A pocas semanas del ataque del carro lanza agua de Carabineros que tumbó a su hijo en medio de una marcha, llevándolo al borde de la muerte, Félix Avilés se ha vuelto la cara visible del caso. En medio de sus viajes entre Santiago y Valparaíso, el padre del estudiante de la UC reflexionó sobre el escenario político e institucional que se ha gestado a causa de los hechos del pasado 21 de mayo.
No ha parado en más de dos semanas. El rostro de Félix Avilés refleja una expresión auténtica, aunque bien disimulada, de cansancio y agotamiento. En los últimos quince días, además de lidiar con la preocupación por la lucha entre la vida y la muerte de su hijo Rodrigo, Avilés y su esposa María Soledad Bravo han tenido que sortearlos obstáculos de los propios responsables a la hora de esclarecer la verdad sobre lo ocurrido con el estudiante de Letras de la Universidad Católica.
El camino no ha sido nada fácil, pero la asombrosa resistencia y recuperación del universitario, además de las numerosas muestras de solidaridad replicadas en todo Chile y el mundo, han sido fundamentales para la familia. Hoy, el ataque sufrido por Rodrigo se ha convertido en un potente símbolo de la violencia policial sufrida por los movimientos sociales y ha motivado diversas reacciones de rechazo desde la sociedad civil, los artistas, intelectuales y organizaciones sociales que han seguido con preocupación sus avances médicos.
En entrevista con ElDesconcierto.cl, Félix Avilés entregó detalles sobre la mejoría de su hijo y reflexionó sobre las diversas aristas políticas que ha abierto el ataque de la institución policial contra el universitario.
Antes que todo, quisiera saber cuál es el estado de salud de Rodrigo. ¿En qué etapa de evolución está?
Rodrigo está en una segunda etapa, luego de haber pasado una primera de una angustia tremenda, indecible, que por muchos días lo único que se buscaba era que no se muriera. Los médicos consiguieron aquello y ahora se pasó a una segunda etapa bastante más esperanzadora, en que se le sacó el coma inducido y se le han sustraído todos los remedios y medicamentos que lo tenían sumergido en un profundo sueño, para comenzar a analizar su comportamiento en el despertar.
Este es un proceso que va a durar, calculamos, hasta el jueves o viernes de la próxima semana. Hay que considerar que Rodrigo tuvo, en dos días, cuatro operaciones muy complicadas. Estamos esperanzados. Ahora tiene una infección a la membrana que protege el cerebro, pero, según los médicos, no es extraño que a alguien que haya tenido lesiones de la magnitud que tuvo Rodrigo se le produzca esto.
Lo importante es que está muy bien tratado, está con los antibióticos correspondientes, así que estamos esperando. Ha reaccionado bien a los estímulos que le han hecho, le han generado estímulos al dolor, lo han estimulado con la cosquilla, con el cariño, y él ha respondido. De hecho abrió los ojos ante el estímulo del dolor.
Su hijo salió a marchar como lo han hecho miles de estudiantes en los últimos años en Chile. ¿Cómo se asimila la noticia de que haya sufrido lesiones tan graves mientras se manifestaba pacíficamente?
Yo sabía que él iba a marchar. Se despidió de nosotros el 20 de mayo porque viajaría a Valparaíso. Yo siempre he apoyado su asistencia a movilizaciones pero ese día me quedé con una sensación desagradable, como de incertidumbre, porque las cosas estaban extrañas. Durante el 21, me llama su compañera y amiga Luna Rojas y me dice: tío, el Rodrigo está en el hospital. Yo inmediatamente entendí que había algo grave, porque si hubiese sido por un palo o algo así, se lo habrían llevado a la policía local o a la comisaría, habría estado detenido. Pero no, estaba en el hospital, grave, y a los tres minutos me vuelve a llamar y me dice tío, es mejor que se venga, porque es muy grave. Ahí se me cayó el mundo, yo entendí al tiro que era posible que mi hijo se muriera.
“Ahí comenzamos un periplo de muchos días en que la muerte estaba presente en cada segundo. El dolor que uno siente no alcanza a caber en el cuerpo, es una cosa indecible”.
