Descapitalizada, así llegaría al país la ex Presidenta tras su viaje a China, según la observación de distintas publicaciones internacionales, como Foreign Policy, que señaló que «Bachelet perdió la confianza de sus propios relatores especiales, destacados académicos y expertos en Derechos Humanos en China, ONG de derechos humanos y la diáspora. Esto mancha irremediablemente su legado». Pese a ello, el mero anuncio de que no asumirá un segundo periodo como alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y que regresaría a Chile a fines de agosto, generó una serie de movimientos telúricos en el país, y no solo en la derecha –donde su participación en política activa genera terremotos–, sino también al interior de las dos coaliciones de Gobierno: Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad. Dentro de la primera coalición, el partido fuerte, el PS, también se vio sacudido, en especial porque su apoyo al Apruebo movería el piso al sector más conservador de la colectividad, donde han sido críticos con el borrador constitucional y esperan inquietos la decisión final de Ricardo Lagos. Ahora bien, por el lado de la dirigencia que hoy tiene el control del Partido Socialista, esperan que formalmente Bachelet pueda asumir un rol activo en la campaña del Apruebo. Todo ello, mientras surgen especulaciones sobre cómo podría influir su figura en la consulta ciudadana del próximo 4 de septiembre, así como si incidirá o no en el fortalecimiento de Socialismo Democrático, en medio de las pugnas con Apruebo Dignidad por el poder al interior de La Moneda.
El próximo 31 de agosto, Michelle Bachelet dejará su cargo como alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, cuyo mandato inició en 2018 y que no buscará extender por un segundo periodo. Según su círculo interno, se trata de una decisión que la ex Mandataria habría tomado hace algún tiempo, y que implicará su retorno a Chile solo unos días antes del plebiscito de salida del proceso constituyente. Un anuncio que, de inmediato, despertó inquietudes y suspicacias en torno al rol que podría cumplir en la campaña del Apruebo y, además, sobre los posibles acercamientos con el actual Gobierno, después de brindarle su apoyo en segunda vuelta y luego del afianzamiento de liderazgos cercanos al «bacheletismo» al interior de La Moneda, como el de la jefa de gabinete del Ministerio del Interior, Ana Lya Uriarte, y el de la jefa de asesores del gabinete de Boric, Lucía Dammert.
“Mi familia me necesita ahí y mi país me necesita ahí. No me han pedido algo específico, pero quiero estar ahí, porque creo que Chile está viviendo un momento muy importante en su historia, entonces quiero estar cerca”, expresó Bachelet este lunes durante un punto de prensa. Apuntando a motivos personales, a través de su cuenta de Twitter, recalcó su decisión, argumentando que “es hora de volver a Chile y estar con la familia. Insto a los Estados a que identifiquen un terreno común para lograr soluciones a nuestros desafíos compartidos en materia de Derechos Humanos”.
A través de una columna recientemente publicada en la revista estadounidense Foreign Policy, el activista y periodista británico Benedict Rogers, enfatizó que «Bachelet perdió la confianza de sus propios relatores especiales, destacados académicos y expertos en Derechos Humanos en China, ONG de derechos humanos y la diáspora. Esto mancha irremediablemente su legado. Comenzó bien, hablando claramente contra la brutalidad policial en Hong Kong y contra las atrocidades en Myanmar, pero gran parte del bien que pudo haber hecho se ha visto ensombrecido por el fiasco de su visita a China. Quizás se dio cuenta de esto y decidió saltar antes de ser empujada».
En Chile, en tanto, el anuncio del retorno fue clebrado con cautela por La Moneda, considerando que con su regreso podría verse fortalecido Socialismo Democrático –una de las dos coaliciones de gobierno–, y después de las suspicacias que causó en algunos sectores oficialistas el vistoso rol que jugó la jefa de asesores del Segundo Piso, Lucía Dammert –exasesora de la Subsecretaría del Interior en el segundo Gobierno de Bachelet– en la última gira presidencial. Durante el viaje a Canadá y Estados Unidos, la socióloga acompañó al jefe de Estado en gran parte de sus actividades públicas y privadas e, incluso, participó en algunas reuniones bilaterales con otros mandatarios, generando la incomodidad de algunos integrantes de la comitiva encabezada por la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola. Una situación que provocó que parlamentarios del Partido Socialista (PS) salieran este lunes a respaldar a la canciller, blindándola frente a un eventual foco de conflicto interno.
Sobre el retorno al país de quien se desempeñó entre 2010 y 2013 como directora Ejecutiva de ONU Mujeres, el Presidente Boric escribió un escueto mensaje a través de Twitter, que decía «Bienvenida de vuelta». Horas más tarde, la ministra vocera, Camila Vallejo, ahondó en su decisión, agregando que «comprendemos absolutamente su intención de ser parte de este momento histórico, y poder vivirlo en compañía de sus seres queridos, su familia y sus cercanos. Por lo tanto, más allá de valorar el rol que ha tenido a nivel internacional como alta comisionada, también comprendemos lo importante que es para ella, como ex Presidenta, ser parte de este momento histórico”.
