En medio de los fuertes cuestionamientos a la gestión de Javiera Blanco en el Ministerio de Justicia, conversamos con una de las dirigentes más poderosas de la cartera, Nelly Díaz. La presidenta de la asociación de funcionarios del Registro Civil denuncia el cuoteo político que afecta al servicio y la intervención de Mahmud Aleuy. Sobre la crisis, asegura que Blanco está de manos atadas y que debe salir del ministerio. También entra de lleno al debate de No más AFP y se perfila como una de las funcionarias a encabezar la ofensiva contra el sistema previsional en la administración pública, incluso no descarta postularse a la ANEF.
Nelly, ¿cómo evalúa la gestión de Javiera Blanco en el Ministerio de Justicia?
-Uno evalúa a las personas y a las autoridades de acuerdo a la realidad que ha vivido con ellas. En el Registro Civil, el año pasado estuvimos en paro más de 39 días, durante los 35 primeros días de movilización, la ministra nos ignoró por completo. Los funcionarios no tenemos una buena evaluación de ella.
Después del paro del Registro, este año se vino la crisis en Sename y Gendarmería.
-Creo que en el Ministerio de Justicia está todo desordenado. Mientras no se ponga orden, vamos a seguir igual. Ahora salió a flote lo de Gendarmería y Sename, pero por años los dirigentes venían denunciado lo mismo. Hoy Blanco habla porque no le queda otra alternativa, frente a la luz de los hechos, tiene que defenderse. Ya no podemos seguir aumentando los escándalos, hemos tocamos fondo. Las encuestas hablan por sí solas, Blanco tiene la misma evaluación que la Presidenta.
¿En qué ve principalmente el desorden?
-Cuando ponen a un ministro, lo tienen que poner con todas las facultades. Sé que Blanco no está ejerciendo todas sus facultades. Acá, en el Registro Civil, desde la movilización estamos intervenidos por el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. Nos pusieron un director, ya terminó el paró y seguimos intervenidos.
¿Cómo se refleja la intervención?
-Después del paro, no he tenido ninguna conversación con la ministra, pero cuando he llamado al Ministerio en reiteradas oportunidades porque quiero denunciarle lo que está pasando al interior del Registro Civil y no tengo ningún eco, es porque ella está de manos atadas.
¿La intervención es a través de operadores políticos en el Registro?
-Sí. No estoy en contra de los funcionarios que tienen una vida política, tenemos hartas personas que son funcionarios con militancia, han hecho carrera, hacen la pega, contra ellos no tenemos nada. Lo que criticamos es que no pueden poner a alguien por el solo mérito de tener una militancia. Ha llegado mucha gente, nos ponen personas de distintos sectores del partido, porque hay que dejarlos contentos a todos. Estoy esperando tener todos los antecedentes para denunciar.
¿Es una práctica transversal en todos los servicios del Ministerio?
-Sí, lo transversal es el cuoteo político. En el Registro Civil y en Sename son principalmente operadores de la DC, en Gendarmería es más diverso, hay mucho PPD. Por ejemplo, yo trabajo en la subdireción de operaciones. Acá hay una persona que llegaba a las 11:00 y se iba a las 16:00. Entraba y salía de la oficina y no hacía nada.
El tema del cuoteo es más viejo que el hilo negro y opera en todos lados,¿no?
-Pero nosotros en el Registro Civil lo estamos viviendo hoy día de forma vergonzosa. Ahora ha sido descarado, están desesperados metiendo gente, acá tenemos unas 40 ó 50 personas nuevas con grados altos, gente recién llegada a honorario y contrata. Nunca antes habíamos vivido algo así, en ningún gobierno anterior. He llamado insistentemente al ministerio y nadie me ha querido recibir. Cuando nos aburramos de llamar y que no nos contesten, tendremos que aplicar medidas de presión.
¿Cómo ha sido la relación con el nuevo director nacional del Registro Civil, Luis Acevedo?
-No me llevo bien con él. No tenemos una muy buena relación, tenemos la relación justa y precisa. No hay un interés por los funcionarios, hay interés por salir en la prensa, por demostrar que estamos haciendo cosas. Son personas que vienen a hacer carrera política, no vienen por el servicio público. Vienen a mostrarse, porque tienen otras ambiciones.
Se ha hablado mucho del cambio de gabinete, ¿cree que Bachelet debería sacar a Blanco?
-Si hay tanto reclamo, ya deberían haberla sacado, pero la están blanqueando. No sé si la van a sacar. Ya se vio que hay todo un respaldo, cuando la interpelaron, entraron los senadores a la sala, estaban todos ahí. Nadie dice que no le tengan afecto, porque uno también vive de afectos. Pero a partir de los afectos también se tiene que ser critica y decirle que no lo está haciendo bien.
¿Piensa que existen fundamentos para la acusación constitucional?
-No creo que llegue a un buen fin eso, es parte del circo, no tienen ni los votos. Es un show no más. Que los diputados se reúnan en bloque, como lo hicieron para a apoyar a Blanco y le pidan a la presidenta que solucione el problema en Justicia. Esas son soluciones reales, no las amenazas. Todos sabemos que la acusación no va para ninguna parte.
