“La Kastitución”, concepto que circulaba hace semanas en redes sociales, fue usado ayer por la senadora y presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, para criticar lo que fue la primera semana de votaciones en el pleno del Consejo Constitucional.
A pesar que la senadora ha sido una de las que ha abogado para no bajar los brazos, hizo eco de la disconformidad que se está acrecentando aceleradamente en algunas fuerzas políticas, especialmente de la izquierda, ad portas de que se que reanuden este lunes las discusiones en el plenario.
En los últimos siete días, la izquierda sólo vivió derrotas en el órgano redactor. La guinda de la torta ocurrió el jueves pasado, cuando el pleno votó el corazón de los derechos sociales y el sector tuvo que resignarse a observar cómo se “desdibujaba el Estado social”.
De hecho, la redacción que va quedando en el borrador motivó a algunos consejeros del oficialismo a plantearse la opción “En Contra” para el plebiscito.
Este domingo, Vodanovic cuestionó al Partido Republicano (colectividad liderada por José Antonio Kast, que tiene el mayor número de representantes dentro del órgano constituyente), de construir una Carta Fundamental para “un sector minoritario del país”. “Es representativa de un sector minoritario del país, del sector que defiende el Partido Republicano. Se está haciendo una ‘Kastitución’, no una Constitución. Se está haciendo una Constitución para Kast, para el sector republicano”, dijo.
Sin embargo, las voces más críticas surgieron desde el Partido Comunista, que desarrolló su Comité Central este fin de semana para definir la sucesión de su fallecido presidente Guillermo Teillier y también para acordar una postura frente al proceso constituyente.
En lo formal, el PC acordó declararse “en alerta”, pero su recientemente nombrado presidente, Lautaro Carmona, informó que su partido ya se está preparando para el peor desenlace de las deliberaciones en el Consejo Constitucional. “Lo que concluimos que está en juego, es el peligro real de una regresión del punto de vista de las políticas más reaccionarias incluso con ciertos sesgos fascistoides, que amenazan la convivencia política del país. Nosotros como una fuerza política, nos disponemos a entregar todo lo que sean nuestras capacidades, a multiplicarla en todos los espacios que sea necesario, para salir al paso de esta ofensiva de la ultraderecha”, dijo Carmona.
Mientras el presidente del PC realizaba su punto de prensa, en la radio Nuevo Mundo, emisora ligada al partido, el consejero de esa colectividad, Fernando Viveros, explicaba que, a pesar de la profunda disconformidad con el texto que está resultando, oficialmente no llamarían a votar en contra para no alimentar la estrategia de la derecha.
Sin embargo, Viveros planteó que el PC ya debía comenzar a trabajar en los territorios por el rechazo de un nuevo texto, que -a su juicio- no podrá ser corregido en las instancias que quedan. Incluso comentó que, al 5 de octubre, cuando exista un documento casi definitivo, el partido debiera sincerar su voto “En Contra”. “Ni la Constitución de Pinochet se atrevió a tanto. Esta es la Constitución de Pinochet 2.0”.
Dentro de las normas más complejas para la izquierda figura la protección de la vida de “quien está por nacer”, la exención de contribuciones para las primeras viviendas, la aprobación de la libertad de elección en salud y en seguridad social, la inexpropiabilidad de los fondos de pensiones, la limitación de la huelga a la negociación colectiva y la modificación completa del artículo primero del borrador.
En tanto la titular de Interior, Carolina Tohá, en el programa Mesa Central, señaló que “para el país sería muy frustrante llegar a un nuevo proceso en que no logremos acordar una Constitución que nos represente a todos”. En esa línea, emplazó al partido de Kast y a otros sectores de derecha a realizar esfuerzos por un entendimiento. En esa postura coinciden en el Socialismo Democrático.
Tohá, puntualizó que en las encuestas lidera la opción de rechazar esta propuesta y agregó que “el debate en el Consejo no ha logrado generar consenso y lo que uno esperaría, sobre todo con la lección de lo que fue el proceso anterior, es que esta vez veamos que hay que salir un poco de cada trinchera y que podamos buscar un espacio de convergencia”.
Mencionó que no sólo el gobierno está preocupado por el rumbo del Consejo, sino que también diferentes grupos políticos como Amarillos por Chile y Demócratas, además de la alcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei (UDI). “Yo sé que desde el sector republicano han tratado de decir que es el gobierno, pero las voces de preocupación han sido de muchos sectores, como parte de los grupos que estuvieron por el Rechazo en la vuelta anterior… Los republicanos quieren que esto se transforme en una pelea entre ellos y el gobierno y nosotros queremos que sea una reflexión del país para construir un acuerdo”, dijo la ministra del Interior.
“Yo no tengo una pelea con los republicanos, tengo un desafío como país, que yo los invito a que no lo dejemos pasar por segunda vez”, señaló Tohá.
Una de las esperanzas del oficialismo es que en Chile Vamos también hay disgusto con los contenidos del texto. De hecho, Evelyn Matthei, eventual abanderada presidencial de la UDI, RN y Evópoli, declaró en entrevista en El Mercurio su distancia con el resultado transitorio del proceso. “Más parece un programa de gobierno de una mayoría circunstancial que una Constitución. Si las cosas siguen así, naturalmente no voy a poner mi capital político para la aprobación de esta Constitución que se discute”, dijo.
En respuesta, la presidenta del Consejo Constitucional, Beatriz Hevia, señaló que “mi preocupación no es el capital político de nadie”.
Por su parte, a través de una declaración pública, la directiva del movimiento Amarillos por Chile expresó que “observamos con preocupación que el nuevo proceso constitucional camina por una senda equivocada… un sector de la derecha busca aprobar normas que constitucionalizan temas que debieran discutirse en el Congreso para convertirse en leyes, pero que no corresponde incluir en una Constitución. Por otro lado, una parte de la izquierda propuso algunas enmiendas que volvieron a levantar demandas incluidas en un proyecto de Constitución que fue rechazado con claridad y contundencia en el Plebiscito del 4 de septiembre pasado y esa misma izquierda parece ya haber decidido inclinarse por el “En Contra”, cuando aún no ha terminado el proceso completo”.
Fuente: La Tercera