Un incremento generalizado, aunque disímil, experimentaron los ingresos de los chilenos entre 2012 y 2013, según la Nueva Encuesta Suplementaria de Ingresos difundida ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La medición realizada entre octubre y diciembre pasado (por cuarto año consecutivo) arrojó que en promedio los trabajadores del país perciben $ 454.031 mensuales, 5,4% más que en 2012 y 26% superior que 2010.
Al desagregar las cifras se observa que el 20% de los ocupados reportó un salario mensual de hasta $ 169.050; el 56% se situó bajo los $ 338.100 al mes y 83% se ubicó en el tramo que se extiende hasta $ 676.200.
Las diferencias se hacen más patentes al observar los distintos niveles socioeconómicos de los hogares del país. Mientras el ingreso medio mensual de las familias es de $ 882 mil ($ 644 mil proveniente de alguna ocupación y $ 237 mil generado por arriendos u otras rentas), la brecha entre los hogares más pobres y de mayores recursos en este ítem equivale a 11 veces. En todo caso en 2012 esa diferencia era de 12 veces.
De esta forma, mientras el primer decil registra un ingreso medio de $ 235.000, en el 10% más rico de la población éste llega a $ 2.669.100 al mes. El ingreso promedio per cápita mensual en ambos grupos fue $ 57 mil y $1.073.900, respectivamente. Esta distancia se redujo de 20 a 18,8 veces en un año.
Juan Carlos Feres, presidente de la Fundación para la Superación de la Pobreza, afirma que los resultados reflejan un avance en materia de distribución, pero “no es una mejora espectacular”.
“En 2013 el ingreso promedio del primer decil creció levemente más que el del decil superior, lo que obedece probablemente a que se conjugaron dos factores: el incremento de la tasa de ocupación del primer decil en mayor proporción al del alza de la tasa de ocupación en el superior, lo que se vio reforzado por un aumento de remuneraciones”, dijo.
En el último año el ingreso del primer decil creció 9,9%, descendiendo levemente en el 10% de mayores recursos (-1,3%).
Los ingresos provenientes de una ocupación representan el 56,8% del total de ingresos del decil más pobre y el 78,9% del más rico. En el primer caso, dicha participación creció 2,1%, descendiendo 0,8% en el segundo. En este ítem, el componente “sueldos y salarios” exhibió un repunte de 5,8% en el primer decil, mientras que al otro extremo aumentó 2,1%.
De todos modos, la mayor fuente de ingresos del sector más vulnerable es el trabajo por cuenta propia (independiente), que mostró un alza de 11,4% respecto de 2012. En contraposición, en el decil más rico este indicador perdió relevancia (-10,7%).
“Los cambios distributivos son difíciles de lograr, pero esto refleja una pequeña mejora, lo que significa que en términos relativos la brecha de ingreso es menor”, afirmó la académica del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales, Claudia Sanhueza.
Según comenta, una de las herramientas que usan algunos países para reducir la desigualdad es el sistema tributario. Sin embargo, la investigadora considera que la reforma aprobada este año en Chile “no avanzará mucho” en la distribución del ingreso. De acuerdo con Feres, los efectos se verán en un plazo no menor a tres o cuatro años, siempre y cuando estén acompañados por políticas que permitan reajustar con más fuerza los salarios más bajos.
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