¿Cree que la oposición saca provecho político de la situación?
-Claramente se aprovechan de la situación, tienen la oportunidad… Es que sabes qué, creo que todos son iguales. Tú lo ves en el Congreso, se tiran palos, pero al final todos terminan tomando café juntos, dándose besos y poco menos disculpándose de lo que le dijeron a la ministra. La oposición no lo ha hecho distinto respecto a la Nueva Mayoría, también son parte del juego.
DIRIGENTES SINDICALES
¿Cómo fue el conflicto con el dirigente de Gendarmería, Pedro Hernández? En el servicio acusaban que fue ascendido como premio por no sumarse a las movilizaciones.
-Sí, acusan que el sindicato dirigido por Hernández no se plegó y el gobierno le pagó el favor con un ascenso de grado. Independiente de cómo haya sido, yo creo que un dirigente no se puede prestar para eso. Personalmente no me puedo prestar para que me mejoren mis condiciones económicas por traicionar a mis colegas.
¿A usted alguna vez le han ofrecido algo? ¿A cambio de terminar con las movilizaciones, por ejemplo?
-A esta altura no me ofrecen nada, porque ya me ofrecieron todo y ya los mandé a la cresta. Me conocen. He tenido hartas ofertas, pero jamás voy a recibir nada. Tengo clarito que tengo que defender a los trabajadores. Me han ofrecido pagarle los estudios a mis hijos. Si fuera por aceptar coimas, tendría parcela, camioneta. Eso es lo que tenemos que hacer todos los dirigentes, porque sino creen que sacando la billetera pueden comprar un dirigente, eso es grave. Lo primero que me ofrecieron es en qué grado quería estar. Nunca he aceptado nada. Cuando salgo a la calle a pelear por mis compañeros, también estoy peleando por mí, porque todos mejoremos. Yo no mejoro antes que el resto. Hernández tiene que responder, le hizo un flaco favor a lo dirigentes.
¿Cree que en Chile es difícil ser dirigente sindical, la miran mal?
-La gente cree que los dirigentes somos flojos, que no trabajamos nunca, que somos vendidos o nos entregamos a los partidos políticos. Además que muchos hacen carrera para llegar algún día a Valparaíso, es una obsesión. ¿Para qué? Yo no tengo ningún interés en llegar a Valparaíso, ¿para ser uno más de ellos? ¡No, Nunca! Esos conceptos están instalado en la gente y hay que sacarlos. Tenemos que ser los primeros en llegar a la pega y los últimos en irnos. Hay que reivindicarnos, hay muchos dirigente que hacemos la pega, que no nos aprovechamos de las circunstancias. Yo valoro los dirigentes que hay en el Registro Civil. Nosotros somos una asociación de dirigentes que hacemos la pega para los funcionarios y nuestra pega en el trabajo. No somos de los que faltan, marcamos todos los días tarjeta. No andamos sacando la vuelta.
Esa es una de las críticas fuertes a la CUT, que sus dirigentes responden a los partidos. ¿Cuál es su evaluación de la dirigencia ahora que vienen las elecciones?
-Lo que pasa es que una Central de Trabajadores politizada no nos sirve. Tengo una opinión personal, pero no la voy a dar, por respeto a mi clase: la clase trabajadora. No tengo una opinión buena. Yo como dirigente no puedo aparecer defiendo a un partido político más que a los trabajadores. Los intereses de los trabajadores deben estar por sobre la militancia. Se puede hacer. Yo nunca he militado en ningún partido ni nunca militaré.
Se dice que está evaluado postularse a la ANEF.
Me lo han pedido harto, pero no hemos tomado una decisión, no lo evaluó sola. Lo hemos conversado en el Frente de Justicia, no lo descarto, pero no tengo esa preocupación hoy. Además que a la ANEF no le convendría que yo estuviera…
¿Por qué?
-Una vez lo dije, creo que la ANEF se ha farreado la oportunidad de liderar la ofensiva No más AFP. La ANEF y la CUT se farrearon una gran oportunidad. Ahora se están subiendo todos al carro. Si nosotros tuviéramos la ANEF, tendríamos a todos los trabajadores en las calles contra las AFP. Falta más protagonismo y más liderazgo de las organizaciones de trabajadores.
¿Y falta movilización de la clase trabajadora?
-Estamos despertando…Tenemos que entender que no nos tienen que dividir. Soy un gran admiradora de Clotario Blest que dijo que la unidad de los trabajadores es invencible. Solo la unidad, nos va a sacar de esto. Nosotros por primera vez, como Registro Civil, salimos a la marcha contra las AFP como una familia, todos juntos. En el Congreso ves a todos revueltos, derecha, izquierda, centro, independiente, son todos amigos. Nosotros tenemos que aprender a unirnos frente a los temas que nos convocan, olvidando las militancias, las diferencias políticas, unidos como clase trabajadora. Ahora salimos y mira los resultados. No se ha dejado de hablar de las AFP. Hicimos que el gobierno se pronunciara, mal, pero se pronunció. No estaba en la agenda de este gobierno, ni del próximo, ni de ninguno. Este 21 de agosto tenemos que salir para decir fuerte: No más AFP. No queremos que simplemente las maquillen. Dijimos claro no más AFP. Ese es nuestro grito en la calle.