En la eventualidad de que Bachelet decida adoptar una posición secundaria, restándose de aparecer en la primera línea de la campaña del Apruebo, el sociólogo y académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Octavio Avendaño, cree que de todas maneras tendrá incidencia en la opinión pública, donde podría –por medio de entrevistas o declaraciones públicas– manifestarse de manera categórica a favor de aprobar una nueva Constitución, exhortando así a buena parte de sus seguidores a involucrarse en el proceso constituyente.
Pero Avendaño advierte que este regreso podría también desencadenar otra situación, «que es la tensión que podría generar en parte de la oposición de derecha, pero sobre todo también de parte de la alianza Apruebo Dignidad, donde su exceso de protagonismo podría ser calificado como la reorganización o la reconfiguración de una suerte de Concertación 3.0, y eso podría generar resquemores y preocupación en el resto de la izquierda, porque sectores del Frente Amplio (FA) y el Partido Comunista (PC) pasarían a un segundo plano, reafirmando aquella tendencia que hemos visto en el último tiempo, a propósito de la participación que ha tenido el PS dentro del actual Gobierno, donde ha tenido un enorme protagonismo, anulando a otras fuerzas políticas oficialistas como el FA y buena parte del PC, que aparece como un partido bastante disminuido en comparación con el socialismo, que no forma parte de Apruebo Dignidad”.
Su rol en el proceso constituyente
Si bien en el entorno de la ex Mandataria existe certeza en que apoyará la opción del Apruebo en el plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre, así como respaldó en su origen al proceso constituyente, no hay concordancia sobre si cumplirá o no algún rol específico en la campaña que busca que se apruebe una nueva Carta Magna. Por ejemplo, las exministras de Bachelet, Clarisa Hardy (PS) y Helia Molina (PPD) –actual diputada– fueron enfáticas en señalar que sería muy difícil proyectar una posible participación de la ex Presidenta en la campaña, debido a que su mandato en la ONU culmina el 31 de agosto, solo cinco días antes del plebiscito de salida.
Sin embargo, este martes, la nueva timonel del PS, Paulina Vodanovic, quien lideró la Fundación Horizonte Ciudadano, creada por Bachelet en 2018, reconoció –en una entrevista concedida a Radio Universo– que desde el socialismo le plantearán a la ex Mandataria que asuma un rol, al menos en la fase final de la campaña. “Más allá de su presencia física, su compromiso y su rol están. Y si obviamente puede estar en Chile antes y puede asumir un rol más determinante, va a ser su decisión, y vamos a tratar no de convencerla, porque no corresponde, sino de pedirle que si ella está en condiciones. Yo estoy cierta de que por la responsabilidad que la ha caracterizado toda la vida y el compromiso por Chile, va a asumir», apuntó Vodanovic.
Desde la Convención Constitucional, el constituyente y principal articulador del Frente Amplio al interior del hemiciclo, Fernando Atria, comparte la tesis de que la figura de Bachelet podría influir positivamente en una parte del electorado a favor del Apruebo. Al respecto, el abogado y académico dijo que «ella ya anunció que va a aprobar en el plebiscito de salida o manifestó una voluntad en ese sentido y, dado que yo pienso que claramente el proceso constituyente actual es continuación o, más bien, la realización de lo que en su Gobierno se intentó y fracasó, me parecería muy extraño que ella no se sumara al Apruebo y a la campaña. No voy a andar yo diciendo qué es lo que ella debería hacer, pero me parecería coherente que fuera también parte del esfuerzo por lograr la aprobación –lo más categórico posible– de la nueva Constitución el próximo 4 de septiembre”.
Al interior de Socialismo Democrático coinciden en que la presencia de la ex Presidenta en el país podría implicar un mayor respaldo ciudadano al Apruebo, contrarrestando las críticas de algunas figuras de la ex Concertación al texto de nueva Constitución y que podrían ser acogidos por la opinión pública como elementos para justificar el Rechazo a una nueva Carta Fundamental. Entre quienes han manifestado su visión crítica, se encuentra el ex Mandatario, histórico militante del PS y fundador del PPD, Ricardo Lagos, quien por estos días se encuentra en una ronda de conversaciones con líderes políticos, convencionales, empresarios y partidarios del Apruebo y del Rechazo, con el objetivo de disipar las dudas que aún tiene sobre algunos contenidos del borrador de nueva Constitución. Para quienes abrigan esperanzas de que el ex Presidente se decante por el Rechazo –advierten analistas–, el anuncio del retorno de Bachelet y su ya probada disposición al Apruebo, habría sido una jugada perfecta para neutralizar a Lagos.
