Economía chilena: un 2023 mejor a lo esperado comienza a instalarse en el mercado por clima local y mundial más favorable

Las benignas señales provenientes de Estados Unidos, Europa y China, junto a la caída del tipo de cambio y la inesperada resiliencia que ha mostrado Chile al cierre de 2022 han comenzado a moderar las expectativas de una áspera recesión para este año entre los agentes económicos en el país y Wall Street, quienes apuestan a un aterrizaje más suave de lo esperado hace tres meses. Con algunas señales de cautela, las expectativas apuntan a una leve o nula caída de la actividad este año.

La idea de una áspera recesión para la economía chilena este año comienza a desaparecer de la mente del mercado. Pese a que este quiebre de expectativas hacia un mejor 2023 para Chile es aún incipiente, lentamente los agentes económicos empiezan a internalizar los mejores datos y señales provenientes desde las economías relevantes y los efectos la fuerte caída del tipo de cambio y la resiliencia que ha mostrado la actividad local.

Los analistas han recopilado durante los últimos tres meses una serie de datos clave, especialmente desde China, que conforman un panorama distinto para Chile en 2023. El líder chino Xi Jinping decidió desmantelar a fines de diciembre abruptamente su política de tolerancia cero hacia el Covid-19, lo que ha alimentado las esperanzas de un regreso más robusto de la potencia asiática a los mercados, ha mejorado sus perspectivas de crecimiento y ha mantenido los precios del cobre en torno a US$4 la libra.

Marcada también por un efecto menos duro de la invasión de Rusia a Ucrania en los precios energéticos, Europa, a su vez, eludirá sobradamente una recesión este año, según estimó esta semana la Comisión Europea, que destacó que el punto más alto de inflación en el Viejo Continente ya quedó también atrás.

Adicionalmente, esta semana se confirmó la tendencia a la baja en la inflación de Estados Unidos. El índice de precios anualizado cayó por séptimo mes seguido en enero, lo que quita presión a la Reserva Federal (Fed) en su camino de alza “moderada” de tasas de interés y permite un menor deterioro de la actividad.

Pero a las señales de mejoría en el escenario económico mundial se le suma una inesperada resiliencia de la actividad en Chile. La actividad cayó 1% en diciembre pasado, con lo que el crecimiento de la economía en 2022 habría cerrado en 2,7%, un punto de partida más alto para el crecimiento 2023.

De esta forma, las expectativas de los analistas comienzan a alejarse de la última proyección del Banco Central para este año (-0,75% y -1,75%) y se acercan a las estimaciones de aterrizaje “más suave” de la economía instalado por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, cuya cartera espera un retroceso de 0,7%, cifra que actualizó esta semana y que es levemente mayor al -0,5% previsto hace tres meses.

Optimismo cauteloso

Fue el economista y consejero del Consejo Fiscal Autónomo (CFA), Aldo Lema, quien la semana entregó la primea señal de quiebre de expectativas. “El crecimiento de la actividad en Chile podría ser levemente positivo o llegar incluso al 1% en 2023?, dijo a Pulso.

Sin embargo, ya desde fines del año pasado la agencia clasificadora de riesgo Standard & Poor’s (S&P) tenía proyecciones de leve expansión, que luego corrigió y que se distanciaban del pesimismo local en materia de crecimiento.

“Mantenemos nuestra proyección para Chile de una contracción de 0,4% del PIB en el 2023 (…) Esperamos que la demanda se contraiga en 2023, a medida que continúa el efecto de desvanecimiento de la eliminación de las medidas de estímulo, especialmente aquellas que impulsaron el consumo, como la prestación para el retiro de pensiones. La incertidumbre sobre la reescritura de la Constitución de Chile también retrasará los planes de inversión hasta tener más visibilidad sobre las políticas. Sin embargo, la mejora reciente en condiciones macroeconómica externas podría mejorar nuestra perspectiva de crecimiento para Chile este año, especialmente si el reciente incremento en precios del cobre se mantiene”, sostuvo Elijah Oliveros-Rosen, economista senior para América Latina de la agencia, quien apuesta por una inflación de 5,9%_para el cierre de este año. Hacienda la cifra en 4%.

