Francisco Díaz: “Ha habido una falta de entendimiento de lo que significa dialogar en democracia por parte de algunos sectores”

«Una discusión expedita, pero en profundidad». Ese es el sello que intenta imprimir el gobierno al debate del proyecto de reforma laboral tras proponer más de 60 cambios, manteniendo los pilares centrales que le dieron vida al articulado. 

A diez días de partir la discusión de los ajustes, el subsecretario del Trabajo, Francisco Díaz, se muestra confiado: «Estamos abocados a convencer y hacer pedagogía política sobre el por qué de cada una de las indicaciones que hemos presentado y está recién comenzando ese proceso», asegura.

– ¿Cuándo se espera despachar el texto?
– Ojalá que en algún momento de octubre pasemos a sala del Senado, y de ahí vendrá el tercer trámite en la Cámara de Diputados para tener el proyecto en situación de ser despachado por el Congreso. Desconocemos si es que la oposición llevará algunos aspectos del proyecto al Tribunal Constitucional. Eso, evidentemente, retrasaría lo que es la promulgación de este proyecto.

– ¿Se tomarán todo el tiempo o se pondrá el pie en el acelerador?
– Hemos combinado tramitación expedita con profundidad, es bueno que así sea. Para Chile es bueno terminar pronto con lo que ha sido la discusión de este proyecto de ley. Ya las posiciones están razonablemente claras entre los distintos actores, por tanto, mientras antes mejor.

– ¿Usted calificaría estos ajustes como «grandes perfeccionamientos»?
– Hay perfeccionamientos importantes en diversas materias y así ha sido reconocido y recogido por todos los actores, incluyendo sectores de oposición y de la Nueva Mayoría (…) Por ejemplo, introdujimos un cambio bastante sustantivo en el procedimiento de calificación de servicios mínimos y eso evidentemente da certeza a todas las partes.

– ¿No hay ninguna opción para introducir el reemplazo en huelga como lo pide la oposición y el empresariado?
– El Parlamento es por definición un lugar donde hay espacio para la discusión. No obstante ello, estamos muy conformes con lo que hemos presentado, porque mantiene los pilares de lo que ha sido esta legislación desde que se presentó.

– La facultad del empleador de hacer adecuaciones para que los trabajadores que no están en huelga puedan cumplir su función abrió un abanico de críticas. ¿Está totalmente descartado que esto sea una fórmula alternativa de reemplazo?
– Lo que hemos hecho en el proyecto es afirmarnos en dos principios. Por una parte, está el derecho de la libertad sindical de ir a huelga y no ser reemplazado en esa huelga y de ahí nuestro criterio de huelga efectiva. Y, por otro lado, la libertad de trabajo de quienes no están en aquella huelga.
Para asegurar aquella libertad de trabajo pueden existir algún tipo de adecuaciones al interior de la empresa en momento de una huelga. Eso se permite y se señala así expresamente en el Código, pero nos hemos colocado en el caso de abusos o reemplazos encubiertos o simulados que pudieran ocurrir por esa vía y estamos agregando algunas de las figura de prácticas desleales más típicas que pueden darse en ese sentido.

– ¿Y con estas «adecuaciones» se garantizaría un mayor control para que no se violen estos derechos?
– A través del juego de las disposiciones sobre huelga, así como de las prácticas desleales que constituyen reemplazos encubiertos, se logra un todo armonioso que permite conciliar ambas libertades. Y que, por otro lado, se ponen en el caso de impedir aquellas figuras más bien abusivas o encubiertas de reemplazo.

– ¿Cómo se garantiza que esto se cumpla en el caso del retail?
– Los trabajadores que no están en huelga tienen el derecho de seguir ejecutando las funciones convenidas en su propio contrato.
También es cierto que pudiera existir la tentación a convenir múltiples funciones para el sólo hecho de que en el futuro se pueda matizar o mitigar el impacto de una huelga. Ahí lo que prima, y esto es un principio general del derecho laboral, es la realidad. Existe un principio de primacía de la realidad, que indica que por más que uno tenga pactada x tipo de funciones en su contrato, lo que prima son aquellas que realmente ejecuta.
No creemos que haya peligro en aquel sentido y, por el contrario, le damos certeza a empleadores y trabajadores de que las funciones convenidas y ejecutadas según su contrato pueden seguir siéndolo durante una huelga por parte de los no huelguistas.

– ¿Cómo se entiende que tanto la CUT como el empresariado no estén contentos con los ajustes?
– Las observaciones de la CUT desmienten las observaciones del empresariado. La CUT ha señalado puntos divergentes, de mejor interpretación, sobre tal o cual aspecto y por tanto eso desmiente la acusación infundada que realizan algunos dirigentes empresariales respecto de que esta reforma ha sido escrita para darle en el gusto a la CUT o a dirigencias sindicales.

