban indagar en diferentes personajes de la historia chilena.
El trabajo de animación propiamente tal empezó en 2019 y la postproducción del cortometraje estuvo terminada a semanas de su presentación en el Festival de Annecy, en junio pasado.
La categoría de Mejor cortometraje animado demanda un requisito crucial: haber ganado un festival calificador a los Oscar. En el caso de Bestia ese certamen fue Chilemonos, que en julio la reconoció como triunfadora de su Competencia Latinoamericana de Cortometrajes Animados. Aunque le bastaba con imponerse en un certamen con esas características, luego el filme celebró en otros dos encuentros que dan pasaporte a los premios de la Academia: en Tallinn (Estonia) y en Interfilm Berlín (Alemania).
En todo su recorrido acumula 30 distinciones en diversos festivales en el extranjero y en Chile, además de sumar el respaldo de la empresa francesa Miyu Distribution, que se encarga de mover la cinta por el circuito internacional. Uno de sus últimos hitos fue que la instaló en el Festival de Sundance, realizado a fines de enero.
Fuente: La Tercera