Por su parte, se espera que desde que Michelle Bachelet retorne a Chile, en una fecha aún por definir, comience a tomar contacto con las fundaciones que han sido más cercanas a su persona, entre ellas, Horizonte Ciudadano, desde donde el presidente de su directorio, Pedro Güell, manifestó que la esperan con altas expectativas, desestimando que busque asumir un rol protagónico en la campaña del Apruebo. En entrevista con CNN Chile, el sociólogo y quien fuera uno de los asesores más escuchados durante el segundo paso de Bachelet por La Moneda, manifestó que no la ve «jugando un rol ni formal ni en el área chica de la política”. Asimismo, en cuanto a las críticas surgidas desde algunos sectores de la derecha en torno a su vuelta a Chile, Güell cree que “son intentos infantiles de desacreditar el rol de la ex Presidenta en el Alto Comisionado”.
El siguiente paso que podría dar la ex Mandataria en su retorno al país es comenzar a desplegar una agenda enfocada en contactarse con convencionales de Colectivo Socialista, la nueva directiva del PS encabezada por Paulina Vodanovic y quienes han ejercido un rol importante en el proceso constituyente. Se espera que sea una participación indirecta, pero que podría ser determinante en la fase final de la campaña, donde –a juicio de diferentes analistas políticos– la figura de la actual alta comisionada podría influir en una parte importante del electorado, principalmente en el segmento femenino y adulto mayor, que es un sector que, de acuerdo a las encuestas, se estaría inclinando por la opción Rechazo, y donde la presencia de la ex Presidenta podría atraer o influir en su decisión final.
En relación con el efecto que podría tener la alta comisionada en el plebiscito de salida del próximo 4 de septiembre, el doctor en ciencias políticas y académico de la Universidad de Talca, Mauricio Morales, dijo a CNN Chile que, debido a la estructura socioeconómica y sociodemográfica de los indecisos, Bachelet podría tener un efecto «muy sustantivo», considerando el antecedente de que –a su juicio–, después de que recibió el apoyo institucional del bacheletismo, Gabriel Boric comenzó a incrementar sus niveles de ventaja por sobre José Antonio Kast de cara a la segunda vuelta presidencial. Además, Morales cree que, a diferencia de Bachelet, «cualquier cosa que diga o haga el ex Presidente Piñera va a atentar contra la opción que hoy día representa el Rechazo», considerando que la estrategia de la derecha es posicionar al Rechazo como una alternativa ciudadana, alejada de la política tradicional.
Sobre la forma en que se podría materializar una eventual contribución de Bachelet a la campaña por el Apruebo, el presidente del Senado y exministro de la Secretaría General de Gobierno durante su segundo periodo presidencial, Álvaro Elizalde (PS), señaló que «quién soy yo para decir algo al respecto. No me cabe duda que, por su vocación de servicio, ella siempre va a apoyar las iniciativas que nos permitan construir un Chile con mejor justicia social y con una mejor democracia, pero de ahí a estar dándole sugerencias, creo que ella tiene un liderazgo de sobra para decidir cuál es la forma en la que ella desee contribuir. La (ex) Presidenta tendrá que decidir cómo aportará, donde ella tendrá que definir la forma en la que sigue contribuyendo a construir un Chile mejor».
Posibles acercamientos al Gobierno
Cinco días antes de la segunda vuelta presidencial del 19 de diciembre de 2021, donde Gabriel Boric se impuso holgadamente al candidato de los republicanos, José Antonio Kast, Michelle Bachelet apoyó públicamente la candidatura a Mandatario del entonces diputado por la Región de Magallanes, después de sostener una reunión con él. A través de un video, la alta comisionada resaltó la importancia de «elegir un Presidente que asegure que nuestro país pueda realmente continuar en una senda de progreso para todos, una senda de mayor libertad, igualdad, derechos humanos que se respeten, un medio ambiente sostenible y, por supuesto, la oportunidad de una nueva Constitución».
