Por Felipe Valenzuela/ Sociologo e Investigador Fundación Sociedad y Trabajo
Hace un par de días, un amigo me contó que no pudo evitar escuchar parte de una conversación, entre dos distinguidas y atractivas cuarentonas en un café de moda en la pre-cordillera cerca de la Dehesa, que a continuación intentaré transcribir.
Es necesario, precisar que aparentemente este par de amigas se encontraban en la etapa preliminar de conocerse, a juzgar por los datos que se transferían, es así como una de ellas con un leve acento anglosajón, le manifestaba a la otra su preocupación por las noticias respecto de los inmigrantes, señalándole que entre las personas que trabajaban en su casa solo, era chileno el jardinero y que respecto del resto constituido por una colombiana, un haitiano y una peruana no tenía queja alguna, especialmente por Rocío, la peruana que se dedicaba a la cocina, de la que ella podía destacar su gran mano culinaria y la paciencia con los niños para darles en el gusto a sus paladares día a día. Y por lo tanto, agregaba que su experiencia con los inmigrantes era muy buena y creía que solo había que preocuparse por seleccionar a las personas tratando que se eligiera gente buena y dispuesta a trabajar en forma honesta y esforzándose como todos los que quieren surgir. Por otro lado, la amiga que notoriamente era chilena, le comentaba que ella tenía que dar gracias a dios, porque tanto ella como su familia tampoco habían tenido problemas con extranjeros que, no solo trabajaban en sus casas, sino que también en la empresa de un primo, él que en contra de todos los augurios había demostrado a quienes se oponían a los extranjeros, que tenía razón y que estos resultaron muy trabajadores y respetuosos y que además, como ya había contratado más de quince inmigrantes, había logrado neutralizar al grupo de chilenos que empezaban gradualmente a protestar por las condiciones de trabajo, de manera que le complacía estar de acuerdo respecto de los inmigrantes. Sin embargo la chilena, quería advertir a su interlocutora que siempre era necesario encargar la selección a una agencia seria, sobretodo en el caso de ellos que también eran extranjeros (al tiempo que le hacía notar que ellos eran parte de profesionales y ejecutivos de los que Chile tenía mucho que aprender). Y por otro lado no había que desmerecer a quienes advierten de los peligros de abrir las puertas de Chile indiscriminadamente y por el contrario apoyar a gente como el “cote”, (refiriéndose al senador Ossandón) y a otros para que se cambie la ley y se endurezca el ingreso de extranjeros, por supuesto le insistió a su amiga que no estaba hablando de gente como ustedes, sino a la cantidad de colombianos, haitianos, peruanos, venezolanos y otros por el estilo, que siguen llegando por miles.
La que tenía acento inglés, le comentó ya más en confianza que ella había nacido aquí y que su padre, un canadiense que trabajaba para la cuprífera Braden, debió abandonar el país cuando el gobierno de la Unidad Popular les había arrebatado las minas de cobre y que eso coincidió con su nacimiento, y por tanto se había criado en Canadá y varios países de América y África, no obstante su padre siempre le habló muy bien de Chile, afirmándole que Chile era el país en que mejor lo trataron y donde como inmigrante se sintió siempre un chileno más. Al mismo tiempo le contaba a su amiga chilena que el destino hizo que su marido se instalara en Chile también aportando con la minería, y que gustosa se ofrecía para que con otras amigas pudieran conversar del tema de la seguridad y los inmigrantes, porque al principio también había pensado que era una campaña de los futuros candidatos para ponerse a la moda con el tema propuesto por el presidente Trump, sin embargo ahora a pesar de su experiencia buenísima con el personal de la casa había que preocuparse.
Mi amigo, me refirió que no se dio cuenta como había pasado el tiempo, escuchando entretenido la conversación entre las dos mujeres, y al mismo tiempo advirtiéndome que no lo molestara como siempre, por su optimismo e ingenuidad, cuando me planteo su tesis de que podíamos aprovechar la presencia de extranjeros y motivar a los que vengan, colocando como ejemplo a los que son grandes profesionales como seguramente era el marido de la que tenía acento, para que los demás se esforzaran y se encaminaran por el camino del emprendimiento y la empresa…
Lo miré como siempre y le expliqué que la diferencia entre una o un peruano/a que es capaz de capitalizar su cultura a través de un restaurant donde asistimos cada vez más a disfrutar de la exquisita comida, y los extranjeros de los que nadie desconfía como los ejecutivos de las multinacionales, es que son estos últimos los que efectivamente más roban y saquean en Chile y no se encuentran precisamente en “un informe de la PDI efectuado en julio, según este documento, los ilícitos denunciados en 2015 que involucran a extranjeros llegaron a 4.299, lo que equivale al 0,3% del total de denuncias registradas ese año a nivel país por la Fiscalía Nacional”.
Mi amigo me miró incrédulo como siempre así que no tuve más remedio de presentarle los siguientes datos refiriéndome al cobre:
- Hacia finales del período analizado (2013-2014) los niveles de producción se han mantenido relativamente estables, tanto para la minería privada como para la estatal, lo que ha llevado en que en 2014 la producción total ronde las 5.700 toneladas métricas, siendo una importante porción (4.078 toneladas métricas) aportada por la minería privada (cerca del 70% del total de la producción).
- En términos de ingresos efectivos, estos es, valorando los ingresos provenientes de la minería a los precios de cada año, los ingresos del cobre provenientes de Codelco promediaron US$3.910 millones en el período 2001-2014, alcanzando un máximo de US$8.356 millones durante el año 2006. Por su parte, los ingresos provenientes de la minería privada promediaron los US$2.664 millones en el mismo período, con un máximo de US$6.190 millones en el año ( DIPRES)
Ahora mi amigo me miró con cara de incrédulo, diciendo, es increíble que produciendo más del doble los privados aporten mucho menos que Codelco…no puede ser dijo, algo anda mal. No, le repliqué enseguida no funciona nada mal esta todo fríamente calculado e incluye leyes que los gobiernos de estos último veinte y seis años, especialmente en el de Lagos, leyes que hacen por ejemplo que las contabilidades sean prácticamente secretas y sus partidas no se puedan desagregar y muchas otras cosas por el estilo. Entre ellas el tema de una legislación que permite que de cada 10 trabajadores 7 sean contratistas en la minería y que con la nueva reforma laboral quedarán en peores condiciones de las actuales y para ratificar lo que le estaba diciendo le mostré la siguiente torta hecha con datos del Banco Central:
Miré a mi amigo, pero no estaba, se había ido de espalda en la silla que ocupaba… espero que cuando retomemos la conversación ya sea menos ingenuo.
A la memoria de mi hijo Felipe Valenzuela
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