Solo 37% de trabajadoras de casas particulares cuenta con contrato laboral

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Hace muy poco se celebró en Osorno el Día Nacional de las Trabajadoras de Casa Particular, instancia en la que el Gobierno aprovechó de promulgar la Ley 20.786, que en 2014 cambió las condiciones laborales.

La ministra del Trabajo, Ximena Rincón, aseguró que “son grandes logros que las trabajadoras han alcanzado. Con esto avanzamos en el desafío de tener trabajo decente para todos y todas”, reconociendo que las modificaciones “tienen rostro de mujer, porque el 97 por ciento de las trabajadoras de casa particular son mujeres”.

Sin embargo, son varios los temas que siguen pendientes, como la escasa fiscalización respecto de la extensión horaria de la jornada laboral y las remuneraciones, que en la mayoría de los casos apenas superan el sueldo mínimo.

También se agregan la falta de pago de las imposiciones y, especialmente, la ausencia de un contrato de trabajo.

Esto, a propósito de la información entregada por el Ministerio del Trabajo, según la cual en Chile existen aproximadamente 350 mil trabajadoras de casas particulares, de las cuales alrededor de 130 mil poseen contrato de trabajo, es decir, solo un 37 por ciento.

En conversación con el programa Semáforo, la presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadoras de Casa Particular (Sintracap), Ruth Olate, apuntó al “temor de las compañeras de que los empleadores les van a rebajar los sueldos o de que las van a despedir”.

Además, aseguró que “si no tenemos el apoyo de la Inspección del Trabajo será muy difícil evitar que esta ley caiga en letra muerta”.

El lunes pasado, de hecho, comenzó a regir el último artículo de la ley 20.786, que establece la reducción del tiempo máximo de trabajo semanal de 72 a 45 horas, particularmente para las trabajadoras con contrato puertas afuera.

En ese sentido, Ruth Olate detalló que la nueva legislación considera, en el caso de las trabajadoras puertas adentro, un máximo de doce horas de jornada laboral, con tres horas de descanso, distribuidas de común acuerdo.

En cuanto al domingo, se establece como un día de descanso irrenunciable, mientras que respecto del sábado, la posibilidad de negociar entre trabajadora y empleador, con derecho a algún beneficio en caso de que se destine al trabajo.

Incluso, existirá la posibilidad de acordar hasta un máximo de 15 horas extras de trabajo semanal.

Además, la ley prohíbe que las trabajadoras usen uniforme fuera del lugar de trabajo.

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