Por suerte andábamos en el auto con mi señora y mis hijas y partimos de inmediato. Imagínate el viaje, de 120 kilómetros, con la imagen de Rodrigo distorsionada en mi cabeza y sufriendo. Llegamos al hospital y ahí el subdirector, que además me había estado llamando durante el viaje para prepararme, nos recibe en Valparaíso y nos cuenta sin escrúpulos ni analgésicos la gravedad de las lesiones y ahí entendimos que estábamos ante una situación límite, porque además ya lo estaban operando. Cuando llegamos nosotros, supimos que Luna había autorizado, en la ausencia nuestra, que le abrieran la cabeza. Fue muy fuerte y ella fue muy valiente en esto, porque si no lo hacen se les muere ahí.
Ahí comenzamos un periplo de muchos días en que la muerte estaba presente en cada segundo. El dolor que uno siente no alcanza a caber en el cuerpo, es una cosa indecible. Lo vivimos de esa manera con mi señora, lo lloramos, pero apechugamos.
Han mostrado mucha entereza…
Sí, claro, porque además entendíamos que Rodrigo y el movimiento estudiantil es también una historia construida desde siempre. Ellos, en definitiva, se juegan su vida para construir el país por el que también peleamos nosotros. Lo que pasa es que son épocas distintas, y además siempre lo animamos. Nunca le dijimos ‘oye, no’. Yo me siento orgulloso de que Rodrigo sea una persona sensible -además de inteligente y hermoso- a lo que sucede en el país, que sea capaz de soñar un Chile diferente y jugársela. Y jugársela a concho. Yo soy orgulloso de mi hijo y lo asumí con la entereza con la que aparecemos, que es medio mentirosa también porque el dolor es terrible.
¿Qué opina del temor que el caso de Rodrigo puede despertar en los padres y las familias de quienes se movilizan?
La generación del movimiento estudiantil actual tiene un componente muy atractivo, porque además de soñar, ellos viven la política con el afecto que dejaron de sentir los políticos tradicionales.
Además hay un elemento muy bonito: muchos de los chiquillos militantes de diversos movimientos, donde además coincide que la plataforma de la UC, Crecer, y en la UNE, concurren muchísimos hijos de los que fuimos dirigentes y estuvimos comprometidos a concho en los 80. Es increíble la cantidad de chiquillos que son hijos de amigos nuestros, de los dirigentes que éramos en ese tiempo. Nuestros hijos se encuentran y ellos han perfeccionado el espacio de hacer política que teníamos nosotros, ellos han roto lo tradicional.
Entonces, también existe, a propósito de este dolor que ha generado lo que le pasó a Rodrigo, el amor por los sueños. Yo creo que más que retraerse y sentir el miedo que uno podría leer que podría existir de aquí para adelante, los chiquillos han confirmado su compromiso y también el homenaje a Rodrigo.
“Yo creo que no hay una vuelta atrás en esto, yo tengo la impresión de que aquí ha habido un acicate. Tengo la impresión de que lo que le está pasando a Rodrigo ha sido un impulso para renovar compromisos”.
En la marcha del jueves, donde participamos por invitación de la Confech, llevaba más de 100 mil personas, la mayoría, universitarios, secundarios, muchos padres de familia, y que salieron a la calle sin temor a nada, a esa hora, habiendo sido además amenazados por el susto de las autoridades de que iba a haber vandalismo, etc. Fuimos capaces de salir a la calle con coraje. Yo creo que no hay una vuelta atrás en esto, yo tengo la impresión de que aquí ha habido un acicate. Tengo la impresión de que lo que le está pasando a Rodrigo ha sido un impulso para renovar compromisos.
Yo creo que más que retraer y esconder, la gente está agotada y con ganas de que esto cambie. Entre Penta, SQM, la muerte de dos estudiantes, el que las platas de Pinochet financiando a aquellos que levantaban la bandera de la democracia, la igualdad y la justicia… La gente está hastiada de esa forma de hacer política. La mitad del Congreso o un poco menos no debieron haber sido electos.
Las generaciones nuevas buscan cambiar eso y tienen el impulso. Yo los apoyo. Mi hijo es uno de esos y lo voy a seguir apoyando. Él se mejorará de esto, espero que así sea, y cuando me diga oye, papá, voy a la marcha, yo le diré maravilloso, te apoyo, pero ten cuidado…
Cómo vive el avance de la democracia desde su experiencia política en dictadura y respecto a cómo se evidencia esto en el trato que, por ejemplo, se le da a los jóvenes cuando se manifiestan en la calle.
