Los más de mil choferes paralizados no han vuelto a hablar con su empleador desde que iniciaron la huelga. Sobre el ataque a buses Vule en Maipú, uno de los dirigentes indicó que se trataría de un “montaje” y que rechazan completamente la criminalización de la huelga.
El jueves 12 de enero los trabajadores de los sindicatos 8 y 42 de la empresa del Transantiago, Vule, iniciaron una huelga por mejoras en sus condiciones laborales y salariales. En tanto, durante esta mañana se produjo un ataque en un depósito de buses de la misma empresa ubicado en Maipú, y ante el intento por criminalizarlos, los trabajadores en huelga negaron estar involucrados y, en palabras del presidente del sindicato 8, Juan Arévalo, la situación se trataría de un montaje.
A esta reacción se sumó la de distintos sindicatos de empresas del Transantiago, entre ellos algunos de Alsacia, Subus, Express y otras coordinadoras, quienes señalaron a través de un comunicado público que:
“Las organizaciones sindicales del Transantiago (…) impulsamos, solidarizamos y apoyamos a la Huelga legal de los Trabajadores de la Vule, porque es una lucha justa y legitima por mejorar las condiciones salariales y laborales, que permanentemente son negadas por la patronal para seguir enriqueciéndose a costa nuestra”.
El comunicado continuó con la denuncia de “la colusión del Ministerio del Transporte y los empresarios del Transantiago, que buscan impedir el legítimo derecho a huelga de los Trabajadores convirtiéndose en el principal rompehuelga, presionando y obligando a los Trabajadores a prestar y reemplazar los servicios en huelga de la Vule”.
Respecto a la situación particular de los dos sindicatos en huelga, el dirigente Arévalo afirmó que no tienen baños dignos en los finales de recorridos, que están “obligados a buscar botellas para poder orinar, e incluso hay compañeros que se han hecho encima”.
Las peticiones de los sindicatos 8 y 42, también incluyen mejoras en las condiciones de los buses: “Pasa que muchas veces los asientos están malos, desoldados, entonces, nos da lumbago, pero no nos corre como enfermedad profesional, cuando claramente se nos provoca por los malos estados de los asientos”.
El dirigente señaló que el hijo de uno de sus empleadores trabaja en la mutual. “Nosotros creemos”, especuló el dirigente, “que por esta razón no nos dejan tomarnos licencias, apenas nos dan dos o tres días cuando realmente necesitaríamos más, para peor, esas licencias después no las pagan”.
Ambos sindicatos reúnen a más de 1100 choferes de los recorridos 308, 307, 314, 315, 313, 312, 307e y 315e, que tiene terminal en Quilicura. Los trabajadores además reclaman por el correcto pago de sus bonos y solicitan a la empresa que negocie con ellos. “Solo hablan con los sindicatos que ellos crean, los ‘sindicatos empresa’, pero nosotros seguiremos unidos luchando por la justa retribución de nuestro trabajo y nuestra dignidad”, concluyó Arévalos.
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