A 49 años del Golpe: los imperativos de una nueva Constitución en Derechos Humanos

Por Lorena Fries

Creo que a 49 años del Golpe de Estado, no basta con una mención historiográfica de este período en las asignaturas escolares. Los tratados suscritos por Chile en materia de Derechos Humanos recomiendan incorporar en los planes escolares iniciativas que contribuyan a la educación para la paz, la tolerancia entre las personas, la promoción de los derechos sociales, el respeto a la diversidad y también al medio ambiente.
En el contexto de las múltiples reflexiones a las que nos obliga el holgado triunfo del Rechazo en el plebiscito constitucional, quiero detenerme en un par de imágenes que vi durante las celebraciones de la opción ganadora durante la noche del domingo 4 de septiembre y que me producen tanta desazón como la derrota electoral. La primera de ellas mostraba a una mujer en medio de otras personas con banderas chilenas, que levantaba  una foto enmarcada de Augusto Pinochet con uniforme militar. La otra, correspondía a un hombre saludando con ánimo festivo a la cámara, mientras tiene puesta una máscara de goma con la cara del dictador.

Es evidente que el 61,8% que votó en contra de la propuesta constitucional, no se puede adjudicar a personas necesariamente de derecha, ni menos a gente que adhiere al pinochetismo y por extensión  a la Constitución surgida en dictadura. Pero estas muestras de aprecio hacia la figura de Pinochet, dan cuenta de un peligro latente de relativización hacia las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas entre 1973 y 1990, y particularmente son una consecuencia de cuanto nos falta para conseguir la verdad, la justicia y la reparación que merecen las víctimas. Es una herida que la sociedad chilena no ha logrado cerrar y mientras eso no ocurra, queda espacio para que interpretaciones erróneas y nocivas para la convivencia social, tengan espacio en la opinión pública.

De las 1210 personas catalogadas como detenidas desaparecidas, solo se han encontrado 5 desde el retorno a la democracia. A un año de que se cumpla medio siglo desde el Golpe Militar de 1973, el gobierno lanzó el Plan Nacional de Búsqueda, que reconoce la deuda del Estado en esta materia. Además de recuperar y proteger los sitios de memoria a lo largo del país, la iniciativa liderada por el  Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, está planificada para obtener resultados concretos en relación a encontrar el paradero de las víctimas. Se espera, en palabras de la ministra Marcela Ríos, que las Fuerzas Armadas entreguen su colaboración, para iniciar labores de búsqueda en terrenos que pertenecen a las instituciones castrenses.

Paralelamente, es imperativo que en el proyecto de nueva Constitución, cuyo método de elaboración se está discutiendo en estos días, no queden fuera los aspectos importantes que estaban consignados en el texto anterior que fue rechazado. Se trata del derecho a la reparación integral de las víctimas, la especial protección a los sitios de memoria y la garantía de no repetición.

Por otro lado, creo que a 49 años del Golpe de Estado, no basta con una mención historiográfica de este período en las asignaturas escolares. Los tratados suscritos por Chile en materia de Derechos Humanos recomiendan incorporar en los planes escolares iniciativas que contribuyan a la educación para la paz, la tolerancia entre las personas, la promoción de los derechos sociales, el respeto a la diversidad y también al medio ambiente.

Solo de esta forma esteremos trabajando por el respeto y la promoción de los Derechos Humanos como una condición esencial de la convivencia democrática y también para garantizar  la  no repetición de estos hechos luctuosos. Para que en la próxima celebración de un triunfo electoral legítimamente conseguido, no volvamos a ver la cara de Pinochet.

Fuente: El Mostrador