Deudas y bajos salarios: el oscuro panorama de millones de chilenos

Los últimos estudios sobre endeudamiento, uno de ellos emitido por el Banco Central, muestran una preocupante realidad: el sobre endeudamiento de gran parte de los chilenos. A esto se suma los bajos salarios y el encarecimiento del costo de la vida, lo que según economistas, genera una “bomba de tiempo”.

El miércoles pasado el Banco Central publicó su Encuesta Financiera de Hogares 2015, en la cual cifró en casi 73 por ciento de los hogares chilenos reconoce tener algún tipo de deuda, en comparación al 69,6 de 2007 y el 71,9 de 2014.

Del total de hogares endeudados, un 63 por ciento manifestó que sus deudas tienen que ver con créditos de consumo; 19 por ciento hipotecarios y 8 por ciento educación. En el primer grupo, un 54 por ciento tienen deudas para comprar artículos para el hogar, un 30 por ciento para vestuario, y un 22 por ciento para poder pagar otras deudas.

Este estudio se vino a sumar a otro publicado hace algunos días por la Universidad San Sebastián y Equifax llamado “X Informe de Deuda Morosa a Septiembre 2015”, el cual constató un 18 por ciento de aumento en deudores morosos –que el estudio define como aquellos que dejaron de pagar una cuota de su deuda- de septiembre de 2014 a septiembre de 2015, y en un 6,7 por ciento respecto de la cifra entregada en junio por el mismo estudio.

Es decir, 1 de cada 3 personas tiene alguna deuda o con el sistema formal o informal, es decir 10,9 millones de personas en el país, siendo los jóvenes, mujeres y adultos mayores quienes más incidencia tienen en estas cifras de endeudamiento.

Si bien, algunos especialistas hacen hincapié en la necesidad de ahorrar lo más posible, y por contrapartida no sobre endeudarse, la pregunta salta a la vista: ¿Es posible cumplir con esa dinámica en Chile?

Gonzalo Durán, economista de Fundación Sol, calificó como “preocupante” el nivel de endeudamiento de los hogares, e hizo énfasis en los casi 11 millones de personas que se encuentran en esta situación, y sostuvo que el endeudamiento va más allá de meras consideraciones económicas: “Nosotros hablamos de que el endeudamiento es, básicamente, un mecanismo de control o disciplinamiento social, en la medida de que las personas están acogotadas por las deudas, es muy difícil de que ellas puedan ser unos agentes de cambio, agentes de transformación social, que participen en la vida pública (…) Es una victoria de las clases dominantes para mantener el statu quo”.

Durán vinculó el nivel de endeudamiento de la sociedad chilena con los bajos salarios que se pagan en nuestro país-50 por ciento de los trabajadores ganan menos de 305 mil pesos-, “y si subimos un poco más, la mayoría gana menos de 600 mil pesos”, por lo que es el crédito el que ha pasado a ocupar el rol de la remuneración “para impulsar la demanda agregada en la economía”, es decir, como los salarios ya no alcanzan para consumir, se debe acceder al sistema de crédito.

Finalmente, con respecto a la educación financiera que desde muchos sectores han planteado de la cual carecería nuestra población, Gonzalo Durán señala que existe “un vicio”, porque, al igual que en el tema de las AFP, “se le achaca a los trabajadores que no son capaces de manejar las finanzas, cuando el problema estructural es que en Chile se pagan bajos salarios, incluso en el contexto económico que estamos viviendo de ser uno de los países más caros de América Latina para vivir, y con niveles de producción que, perfectamente, podría hacer que los trabajadores tengan niveles de salario más altos”.

Branco Matijevic, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Diego Portales, enfatizó en los tres motivos por los cuales los chilenos se endeudan: gastan más de lo que reciben, endeudamiento que califica de “peligroso, porque va a llegar un momento en que no va a poder pagar la deuda”; el segundo nivel es el acceso a un bien mayor, un automóvil o vivienda, el que, señala, “no es nocivo”; y el tercero es por situaciones imprevistas, enfermedad, incendio, choque del auto, etc.

“El primero es el más nocivo para la economía, porque las personas siempre estarán buscando dinero para pagar deudas y no para invertir. Y, en el peor de los casos, no puede pagar la deuda con lo cual se van a ver afectadas la gente que le prestó la plata: bancos, retail, la casa comercial, etc.”.

Matijevic destacó el rol de la baja educación financiera que existe en nuestro país, la cual, “por falta de regulación y de comunicación” expone a riesgos a las personas, además por lo complejo de entender la cantidad de factores asociados a los créditos, que hacen que la mayoría de las personas no estén de condiciones de conocer a qué se enfrentan en este tipo de situaciones.

Si bien, el profesor de la UDP hace énfasis en la poca cultura de ahorro que existiría en Chile, también concordó en que esto se hace poco viable con los salarios que percibe la mayor parte de la población en Chile.

“Las alternativas de financiamiento en Chile, muchas veces, son muy caras para las personas. Por ejemplo, el avance en efectivo, vas a Ripley, Falabella o París, y sacas con la tarjeta CMR 50 mil pesos en efectivo, y después olvídate cómo se paga ese monto, no es posible, no termina nunca. Entonces, las alternativas de financiamiento son muy caras, y la cultura del chileno es pro deuda y muy bajo en cuanto al ahorro, a pesar que, estoy de acuerdo, el nivel de ingreso versus gasto en las familias chilenas, hace que sea insostenible vivir sin un nivel de deuda. Es muy complicado”.

Finalmente, Gonzalo Durán planteó que la deuda y los bajos salarios corresponden a una forma de acumulación de capital financiero por parte de los grandes grupos económicos, que terminan por despojar a la mayoría de los trabajadores de sus ingresos, por muy bajos que estos sean.

“Más bien obedece a patrones de acumulación por desposesión, es decir cómo a través de la deuda también se desposee a los trabajadores del poco valor que le retribuyen en sus centros de trabajo. La deuda también se termina consumiendo parte de sus ingresos a través de lo que son intereses sobre intereses, y lucro directo a partir del endeudamiento. Entonces, se van produciendo dinámicas de despojo, incluso en el marco de los bajos salarios, a través del endeudamiento”.

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