En medio del debate por el proyecto de ley del Gobierno que despenaliza el aborto en tres causales, el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, reiteró su público apoyo a la iniciativa enfocándose esta vez, en particular, en los casos de violación.
En su columna dominical en El Mercurio, el abogado resaltó que el embarazo a consecuencia de una violación es una «experiencia que sólo puede ser femenina» y aseguró que, en caso de estar sometido a una situación análoga, «ningún hombre aceptaría» la «obligación coactiva» de no poder interrumpirlo.
«Cuando una mujer es violada se la reduce a la condición de cosa. Es la vejación más extrema que puede sufrir una mujer. Y la huella de esa vejación se extiende en el tiempo cuando de ella resulta un embarazo. Se trata de una experiencia exclusiva de una mujer: anidar una vida humana que es resultado de un acto de fuerza que la cosificó«, escribió Peña.
«Lo más parecido a eso que podría ocurrir a un hombre, según el experimento mental de Thompson (Philosophy & Public Affairs, Vol. 1, N°1, Fall, 1971), es que mientras duerme se conectara, sin él consentirlo, un riñón suyo a un enfermo hasta encontrar, para este último, un donante que permita transplantarlo. La mujer violada y el hombre conectado estarían en la misma situación: una vida extraña dependería de ellos«, continuó.
Sobre la base de este escenario Peña cuestionó si sería correcto «coaccionar a la mujer para que mantenga el embarazo», así como «coaccionar a ese hombre para que no desconecte al enfermo que profita de su riñón».
«La dramática experiencia, que sólo puede ser femenina, de anidar una vida que es resultado de un acto de fuerza no debe originar la obligación de sostener el embarazo bajo la amenaza de coacción estatal. Algo así -deberán recordarlo los legisladores en el Día Internacional de la Mujer- impone a las mujeres una obligación coactiva que ningún hombre aceptaría«, señaló el jurista.
«Bueno, pero no exigible»
El académico consideró, en esta línea, que en la discusión se «confunde el derecho a la vida de cada individuo con la obligación de los demás de sostenerla».
«Todos los miembros de la sociedad chilena tienen derecho a la vida, pero no es cierto que tengan la obligación recíproca de sostener sus existencias». Por esto, «aún siendo bueno que una mujer violada decidiera mantener el embarazo (de la misma manera que sería bueno que quien despierta con su riñón atado al enfermo tolerara la situación hasta que se encontrara un donante), no sería razonable exigirlo mediante la fuerza estatal«, sentenció.
La discusión sobre del proyecto del Gobierno que despenaliza el aborto en los casos de inviabilidad fetal, riesgo de vida de la madre y violación, continuará en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados este martes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, para luego pasar a votación en la Sala.
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