PENSIONES DIGNAS
A usted le falta poco para jubilar. En su caso, ¿cómo se viene su pensión, la tiene preocupada ese tema?
-Sí, claro que estoy preocupada. El otro día conversé con un dirigente de Antofagasta, tenía 35 años de servicio, igual que yo, me decía que él tiene 71 millones, yo le dije que tengo 31 millones. No me podía creer. Mi pensión va a ser aproximadamente de $120 o $130 mil pesos. Esa falacia que se habló que ganaba tanta plata, pura mentira. Quizás con los nuevos proyectos, mi pensión pueda a subir a $150 mil pesos. Voy a vivir con $150 mil y tengo dos hijos estudiando en la universidad.
¿O sea va a tener que seguir trabajando?
-En la medida de lo posible y si la salud me acompaña. Cómo no vamos a estar en contra del sistema, si las pensiones son pésimas. En este país están muy abandonados los niños y los viejos.
¿Vio las entrevistas de José Piñera?
-Un rato, me aburrió. Para qué escucharlo, si uno sabe lo que va a decir. No hay que debatir con esa clase de gente, a esas personas hay que ignorarlas. Hay que demostrarles en la calle que están equivocados. Si él está convencido de que su sistema es maravilloso. Escucharlo y darle espacio, es perder el tiempo.
¿Qué le parecieron las medidas anunciadas por Bachelet para mejorar las pensiones?
-La reacción de las autoridades fue muy rápida, eso demuestra que tenemos que seguir manifestándonos. El pueblo y los trabajadores salimos a la calle a decir No más AFP, pero no se entendió el mensaje… en La Moneda y en ninguna parte. Hay que buscar la forma de que no nos roben tanta plata, que digan que si hay perdidas, me van a devolver la comisión, no son guiños ni gestos. De eso nos tenemos que preocupar los trabajadores, que este tema no se apague, seguir pegando cacerolazos, seguir yendo a las marchas. En cada cosa que nos afecte como clase trabajadora.
El tema de las pensiones se va instalar en el debate presidencial.
-Por eso no tenemos que perder la unidad, todos los que quieren ser candidatos se pelean para salir en los medios a hablar del tema. Queremos soluciones concretas, sabemos que se va a ir solucionando de a poco, pero queremos más honestidad de las autoridades. Hablemos del tema de fondo, de dónde vamos a sacar plata. Ahí está el litio, el oro, el cobre, los entregamos a los de afuera, hay recursos, pero no somos valientes para entregar esos recursos a los trabajadores.
¿Eso tiene que ver con los vínculos entre el poder económico y el poder político?
-Cómo le voy a creer a la ministra Rincón cuando habla de las AFP, si fue parte de un directorio de una AFP. Vemos candidatos que salieron en comerciales de las isapres. Si para dialogar, desde La Moneda, llaman a los diputados o los senadores, van a tener la mirada del mundo empresarial. ¿Cuántos de ellos pasan del servicio público al sector privado? Son demasiados los conflictos de interés. No son interlocutores válidos.
¿Y qué le pareció la reforma laboral, es un cambio para el mundo sindical?
-Creo que partió bien, pero como toda las cosas en este país, terminó pésimo. La ministra Blanco dijo no más reemplazo en huelga en un tremendo titular, pero al final se agregaron las adecuaciones necesarias, que son reemplazo interno, porque no escuchan a los trabajadores, escuchan a los empresarios. Se dijo que los sindicatos iban a ser más poderosos y no pasó nada. Necesitamos liderazgos de clase. Necesitamos a la ANEF y a la CUT planteándose firme frente a los temas que vienen, pero eso no pasa, porque se olvidaron de nosotros, los trabajadores.
¿Está decepcionada del gobierno?
-Los trabajadores siempre nos decepcionamos del gobierno que sea, de derecha o izquierda, si al final ellos no gobiernan para los trabajadores. Nosotros siempre estamos en la vereda del frente. Ahora están todos preocupados de las elecciones y no de la gestión. En todo caso, no creas que en el gobierno de Piñera hubo buena gestión, solo que no alcanzaron estos niveles de desaprobación. Ahora estamos tocando fondo, pero la derecha tampoco lo hizo bien.
¿Por qué cree que la aprobación al gobierno es tan baja?
-Nosotros creíamos que los gobiernos de izquierda nos representaban más. Ahí está la desilusión. Creíamos que pensaban en nosotros, que estaban con nosotros. Esa es la bofetada que le está dando las encuestas al gobierno, diciéndole ustedes se suponía estaban con nosotros y hoy nos tienen abandonados. Esa es la cuenta que se está pasando. Con Piñera no nos desilusionamos, porque de la derecha no esperamos mucho, sabemos que son empresarios. En definitiva, solo con unidad los trabajadores vamos a lograr tener poder e incidir. Unidos podemos conseguir cosas, más que la violencia, lo violentamente preocupante para las autoridades es que salgamos a las calles a manifestarnos.
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