La ex directora del Trabajo se refirió a la Reforma Laboral como un proyecto al que le faltó diseño, sobre todo para lograr una verdadera transformación en las relaciones entre trabajadores y empresarios.
En ese sentido, acusó que “la reforma en sí debió haberse pensado más antes de enviarla. Es cierto que estaba el compromiso de campaña, pero lo que se envió no recoge el sentir de los trabajadores ni de los laboralistas, porque no cambia fundamentalmente el Plan Laboral de la Dictadura”.
Sobre los puntos que en el texto se abordan, insistió que defienden principalmente al empresariado, calificándola como una reforma en favor de esta clase, en desmedro de las inquietudes del mundo del trabajo.
Las críticas de la experta son profundas, porque –asegura- que no se reconoce que vivimos en una economía capitalista, por lo que no se recogen las diferencias inherentes entre trabajadores y empresarios: “Pareciera que viviéramos en la Luna, y que en vez de expandirse la economía capitalista, todos tenemos los mismos intereses. Entonces, pretender consensos es no reconocer la diferencia”.
Así, calificó de “lógico” el retraso en su tramitación, toda vez que siempre que se ha discutido este tipo de modificación ha sido resistida desde el empresariado: “Siempre se ha dicho que una reforma laboral va a generar desastres en la economía, cosa que nunca ha sucedido”.
Por ello, María Ester Feres insistió en que la discusión de reforma laboral no puede ser aislada de la situación país: “El poder económico, de alguna manera, encuentra colusión con alguna parte del Parlamento”. Sin embargo, negó la posibilidad de sacarlo de su reforma parlamentaria, esto porque independiente de su real impacto, su aprobación será presentada como un gran logro del Gobierno, “salga lo que salga”.
Para la investigadora, algunas de las materias que se estarían anulando con esta normativa atentan directamente contra los derechos ganados por los trabajadores: “No es una reforma estructural, son cambios menores. Los avances presentados se desvirtúan si uno lo ve en el contexto de las relaciones colectivas, porque lo que se dice en un artículo, o se sede en algún párrafo, se desdibujan en otros contenidos del mismo proyecto”.
Así, calificó la reforma de pro empresarial, porque “más allá de los temas sustantivos, todo el proyecto se construye sobre la profundización de los pilares del Plan Laboral, pero, además, hay puntos que ni siquiera José Piñera –autor de la norma- los planteó de esa manera”. Así cuestionó la desregulación que se propone, otorgándole más poder al empresariado, “para dejar sin efecto normas básicas, irrenunciables, como la relación entre tiempos de trabajo y descanso, y que no solo afecta lo laboral, sino los aspectos familiares de cada trabajador y detona múltiples problemas sociales que se vinculan con la ausencia parental de los hogares”.
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