Representa a la nueva camada de dirigentes en la minería. Allendes cuenta que los trabajadores se vienen preparando hace cuatro años para sentar a BHP Billiton en una mesa que dé origen a un nuevo contrato colectivo. Para ello han contratado a los mejores abogados, se han capacitado con expertos laboristas, psicólogos y todo un equipo que los ha respaldado desde que comenzaron a “concientizar” a los 2.500 trabajadores de que lo mejor era desechar una negociación anticipada y votar por la huelga. Y ante críticas por el bono de $ 25 millones, lo defiende a brazo partido: “Nuestro convenio vale aproximadamente US$45 millones y las utilidades son de US$3.200 millones, es la nada misma”.
Derribó mitos y habló de verdades.
Carlos Gerardo Allendes Picón, uno de los líderes del movimiento sindical que tiene a Minera Escondida –la mina de cobre más grande del mundo– en su tercera semana de paralización, representa la nueva generación de mineros y no teme mostrarle los dientes a la empresa.
En el caso de la mina controlada por BHP Billiton, el dirigente sindical cuenta que sus representados buscan obtener reivindicaciones laborales que quedaron paralizadas desde hace 9 años y que se vienen masticando desde hace solo cuatro.
Allendes es parte de la nueva camada de dirigentes que llegó a la directiva del Sindicato N° 1 de Escondida, en calidad de tesorero y cuyo su objetivo es tratar de cambiar la mala imagen de sus antecesores. “Los antiguos dirigentes que venían a vivir del mundo minero y se pegaban la arreglá con las empresas, logrando grandes beneficios para retirarse”, cuenta Allendes.
Algunos le han colgado el título del gran operador de la huelga de Escondida e ideólogo del poderoso Frente de Trabajadores Mineros, que busca unir a todos los operarios en un solo bloque. Sin embargo, en una extensa entrevista con El Mostrador Mercados, Allendes se resta créditos en ambos frentes y cuenta que solo llegó hace 4 años a la mesa directiva y hace 23 que trabaja para la mayor productora de cobre del mundo. Antes había trabajado para Quebrada Blanca, al lado de Collahuasi, y las mineras de Pampa Salitrera y Mantos Blancos. “Ahí me profesionalicé en la minería”, detalla.
-Trabajando desde hace tanto tiempo en minería, ¿se ha fogueado en materia de negociación colectiva?
-No, es la primera vez que negocio y trabajamos una tentativa de negociación colectiva. Pero no es algo que se hizo de un momento a otro. Nosotros durante 9 años congelamos nuestros beneficios con negociaciones anticipadas, a libro cerrado. Por lo tanto, era tiempo de abrir ese contrato y regular ciertas condiciones de trabajo. Llevamos prácticamente cuatro años preparándonos. Los tres primeros años nos dedicamos a concientizar a los trabajadores de que teníamos que volver a negociar y llegar incluso hasta la huelga. El año pasado pasamos la reelección y eso ratificó que estábamos haciendo bien las cosas.
-Los trabajadores exigen a la minera que se respete el piso de la negociación pasada, que los beneficios sean para todos los trabajadores y que no se extienda el horario laboral. ¿Con eso se dan por satisfechos?
-Eso es solo para entrar a negociar. Nosotros tenemos problemas gravísimos en la interna, como por ejemplo el reconocimiento de la antigüedad de los trabajadores. Hoy tenemos trabajadores con 25 y 27 años de servicios con escalas intermedias. Esos trabajadores, con el tiempo que llevan trabajando en Minera Escondida, debieran tener su escala máxima y no la tienen. Ello, porque en nuestro contrato colectivo no hay ningún sistema establecido por ascenso o antigüedad. Es decir, los trabajadores pueden tener 1 o 20 años y están en la misma escala. No hay reconocimiento a los años de servicio.
Lo otro que es muy importante es poder resguardar la estabilidad laboral de los trabajadores y conseguir que la compañía respete el articulado en que se pagan los años de servicio por retiro voluntario y que Minera Escondida quiere eliminar.
-¿Por qué es tan importante para ustedes que nuevos y antiguos trabajadores reciban los mismos beneficios?
-En la cláusula que quiere incorporar Minera Escondida no solo se discrimina a los trabajadores. Con un sueldo promedio de $600 mil, la empresa puede contratar a trabajadores por $350 mil con menos beneficios que los antiguos. Con esta cláusula a ningún trabajador le interesaría entrar al sindicato, por lo que perdería fuerza y tendería a desaparecer. Además, la estabilidad laboral del trabajador antiguo estaría condicionada por ser caros y quedarían nuevos trabajadores con menos sueldos, gratificaciones y servicios de salud. Así, la compañía abarataría la mano de obra. Eso, después, podría aplicarse a cualquier actividad de nuestro país.
Otro punto que nos pone en conflicto con la compañía es querer abusar del tiempo de descanso de los trabajadores. En el sistema de jornada excepcional en el que trabajamos, la norma establece que, para igual número de horas de trabajo, igual tiempo de descanso. La compañía quiere contabilizar como tiempo de colación aquellos que ocupa el trabajador en trasladarse al lugar de descanso. Con ello, el trabajador tendría hasta 30 minutos o menos de tiempo de colación, cuando la norma dice que es una hora.
– Ustedes piden un bono por término de negociación de 25 millones y un reajuste del 7%. ¿Cómo le explica a un chileno promedio esta millonaria petición?
