¿En qué van las 21 iniciativas legales y las 14 medidas administrativas que tienen su origen en el Informe Engel? Se pregunta quien dirigió el Consejo Asesor Presidencial contra los Conflictos de Interés, el Tráfico de Influencias y la Corrupción, el doctor en economía Eduardo Engel.
Y es que pasados cuatro meses del denominado Informe Engel parece ser que el gobierno no ha sabido comunicar la realidad del progreso, o no progreso, en materia de transparencia, probidad y democracia. «Durante mayo y junio tuvimos semanas con múltiples ceremonias, cada una para anunciar una iniciativa distinta, donde hasta los más motivados fueron perdiendo el interés», dijo en una columna enLa Tercera Eduardo Engel.
El experto explica que «las propuestas del Informe Engel se agrupan en 21 áreas temáticas. Hay áreas con claros avances y otras donde no ha pasado prácticamente nada. Sin embargo, durante las últimas semanas el foco de la atención pública ha estado en la reforma de los partidos políticos y su financiamiento público».
En materia de democracia el proyecto establecía que no habría «ni un peso para los partidos que funcionan como lo hacen hoy, pero acuerdo unánime del consejo para darles recursos públicos a partidos con una sólida democracia interna, transparentes y programáticos. Es preocupante, entonces, que los temas de democracia interna y financiamiento público estén en proyectos de ley distintos, lo cual dificulta negociar el condicionamiento y puede llevar al escenario impresentable en que se apruebe el financiamiento público sin que se aprueben las exigencias de democracia interna», indicó Engel.
La pregunta es ¿por qué importa tanto tener partidos con democracias internas sólidas?
Para Engel los problemas de los partidos comienzan con los padrones electorales «que no son confiables y que permiten la existencia de los llamados caciques o caudillos».
El economista explica que los caudillos inscriben a «decenas (a veces centenares) de militantes con direcciones falsas, de modo que sólo ellos pueden contactarlos. De esta manera, para ganar una elección interna, importa más obtener el apoyo de los caudillos, típicamente a cambio de favores, que proponer políticas que representen mejor la doctrina, ideología, programa y necesidades de los afiliados al partido. Se privilegia a los incondicionales por sobre los ciudadanos bien formados y con inserción social, bajando la calidad del reclutamiento partidario».
Según la columna, lo procesos electorales son «poco transparentes para elegir las directivas de los partidos, donde el Servel no garantiza que las preferencias de quienes votan se vean reflejadas en los resultados que se reportan y donde frecuentemente hay acusaciones de fraude». «Los partidos a veces son controlados por las mayorías y se usan para acallar a las minorías, sin debido proceso y sin acceso a instancias externas en caso de abusos», agrega.
Para Engel «el proceso viene viciado en su origen», «así son nuestros partidos. De estas instituciones emanan «nuestros presidentes, senadores, diputados, alcaldes y demás autoridades elegidas. De estas instituciones también viene la mayoría de quienes ocupan altos cargos en el Ejecutivo».
Además, según el texto, «los partidos reclaman que no quieren la ‘injerencia del Estado’, aunque no les molesta acceder a las “platas del Estado”. Si las elecciones en que participan todos los chilenos son supervisadas por el Servel, ¿por qué no se puede tener al Servel supervisando las elecciones internas de los partidos?».
Para el economista «no hay vuelta que darle, si queremos partidos con democracia interna efectiva debemos exigir la reinscripción de todos los militantes, sin excepción (…). Parece ser que las directivas actuales tienen temor a perder cuotas de poder y verse obligados a sincerar que sus afiliados efectivos son menos de lo que indican sus registros».
Una preocupación para Engel es que el nuevo Servel debe estar funcionando en 10 meses, cuando comiencen las campañas para las primarias de las municipales del próximo año, «con la capacidad de fiscalizar en terreno al menos una fracción importante de las elecciones. Tomará varios meses reestructurar el Servel, contratar a los nuevos funcionarios, echar a andar los nuevos procesos. Se trata de un desafío de gestión mayor. Si el Servel no tiene la capacidad de fiscalizar debidamente en las próximas elecciones municipales, cualquier posibilidad de recuperar la confianza ciudadana se puede terminar esfumando de manera definitiva».
«La respuesta es que se necesita de tres actores. En primer lugar está el Ejecutivo, partiendo por la Presidenta y los ministros claves. Aunque han dado muestras claras de compromiso con esta agenda, ellos no bastan. Porque requieren de los votos de los parlamentarios, porque los niveles de apoyo que tienen son bajos. Aunque todavía minoritarios, en semanas recientes han emergido liderazgos interesantes en el Congreso, entre ellos el presidente del Senado, Patricio Walker, quien se ha comprometido a apoyar la reinscripción de todos los afiliados a los partidos.
Para convencer a los parlamentarios se necesita también un rol más activo de las organizaciones sociales y la sociedad civil. Lo sucedido hace poco más de un mes, luego de la denuncia de una indicación que permitía el financiamiento de los partidos por parte de empresas es interesante. Más allá de que los legisladores y el Ejecutivo se culparon mutuamente, lo relevante es que una vez que la opinión pública se enteró del “error” y puso presión, éste fue corregido rápidamente».
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