Un acercamiento entre Apruebo Dignidad y el mundo socialista próximo a la figura de la ex Presidenta que se materializó el pasado 18 de mayo, a través del nombramiento de Ana Lya Uriarte como jefa de gabinete de la ministra del Interior, Izkia Siches, en reemplazo del médico Roberto Estay. La abogada y académica es una cercana colaboradora de Bachelet, desempeñándose como ministra presidenta de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, durante su primer Gobierno, y como jefa de gabinete de la Presidencia, en su segundo paso por La Moneda. Reconocida como pieza angular de los sobrevivientes del «bacheletismo», Uriarte llegó a La Moneda para aportar experiencia política y blindar a una cuestionada ministra Siches. Así, con el regreso de la ex Jefa de Estado a Chile y su eventual acercamiento a la contingencia a través de su fundación, surgen algunos cuestionamientos respecto a cuál será el verdadero rol que podría ejercer, a partir de un hipotético triunfo del Apruebo en el plebiscito del próximo 4 de septiembre
En ese sentido, la militante socialista y exministra de Planificación durante el primer Gobierno de Bachelet, Clarisa Hardy, apunta a que Bachelet simboliza el liderazgo más visible de lo que hace alusión a esta nueva articulación de fuerzas que se ha denominado Socialismo Democrático, y que agrupa a los partidos Socialista (PS), Por la Democracia (PPD), Radical (PR), Liberal (PL) y la plataforma Nuevo Trato. «Por eso creo que el actual Gobierno, que asume sin la fuerza parlamentaria suficiente como para llevar adelante las transformaciones contenidas en su programa, requiere sumar al más amplio espectro progresista posible. Y sin duda creo que el liderazgo de lo que representa Michelle Bachelet es simbólicamente la expresión de este mundo, que necesariamente tiene que convivir y aliarse con las fuerzas de Apruebo Dignidad para hacer posibles dichas transformaciones. Es vital que este Gobierno tenga el sustento político y la Constitución le tiene que dar además el sustento social para poder viabilizar su programa, y que sea lo más transformador posible”, aseguró Hardy.
Sobre la posible incidencia que podría tener la figura de la ex Jefa de Estado en las decisiones del Gobierno, desde el Frente Amplio descartaron que Bachelet pudiese ejercer un rol protagónico y más bien creen que ella está muy disponible para asesorar o aconsejar al Presidente Boric, dada su experiencia. «Además, ella tiene bastantes colaboradores trabajando en el Gobierno, por tanto, no creo que tenga que tener un rol necesariamente más protagónico, sino que como ex Presidenta puede estar a disposición de aconsejar al Mandatario cuando él lo requiera. Ella también tiene una fundación ciudadana (Horizonte Ciudadano) y puede hacer un aporte desde esa lugar. Me parece que es valorable, y no sé lo que ella tendrá pensado hacer, pero sin duda que está plenamente activa y podrá ser un aporte a los debates democráticos en nuestro país”, dijo el senador de Revolución Democrática (RD), Juan Ignacio Latorre.
Además, el parlamentario por la Región de Valparaíso descartó que el arribo de la alta comisionada de las Naciones Unidas signifique el fortalecimiento de una coalición oficialista (Socialismo Democrático) por sobre la otra (Apruebo Dignidad), desmintiendo la tesis de que en La Moneda comienzan a fracturarse las relaciones internas, repercutiendo en los problemas que ha tenido el Ejecutivo para presentar proyectos de ley al Congreso y, también, para conseguir los apoyos necesarios para llevar a cabo reformas importantes de su programa. “Yo no lo veo de esa manera. No estamos en una pugna entre el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, creo que hoy día ambas coaliciones estamos respaldando al Presidente Boric y podemos tener legítimas diferencias y debates democráticos, y me parece que valoramos la llegada de la ex Presidenta Bachelet. No lo quiero poner en esos términos, sino que más bien como un aporte más a un proceso de cambio que está viviendo Chile y que incluso va más allá de este Gobierno”, recalcó Latorre.
Finalmente, sobre los posibles riesgos que podría desencadenar la presencia de Michelle Bachelet en el país, analistas políticos coinciden en que su retorno podría eventualmente recordar o rememorar el bullado Caso Caval, referido al supuesto tráfico de influencias ejercido por su hijo, Sebastián Dávalos, para la obtención de un crédito de US$ 10 millones para comprar un terreno en Machalí (Región de O´Higgins), beneficiando a la sociedad Exportadora y de Gestión Caval Limitada, de propiedad de su entonces cónyuge, Natalia Compagnon.
Al interior del oficialismo creen que desde la oposición de derecha podrían sacar a relucir este caso para deslegitimar la figura de la ex Presidenta. Al respecto, el alcalde Daniel Jadue (PC), celebró el comentado retorno de la histórica militante socialista y recordó que, entre los formalizados del caso, figuran varios militantes de la UDI, entre ellos, Hernán Chadwick Larraín. «Bachelet ha hecho una tremenda contribución al desarrollo del país y tiene que seguir haciéndolo, por lo tanto, creo que es una muy buena noticia para Chile y una mala noticia para quienes la trataron de destruir a ella y a su familia, entendiendo que además todos los que terminaron presos son de la UDI y todos los que terminaron condenados son de la UDI. Pero siempre será una buena noticia que la Presidenta Bachelet esté en Chile”, afirmó el jefe comunal de Recoleta.
Fuente: El Mostrador