Yo lo veo con mucho dolor y con un sentimiento de derrota. Nosotros nos jugamos la vida en los 80 cuando no eran palos los que había, sino balas. Lo hicimos por cambiar el país, sacar a Pinochet y construir una sociedad distinta. Y fíjate que los niveles de represión que había en los 80 para con nosotros en ese tiempo, no tienen grandes diferencias con los niveles de represión que hay hoy. La razón es simple: los protocolos que se aplican en Fuerzas Especiales hoy día son los mismos protocolos que surgen en dictadura, cuando la cultura de la muerte y el acallar es lo que prima.
La dictadura transforma a las Fuerzas Especiales en un grupo de elite que sale a la calle cuando los ciudadanos se manifiestan, a combatir al enemigo, no a proteger a los ciudadanos. Eso es una pena, porque nos jugamos la vida para ello. Dos jóvenes murieron en Valparaíso hace unas semanas, la bala no fue de Carabineros, pero es la cultura lo que queda. Está también Luciano Debrott de la Usach, que está a punto de perder la vista porque el capitán Sanzana intenta protegerlo con una bomba lacrimógena en su rostro. O la Paulina Estay que termina con un TEC porque FFEE la golpea y la empuja con sus escudos, a una niña que mide 1.50, que pesa 52 kilos y casi la matan. Eso es lo que Chile no necesita, es una burla a la democracia, una falta de respeto a la Constitución y es una vulneración a la dignidad.
La reacción de Carabineros ha sido de negación casi en todo momento, incluso con pruebas indiscutibles circulando en redes sociales y en los medios de comunicación.
Yo tengo la convicción de que las Fuerzas Especiales, protegidas por Carabineros, desde el primer momento han buscado no asumir responsabilidades y aparecer distorsionando la verdad, obstruyendo la justicia y pensando que los chilenos seguimos siendo una manada de borregos torpes, sin capacidad de leer lo que está sucediendo. Al día siguiente de lo hecho, Carabineros saca una declaración que además es muy curiosa, sin encabezado, de tres párrafos, donde señalan que se encontraron con un cuerpo y que concurrieron rápidamente a socorrerlo y trasladarlo a la asistencia pública.
Lo que también es mentira…
Pero evidente. No sólo eso, sino que además con la misma declaración del Carabinero que dieron de baja se determina que es mentira. La primera voz de la institución ya pretendía engañar a la ciudadanía. Luego, un alto oficial de la plaza en Valparaíso me va a visitar para decirme que están muy dolidos por lo que vive Rodrigo, pero que tienen claridad de que ellos no son responsables de eso y que tendrán buena disposición para ayudar en todo lo que sea posible. Yo, la verdad, me molesté mucho y le dije que espero que le pidan perdón a la familia y reconozcan su responsabilidad de cara al país.
Entonces, el oficial este de alto rango, me dice con soberbia: pero señor Avilés, usted no tiene ninguna prueba de que fuimos nosotros quienes disparamos y el chorro del guanaco terminó por botar a su hijo. Si tú sumas eso a la primera declaración y al informe lleno de mentiras que aparece, donde decían que habían periciado la zapatilla, queda clarito que lo que busca Carabineros es señalar que no son responsables de esto y que son blancas palomas. La mentira en este país se termina rápido con la existencia de las redes sociales y de las nuevas tecnologías. Además son torpes, porque han hecho 50 acciones, todas malas.
“Hay un tema que es muy jodido: yo creo que Carabineros ha demostrado, en el marco del dolor de la familia y de mi hijo, que son una institución que requiere urgente ser modificada, cambiada, regulada”.
Un cuarto hito es la declaración de este señor que lo dan de baja, que pide perdón, y que me parece un gesto humano y se lo acepto si así quieren, pero que no dice relación alguna con la responsabilidad que tienen. Hay una cosa muy grave que no se ha resultado: él dice nos llamaron para que concurriéramos a un acto de saqueo que había en la misma cuadra. Dice él que cuando llegaron les ordenan que disuelvan a los manifestantes, cuando los manifestantes ya habían terminado. Entonces, lo que hacen ellos, es agredir a ciudadanos que van caminando por la vereda, con banderas y todo porque acababan de marchar. Mientras tanto, a 20 metros de ellos, saqueaban la propiedad de algún ciudadano de este país. Ellos, por hacer daño, terminan permitiendo que el vandalismo prospere.
