En una sesión en donde tuvo una presencia destacada la ramal del Comercio de la CUT-CHILE liderada por Karen González, la Cámara de Diputadas y Diputados votó, aprobó y despachó este martes el proyecto que buscaba reducir la semana laboral a 40 horas; su último escollo legislativo para poder convertirse en ley.
En este último hito parlamentario, el proyecto consiguió 127 votos a favor y 14 pronunciamientos en contra, principalmente de diputados del Partido Republicano.
La segunda reducción será hasta las 42 horas a partir del tercer año, mientras que la meta de 40 horas se alcanzará en el quinto año.
El proyecto inicial fue presentado en 2017 por el Partido Comunista (PC), pero enfrentó muchas complicaciones durante sus primeras discusiones parlamentarias.
El Presidente Gabriel Boric, que introdujo algunos cambios al proyecto inicial como la gradualidad, le dio un nuevo impulso y en agosto pidió al Congreso tramitarlo de manera «urgente».
Previo al comienzo de la sesión, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara (PC), destacó el apoyo ciudadano a la iniciativa y respondió a las críticas de algunos sectores: «Son parte del debate democrático. Lo cierto es que precisamente para las pymes es para quienes existe esta gradualidad y lo importante es que hay que tener súper claro aunque tengamos algunos matices en algunos elementos, lo principal es que aquí hay que ir avanzando en derechos para los trabajadores y para sus familias».
«Si uno lo piensa, como sociedad, en definitiva, el principal beneficio de este proyecto es para las niñas y niños de nuestro país, que van a tener más tiempo para estar con sus padres y madres. Eso es algo en lo que hay que hacer ciertos esfuerzos también como sociedad», subrayó la secretaria de Estado.
Tras aprobarse finalmente en el último trámite, Chile se convirtió en una excepción en la región, donde la jornada laboral en la mayoría de los países es de 48 horas semanales.
Durante el debate, la diputada Karol Cariola (PC), impulsora del proyecto junto con la entonces parlamentaria y hoy vocera de Gobierno, Camila Vallejo, recordó que «cuando propusimos modificar el Código del Trabajo y reducir la jornada de 45 a 40 horas hubo sectores que cuestionaron esta idea y que nos dijeron que corría riesgo la productividad del país. Yo les quiero decir con todas sus letras que se ha demostrado todo lo contrario: jornadas más extensas no significan más productividad».
«A nosotros nos parece que el proyecto ha quedado bastante bien; tiene los elementos suficientes para poder ser buen proyecto y aprobado», señaló el jefe de bancada de Renovación Nacional (RN), Frank Sauerbaum.
El parlamentario opositor aseguró que «cuando salió de la Cámara de Diputados, el proyecto de 40 horas era un proyecto muy deficiente, que tenía muchos defectos, y, por lo tanto, el Senado tuvo que hacer una serie de modificaciones que a nosotros nos parecen que han sido contundentes y en la línea que nosotros exigíamos».
Los cambios, apuntó Sauerbaum, incluyen «una ayuda permanente a la pequeña empresa para ajustarse a esta nueva realidad; también una flexibilidad laboral que los trabajadores exigían para poder llegar a un acuerdo con el empleador dependiendo de cada realidad y, tercero, la posibilidad de que hoy día haya cinco años de ajuste para la pequeña empresa y no sea automático ni inmediato porque, obviamente, ninguna empresa está en condiciones de soportarlo inmediatamente».
«Ojo: quienes tienen inquietudes por el sector agrícola y el turismo, hay normas especiales que se establecen dentro de este proyecto. Esperamos que se apruebe, pero hay que tener cuidado. Si la productividad baja, va a afectar sin lugar a duda a las empresas y al empleo», señaló el diputado de la UDI Cristhian Moreira.
La votación fue empañada por la tensión desatada por la presencia de representantes de trabajadores en las tribunas.
Al grito «¡Queremos entrar!», muchos dirigentes se quedaron fuera del salón por un tema de aforo y no hubo acuerdo para su ingreso.
«Qué más gráfico de la realidad de los trabajadores es lo que está pasando hoy día en este Parlamento, donde no somos capaces de abrir esta instancia democrática. Esta es una vergüenza. Este Parlamento tiene que sentir vergüenza de lo que está pasando hoy día», fustigó la diputada independiente Marta González.
«Desde la bancada republicana estamos disponibles a dar unanimidad para que ingrese gente a la galería con la observación de que de cualquier desorden es responsable la mesa y deben desalojar inmediatamente si ocurre cualquier desorden en la galería», aseguró el diputado Cristián Araya.
Fuente: Cooperativa