El mandatario electo se sumó al debate surgido luego de que un grupo de ocho convencionales presentara una iniciativa que busca reemplazar la actual estructura de poderes por una Asamblea Plurinacional. En su cuenta de Twitter, el futuro presidente respaldó la crítica realizada por la constituyente Constanza Schonhaut (CS) -perteneciente a su círculo estrecho- en contra de la propuesta encabezada por la independiente María Magdalena Rivera.
El debate sobre la viabilidad de las normas que han sido presentadas por los distintos colectivos para ser discutidas al interior de la Convención Constitucional reflotó este miércoles debido a una propuesta presentada por 8 convencionales, que busca eliminar los tres poderes del Estado y reemplazarlos con una Asamblea Plurinacional de las y los Trabajadores y los Pueblos. Discusión a la que se sumó esta jornada el propio Presidente electo, Gabriel Boric, al apoyar una crítica, a través de su cuenta de Twitter, realizada en contra de la iniciativa en cuestión.
Así lo hizo el futuro mandatario al responder con un escueto “Esto” en la red social a un mensaje de la constituyente Constanza Schonhaut (CS) -quien forma parte de su círculo estrecho-, en el cual la convencional señala que la iniciativa encabezada por la constituyente María Magdalena Rivera (Ind) “está fuera de todo el marco democrático que se ha sostenido para el diseño de la nueva Constitución”.
La propuesta fue ingresada a la Comisión de Sistema Político del órgano redactor, donde debe ser votada antes de una eventual discusión en el pleno. Durante las últimas horas, la idea generó críticas desde diversos sectores del espectro político.
Schonhaut llamó a la tranquilidad en sus redes sociales, al pedir “que no se siembre el pánico. La propuesta es solo de 8 convencionales y se vota en comisión de Sistema Político”.
La iniciativa, que busca eliminar los tres poderes del Estado y reemplazarlos con una Asamblea Plurinacional de las y los Trabajadores y los Pueblos, junto con María Rivera es patrocinada además por otros siete convencionales de la ex Lista del Pueblo y de escaños reservados: Dayyana González, Eric Chinga, Alejandra Pérez, Isabel Godoy, Elsa Labraña, Carolina Vilches e Ivanna Olivares.
En el texto, se asegura que la separación de los poderes del Estado es “totalmente funcional a la dominación burguesa, ya que les permite a los grandes empresarios controlar las distintas instituciones sin nunca perder el total control del aparato estatal (a no ser en periodos revolucionarios)”.
En su articulado, se propone que la asamblea estaría conformada por 600 representantes electos por asambleas territoriales de base por rama de sectores productivos y servicios, comunales, pueblos originarios y suboficialidad de las Fuerzas Armadas” y que “asumirá las funciones Legislativas, Ejecutivas y Judiciales y el mando de las Fuerzas Armadas”.
Agrega que esta debe garantizar “el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos que no quieran ser parte del Estado chileno” y que “la futura asamblea plurinacional deberá tener como uno de sus principios fundamentales la paz entre los pueblos y el rechazo a cualquier forma de anexión de territorios tradicionalmente ocupados por otros pueblos”.
Asimismo, agrega que “los sueldos de los representantes políticos no podrán ser superior al sueldo de un obrero calificado de la Gran Minería del Cobre, principal rama económica del país”.
Al respecto, el exvicepresidente del órgano redactor, Jaime Bassa, afirmó que la propuesta “está absolutamente fuera de los márgenes culturales de nuestro país. Es parte de la discusión que si bien, como toda idea es legítima de ser planteada, no tiene, creo yo, ninguna posibilidad de avanzar”.
Desde la otra vereda, la constituyente de Vamos por Chile, Teresa Marinovic, cuestionó duramente la iniciativa de María Magdalena Rivera, al señalar en su cuenta de Twitter que “e modelo de Constitución ya no es la dictadura chavista sino que el totalitarismo de la antigua Unión Soviética”.
Su par de la UDI, Arturo Zúñiga, se sumó a las críticas: “600 asambleístas elegidos por “asambleas de bases por rama de sectores productivos y servicios” y no la ciudadanía!”, escribió en la misma red social.
El debate por la viabilidad de las propuestas presentadas en la Convención había comenzado días atrás, cuando la directiva que encabezan María Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez convocó a todas las fuerzas que componen la instancia a un encuentro para hacerles presente el desafío de consensuar las normas y las consecuencias de no hacerlo, en términos del plazo que se establece en la ley para la redacción de la nueva Constitución.
Según comentaron algunos de los asistentes a esa cita, tanto Quinteros (MSC) como Domínguez (INN) enfatizaron en la urgencia de los plazos y ofrecieron una invitación a conversar para evitar la “saturación de las iniciativas paralelas”.
Desde la mesa apuntan a que llegar a acuerdos entre colectivos es clave si se quiere cumplir con el plazo presupuestado, ya que esto permitirá presentar menos indicaciones y de carácter más transversal.
Durante esta jornada, el vicepresidente del órgano redactor, Gaspar Domínguez, volvió a referirse al tema: “Dado que las iniciativas y las indicaciones que van a votarse en el pleno deben ser aprobadas por un quórum de 2/3, hemos hecho el llamado a promover todas las condiciones para que las discusiones dentro de las comisiones sean aquellas que se den con lógica de 2/3?.
“Debemos propiciar las condiciones para que hayan apoyos amplios y transversales en las comisiones y en consecuencia se vea reflejado así en el pleno”, agregó, aunque destacó que “todas las normas que tengan patrocinio de 8 convencionales tienen el mismo estatus y, por tanto, la misma posibilidad de ser discutidas”.
Por su parte, el convencional Agustin Squella (ind/Partido Liberal) indicó que aunque “la gran mayoría de las propuestas de normas constitucionales son razonables y sensatas (…) todos nos damos cuenta que ha habido (…) propuestas que son disparatadas e enteramente inviables. Entonces uno no puede dejar de pensar que tal vez detrás de esas propuestas lo que hay es un afán de figuración personal del constituyente que la presenta o del colectivo que representa”.
Fuente: El Mostrador