Hay un tema que es muy jodido: yo creo que Carabineros ha demostrado, en el marco del dolor de la familia y de mi hijo, que son una institución que requiere urgente ser modificada, cambiada, regulada. Las Fuerzas Especiales no deberían existir de la forma en que existen. No necesitamos gurkhas en Chile. No necesitamos enemigos que vayan a la guerra contra los ciudadanos honrados. Necesitamos ciudadanos, que vayan vestidos de uniforme, y protejan al resto. Y eso no existe en Chile.
¿Cómo enfrenta las declaraciones de algunos militantes de la UDI? Algunos han sugerido que se investigue la responsabilidad de Rodrigo en unos saqueos que ocurrían en el sector.
A mí me parece que la UDI y Hasbún han banalizado esto porque no tienen fundamentos. Ellos han sido los amigos de la muerte desde siempre, ellos han sido los que han saqueado este país, quienes han destruido la república. Ellos han sido los que protegieron los asesinatos, los que alababan al dictador. Este dictador que no sólo es responsable de la muerte de miles de chilenos, sino que además se robó la mitad del país. Esa es la UDI.
Y la verdad es que, frente a los juicios que ellos hacen, yo no tengo ni siquiera un sentimiento de bronca o enojo. Ellos están haciendo su pega y lo único que hay que recordarle al señor Hasbún es que su amigo de Penta ha destruido este país, pero que además, el señor Hasbún tiene pega como parlamentario porque personas como Rodrigo, en desacuerdo con ellos, pelearon para que hubiese democracia, porque si no, él no sería diputado y no ganaría la plata que está ganando haciendo tonteras.
A su juicio, ¿cuáles son las responsabilidades políticas en este asunto?
Yo creo que aquí hay dos tipos de responsabilidades. Primero, las responsabilidades administrativas de la institución de Carabineros y Fuerzas Especiales y ahí deben responder todos quienes han estado involucrados en la cadena de mando, desde arriba. Hay un acta del Congreso Nacional, de la Cámara de Diputados, en que el general González señaló que todo lo que hace Carabineros él lo sabe. En esa misma sesión se señala que cuando se generan estas acciones de FFEE se constituye un centro de comando, por tanto toda esa actividad es sabida y conocida por ese centro. Me interesa que el general Cartagena responda, porque es él el que estuvo en la calle acompañando la operación de FFEE.
Además, claro, hay responsabilidades políticas. Carabineros no se manda solo. Cuando se habla que las instituciones funcionan en este país y que cuando pasan cosas hay que perseguir responsabilidades caiga quien caiga, estos son los momentos en que tiene que tener cuerpo y carne porque, si no, la gente deja de confiar aún más en la clase política.
¿Cómo ve usted las críticas específicas que hay hacia la gestión del ministro Jorge Burgos en este caso?
“Burgos ha hablado para la derecha, ha intentado dejarlos contentos, señalando que la institución de Carabineros tiene todo el respaldo y que nunca se ha cuestionado”.
Yo creo que el ministro Burgos, hoy vicepresidente, lo que ha hecho es tener una prudencia preocupante, para decirlo de la manera más elegante. Burgos ha hablado para la derecha, ha intentado dejarlos contentos, señalando que la institución de Carabineros tiene todo el respaldo y que nunca se ha cuestionado. Fíjate que yo comparto el juicio, yo no quiero destruir a Carabineros, ellos tienen todo el respaldo, pero debe cambiar estructural y sustancialmente.
Yo creo que el ministro Burgos se equivocó nuevamente. Él no debió haber dado este mensaje porque llama a equivocaciones y si él quiere dejar contenta a la derecha, que los invite de forma privada a una reunión donde les señale tal vez que sus políticas van a ser de acuerdo a lo que la derecha quiere, pero no puede hacer eso públicamente porque es una falta de respeto.
¿Qué esperaría que suceda cuando Rodrigo despierte?
Que me dé un beso. Yo quiero que él siga siendo el mismo, con la misma creatividad y amor con que él trata a la gente. Imagina todo lo que se generó en este país. Rodrigo evidentemente va a tener un rol relevante para articular movimientos y pensar el futuro y lo apoyaré en todo, pero es una decisión que debe tomar él. En una de esas Rodrigo se nos asusta, que espero que no suceda. Conociéndolo y conociendo su pasión por aquello por lo que él cree, si no queda con secuela alguna -que es lo que todos esperamos-, va a perseverar. Yo amo a mi hijo no sólo porque es mi hijo, sino porque es un ejemplo de humanidad y eso es muy importante.
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