“La reapertura de la economía china ha incrementado el riesgo que la inflación sea un poco más alta a lo esperado, a través de un incremento en los precios energéticos”, apunta Oliveros-Rosen. El economista, adicionalmente, estima también que la incertidumbre política continúa siendo alta debido al proceso constitucional, lo que estaría generando una “pausa” en nueva inversión fija.

Desde Wall Street también confirman el positivo impacto de las mejores condiciones económicas externas e internas. “Un entorno global menos disruptivo, junto con el crecimiento de diciembre, nos ha llevado a comenzar a revisar la proyección para el crecimiento anual. Pero seguimos siendo cautelosos. El entorno externo puede variar rápidamente, tanto las condiciones financieras como los riesgos geopolíticos”, afirma Diego Pereira, economista jefe para el Cono Sur de JP Morgan, quien mejoró su proyección de crecimiento para Chile este año desde una contracción de 1,2% a 1%.

Explica, a su vez, que la reapertura de China no tiene necesariamente que implicar precios de materias primas mucho más altos, dado que parece estar asociada a servicios y no a sectores secundarios. “Finalmente, los últimos números macro para la economía americana podrían indicar que la Fed debería subir más la tasa de política de lo que los mercados esperan. En lo doméstico, el apretón monetario tendrá un impacto más pronunciado en la demanda doméstica, aunque este año la política fiscal se presenta como fuertemente expansiva”, añade Pereira.

La fortaleza del consumo

A nivel local, los economistas también ven un quiebre de expectativas y un aterrizaje más suave de la economía este año. “No obstante la alta inflación de enero y la contracción de la actividad, las buenas noticias para el gobierno vienen del frente económico, que comienza a visualizarse como menos negativo de lo que se anticipó, dándole parcialmente la razón al ministro Marcel que previó este escenario, aunque puede que igual deba mantenerse a la defensiva porque, aunque menos malo a lo previsto por el mercado, lo que se viene solo será eso, menos malo y, en ningún caso, bueno”, afirmó esta semana en un informe el economista y socio de la consultora Gemines, Alejandro Fernández, quien ajustó su proyección de crecimiento desde -1,2% a -0,7%. “En una de esas podría estar más cerca de 0% el crecimiento de este año”, complementa.

Alejandro Fernández, economista y socio de la consultora Gemines.

Junto con destacar la fortaleza inesperada que mostró la economía hacia fin del año pasado, cree que la clave la menor contracción de este año estará apoyada por la resiliencia del consumo.

“Todavía hay platas de los retiros desde las AFP que no se han gastado. Los saldos en las cuentas vista de las personas todavía están por arriba. A la gente todavía le queda plata por gastar. La caída del tipo de cambio también es buena para el consumo y la inflación. El aterrizaje del consumo podría ser más suave de lo que se estaba pensando y eso evitará una recesión profunda”, añade Fernández, quien ve como riesgo principal para este año el recrudecimiento de la guerra entre Rusia y Ucrania.

En la misma línea, la economista de BCI, Francisca Pérez, coincide en que áun hay mucha liquidez dando vuelta en la economía y confirma que en las próximas semanas mejorará su proyección de crecimiento para este año desde -1,7% a una cifra cercana o por debajo del -1%.

Francisca Pérez, economista del BCI.

“Las mejores perspectivas para Chile este año tienen que ver más con consumo que con inversión. El consumo no ha bajado tanto como lo habíamos previsto. Servicios también está fuerte. Eso es lo que puede ayudar al crecimiento de este año”, explica la economista, quien reconoce su sorpresa por el aún lento traspaso de la caída del tipo de cambio a precios internos.

Desde el mundo bursátil también creen que las alzas de las acciones locales durante podrían estar anticipando un desempeño más resiliente de la economía chilena. El alza del Ipsa está muy correlacionada con las expectativas de una inflación a la baja, tanto en EEUU, como en Chile. La expectativa respecto a que en EEUU la TPM (Tasa de Política Monetaria) esté próxima al techo y en Chile pueda iniciarse en mayo el inicio de las rebajas, ha impulsado el mercado nacional. En la medida que la TPM haya tocado techo y se avizore una rebaja en el corto plazo, ayuda a mejorar las expectativas de recuperación económica, aumentando la idea de soft landing (aterrizaje suave) por sobre la idea de recesión”, concluye el gerente general de la corredora Renta 4, Arturo Frei.

Fuente: La Tercera