-Nosotros usábamos tres trabajadores para trasladar 10 carretilladas de arena en una hora. Hoy en día esas 10 carretilladas las hace un trabajador. Por lo tanto, somos menos trabajadores y producimos más. Así se puede entender cómo se produce acá. Además, trabajamos con temperaturas bajísimas en invierno: -15 grados, y en el día con temperaturas sobre 30. Viviendo lejos de la familia por 7 días, perdiendo todo. También tu cuerpo se va degastando. La mitad de tu vida se la entregas a la empresa. Nosotros merecemos lo que pedimos, porque estoy en la mejor minera del mundo, la más productiva y rentable a nivel mundial. Los trabajadores deben unirse y disputarles una parte de las utilidades que ellos se llevan.
“Debiéramos renacionalizar nuestros recursos”
Como representante de la generación de recambio en la minería, Allendes dice tener la misión de “cambiar la mentalidad”. “En este país tenemos grandes necesidades, pero lamentablemente no hay recursos como para subsidiar la educación. Estas concesiones mineras son nuestras y debiéramos producir nosotros. Debiéramos renacionalizar nuestros recursos. Minera Escondida rentó más de 3 mil 200 millones de dólares en utilidades. Ese dinero le hace falta a nuestro país… El 75% de la producción de cobre lo hacen las mineras privadas.
-Tras su defensa de la renacionalización del cobre, ¿de haber estado Minera Escondida en manos del gobierno actual, la administración de Michelle Bachellet estaría en condiciones de pagarle un bono de 25 millones a cada trabajador –superior a los $19,3 millones de 2013– y dar un reajuste salarial del 7%?
-¿Por qué no? Somos los productores más grandes del mundo. Nuestro convenio vale aproximadamente US$45 millones y las utilidades son de US$3.200 millones, es la nada misma.
-Pero estamos al final de un superciclo, que tiene a todas las mineras haciendo fuertes ajustes de costos e inversiones.
-Pero no hay ni nunca hubo crisis. El costo de producción de una libra de cobre de Minera Escondida es de 90 centavos de dólar, que hoy está a 270 y se ha mantenido con márgenes sobre 2 dólares. ¿De qué estamos hablando? Crisis nunca hubo ni la habrá. Si hubiese crisis en el mundo minero, la última en caer sería Minera Escondida.
Estrategia legal : “Todo lo que decimos no es al azar”
-¿Cómo piensan enfrentar ustedes a la compañía, que se ha armado de abogados de la Chile y de la Católica para dar la pelea legal?
-Para estas situaciones Minera Escondida gasta recursos y hace todo para luchar contra los trabajadores y disputarles la oportunidad de mejorar sus beneficios. Así de egoístas son.
–Ustedes también han invertido en un equipo de abogados. ¿Los honorarios de Marcos López y su señora ascienden a $370 millones, como se comenta entre los abogados?
-Esa es una mentira absoluta. Esos comentarios son para destruir este movimiento. Es la maldad más grande. Trecientos millones de pesos significa más de 4 años de dirigencia sindical. Nosotros no somos millonarios.
-¿Pero ustedes pidieron 100 mil pesos a cada uno de sus 2.500 afiliados?
-Los 100 mil pesos fue un aporte que entregó cada trabajador para hacer un fondo común para esta negociación. No es para pagar la asesoría de don Marcos López y su equipo de abogados.
-¿Desde cuándo se asesoran con el abogado Marcos López, quien llevó a Minera Spence a una huelga de 42 días?
-Hace cuatro años que nos venimos preparando con dos muy buenos abogados laboristas, Marcos López y su señora Ivonne Salfate. Hemos hecho de todo, cursos de capacitación con expertos laboristas, psicólogos y todo un equipo que nos ha respaldado todo este tiempo. Todo lo que decimos no es al azar. Son informaciones reales, sacadas de medios informativos de la misma compañía; no hay nada que se esté ocultando o inventando. Eso nos ha hecho estar preparados para la discusión legal. La compañía ha querido criminalizar este movimiento, acusándonos de destructores y nos tenemos que defender.
–La compañía australiana ha ocupado la estrategia de denunciar antes de esperar que el sindicato actúe. ¿Cuál será su estrategia? ¿Tomarán el camino de judicializar la huelga?
-La estrategia tiene cierta rigurosidad y se va cumpliendo paso a paso. El fin es lograr que se reconozcan los años de servicio de los trabajadores y que las ganancias que produce Minera Escondida se compartan. Para eso, hemos preparado a las bases y las hemos concientizado de lo que necesitan, a través de asambleas y sucesivas reuniones.
-¿Se pudo haber evitado la huelga?
-Sí, se pudo haber evitado. Nunca tuvimos este tipo de problemas con los presidentes extranjeros de la minera. En 2006, estuvo Diego Hernández, y esa negociación también fue dura. Estuvimos 26 días en huelga. Ahora nuevamente tenemos un presidente que es chileno, Daniel Malchuk, y estamos en huelga. Estos caballeros se olvidan de que son patriotas y que deben trabajar para sus pares. Se preocupan más de rendir tributo a los inversionistas extranjeros, que pensar en el daño que les producen a sus propios trabajadores y a la economía nacional. Nosotros nunca tuvimos una negociación tan dura como esta. Nunca nadie nos había dicho que teníamos que ganar menos cuando se produce más. Con otra administración quizás hubiésemos estado en una mejor posición o incluso ya estaríamos trabajando.
-¿Están dispuestos a superar el récord de huelga de 2006, de 26 días?
-Sí, y no es por un desafío de superar el récord. Creemos que podemos llegar a puntos antes. Pero sí hemos recalcado que estamos preparados para estar en una huelga prolongada por más de 30 y 60 días. No tenemos ningún problema. Los trabajadores están educados y capacitados.
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