
Las nuevas medidas laborales aprobadas en el último tiempo, como la reducción de la jornada a 40 horas y el aumento del salario mínimo, han puesto sobre la mesa la preocupación del mundo empresarial por el alza de los costos asociados al trabajo.
En este contexto, Defontana realizó una encuesta a 325 líderes empresariales para conocer cómo el mercado se está adaptando a la nueva realidad salarial y qué cambios han debido realizar en su estructura y operaciones.
Cabe recordar que, a fines de abril, el gobierno y la Central Única de Trabajadores (CUT) anunciaron un protocolo de acuerdo para aumentar el sueldo mínimo a $529.000 a partir de mayo de 2025. La negoción –que aún no ha sido aprobada en el Congreso, pero que, una vez ratificada, será de aplicación retroactiva- contempla un nuevo ajuste en enero de 2026, que elevaría el monto a $539.000.
La primera parte del estudio hace una radiografía sobre el alcance del reajuste en los costos de las empresas. En este sentido, el 49% de los consultados declaró que significó un “incremento moderado”, un 16% experimentó un “incremento significativo”, mientras que solo un 4% reconoció una “reducción de costos”. Por otro lado, un 30% dijo que la medida no tuvo impacto alguno en este ítem.
Al desglosar por industria, las empresas manufactureras lideraron la percepción de “incremento significativo” con un 21%, seguida por comercio (20%) y servicios (19%).
Para Macarena Molina, product manager de Talento y Cultura en Defontana, el estudio muestra cómo el mercado chileno se ha preparado para este tipo de cambios.
“Resulta interesante observar cómo las empresas chilenas han logrado adaptarse al reajuste del salario mínimo. Si bien al principio existía una fuerte incertidumbre respecto a cómo las pequeñas empresas enfrentarían este desafío, considerando que algunas podrían ver afectada su operación diaria, los datos muestran que, en su mayoría, han logrado absorber el impacto de manera razonable”.
Sobre este punto, el análisis arrojó que el 34% de las empresas estaba “totalmente preparada” para el reajuste, un 29% estaba “medianamente preparada” y solo un 4% manifestó estar “nada preparada”. En esta última clasificación, el sector más afectado fue, nuevamente, el de manufactura, con un 25% de empresas “poco o nada preparadas”.
Otro aspecto abordado en la encuesta fue el tipo de medidas que las empresas han adoptado para reducir el efecto del aumento salarial. Al respecto, el primer lugar lo ocupa “optimizar procesos”, con un 50% de las preferencias, seguida por el “aumento de precios” (26%), la “reducción de personal” (21%) y “tercerización de servicios” (12%). En tanto, un 27% de los encuestados declaró no haber tomado “ninguna medida”.
“Que las empresas opten por mejorar sus procesos en vez de tomar decisiones drásticas, como reducir personal, es una señal positiva; una muestra de madurez organizacional”, reflexiona Molina.
Subsidios y tecnología
Otra arista evaluada por Defontana fue el apoyo que el Estado ha brindado a las empresas, mediante subsidios, para ayudarlas a enfrentar el reajuste. En este punto, la percepción de los entrevistados no fue tan positiva: el 49% declaró que no ha recibido apoyo y un 26% manifestó que las ayudas anunciadas no son suficientes.
Luego, ante la consulta sobre si el nuevo reajuste pone en riesgo la continuidad de su negocio, un 34% manifestó que “no lo pone en riesgo”, un 29% que el riesgo “es muy bajo”, un 21% dijo “no estar seguro”, y un 15% declaró que “sí, en cierto grado”. El sector más optimista fue el tecnológico, donde el 44% afirmó que la medida no representa un riesgo, y un 19% cree que el riesgo es muy bajo.
El estudio también reveló que la tecnología es percibida como un “aliado” para manejar este y los futuros reajustes al sueldo mínimo. En este sentido, el 58% de los encuestados mencionó que cuenta con un “software de gestión de remuneraciones” para enfrentar este proceso.
En esta misma línea, un 61% dijo que “considera necesaria” esta herramienta para gestionar eficientemente el reajuste, y un 44% declaró que el uso de software que automatice el cálculo de remuneraciones y simule escenarios de cambios legales, como el salario mínimo, es “muy útil”.
“La tecnología es una gran aliada para que las empresas puedan adaptarse a cambios como el reajuste del sueldo mínimo sin comprometer el empleo. Si bien muchas ya han incorporado herramientas de gestión de remuneraciones, todavía hay empresas que deben avanzar en su digitalización. Ese sigue siendo uno de los principales desafíos: usar la tecnología no solo para ser más eficientes, sino también para proteger a sus equipos”, señala Molina.
Para garantizar la representación de la muestra, se seleccionaron empresas de distinto tamaño. Un 22% tiene menos de 10 empleados, 20% tiene entre 11 y 20; 21% entre 21 y 50; 26% entre 51 y 200, y solo el 11% corresponde a compañías con más de 200 trabajadores.
Fuente: La Tercera