– Pero pareciera ser que la CUT ve que le están haciendo un guiño al empresariado con estas «facultades»…
– El Ejecutivo tiene que legislar pensando en el bien común. Por definición, nunca van a quedar los actores satisfechos en todas sus demandas. El punto central a rescatar es que no se entienda que por diálogo, uno está de acuerdo en todo lo que se le plantea. Allí ha habido una falta de entendimiento de lo que significa dialogar en democracia por parte de algunos sectores. Esperamos que con el correr de los días las declaraciones sean menos destempladas y que se entre a analizar el mérito propio de cada una de las indicaciones.

– ¿Han sido destemplados los dichos de la CUT y el empresariado?
– Ha habido declaraciones destempladas. Es cosa de abrir los diarios y leer algunas de ellas, pero como gobierno insistimos que dejemos de lado aquellas y vayamos al mérito propio de cada una. Se darán cuenta de que hay ideas de perfeccionar muchos temas, pero hay líneas matrices que creemos fundamentales.

– ¿Cuáles son esas declaraciones destempladas?
– Durante los primeros días de presentación de las indicaciones hubo declaraciones de algunos dirigentes empresariales que las hacían incluso sin haber leído las indicaciones. Eso es, evidentemente, una crítica destemplada.

– Pero luego la CPC con su equipo técnico evaluó las indicaciones y emitieron una dura declaración. ¿Son igualmente destempladas?
– Vamos a analizar las indicaciones en su mérito, no sólo las del Ejecutivo sino también la de los parlamentarios. Más que esas declaraciones, vámonos al mérito del proyecto.

– ¿Las críticas destempladas son derechamente desde el empresariado?
– Hay mucho ideologismo de parte del empresariado respecto de este proyecto. Esperamos que se analice esta legislación en su mérito. Es una legislación que cumple con los estándares de cualquier país europeo.

-También se ha dicho que el ministro Valdés trató de hacer todos sus esfuerzos por moderar el proyecto y que finalmente no resultó… ¿Hay dos discursos en ambos Ministerios?
– Las indicaciones las firmaron los ministros y, por tanto, son las indicaciones de todo el gobierno.

– Pero el ministro Valdés en su momento hizo alusión a que buscaba un mejor equilibrio, lo que también fue interpretado como un guiño hacia los empresarios.
– Como conducta de vida, trato de no interpretar los guiños que se le hacen a los demás.

CUESTIONAMIENTOS A LOS SERVICIOS MÍNIMOS: «A LO MEJOR HACE FALTA UN POCO DE CONVERSACIÓN»
– Se critica que los servicios mínimos están establecidos de forma bastante general…
– Incluso los senadores de oposición han felicitado el perfeccionamiento que se ha hecho en servicios mínimos, en el sentido de que se queden establecidos antes de la negociación colectiva, en el sentido de que existan servicios mínimos calificados por empresa y no sindicato por sindicato, lo que entregará certeza a todas las partes y en el sentido de evitar la judicialización de esta calificación.
Por tanto, a lo mejor ahí hace falta un poco de conversación y precisamente analizar mérito a mérito cada una de las indicaciones, no quedarse en titulares ni consignas.

– Pero se critica que se prestarían para una mayor judicialización.
– En la Cámara se aprobó una definición de servicios mínimos que cumple con los estándares de la OIT, de hecho, fue objeto de recomendación precisa de la OIT.
Lo que quedó pendiente era perfeccionar el procedimiento de calificación de estos servicios. Presentamos un procedimiento que ha sido inicialmente bien recibido por todos los senadores y esperamos que ese procedimiento dé certeza a las partes y a la empresa en particular.
Somos concientes de que el tema de los servicios mínimos es un tema nuevo, que probablemente en las primeras negociaciones será objeto de muchas opiniones de toda la comunidad laboral, porque es una institución nueva.
Los servicios mínimos no importaban cuando había reemplazo en huelga porque se operaba con el reemplazo. Ahora que no hay reemplazo, evidentemente que esto adquiere una trascendencia más importante para evitar las hipótesis de daño que la definición de servicios mínimos plantea.

– ¿Por qué no se habla directamente de huelga pacífica en las indicaciones, en circunstancias que se considera práctica desleal la fuerza física?
– Optamos por no definir la huelga en ese sentido. Hay una definición ya expresada en la propia Constitución en torno a que se debe asegurar un procedimiento que entregue soluciones justas y pacíficas, así que con eso lo que tenemos que resguardar son más bien algunas prácticas que no debieran ocurrir en la negociación colectiva y eso sí lo hemos incorporado como indicaciones.

 

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