¿Qué significa este triunfo de Piñera?
Significa que el deseo de los chilenos por asegurar el crecimiento económico superó su deseo de cambiar a la clase dirigente.
¿Ese es el principal factor: el crecimiento económico?
Claro. Esa ha sido la promesa primordial de Piñera. Con eso la gente lo identifica, y en función de eso le perdona el hecho de ser un miembro conspicuo de una clase dirigente que detesta. Pero haciendo las restas y sumas, eso indica que los chilenos, en una mayoría, optaron por lo primero: por privilegiar la certidumbre económica.
¿La derrota de Guillier es del candidato? ¿Qué pasó con el dilema avanzar-retroceder y con la votación que, supuestamente, hubo en la primera vuelta en favor de quienes querían transformaciones?
Creo que frente a un Piñera que encarna muy bien la idea del Chile winner, era muy difícil que la centroizquierda le pudiera poner un competidor en esa cancha. Guillier obviamente se instaló y se movió en otra cancha: la de la inclusión, de la lucha de los derechos sociales, de la lucha contra la desigualdad, de encabezar un país menos winner, pero más humano, más amable. Y yo creo que esa era la única opción posible, en realidad, frente a Piñera. La derrota de Guillier no se le puede achacar al candidato.
¿Cómo se puede explicar que en la primera vuelta ese sector, el de las transformaciones, haya tenido una mayoría que no se tradujo ahora en la segunda vuelta?
Piñera prácticamente perdió la primera vuelta. Perdió la primera vuelta con un discurso antirreformas y ganó la segunda vuelta con un discurso prorreformas, un discurso que no toca ni con el pétalo de una rosa las reformas hechas por Bachelet, que se comprometió a continuarlas, incluso incluyendo la gratuidad. El que gana la segunda vuelta es otro Piñera. Es un Piñera ya no antirreforma, sino prorreforma; ya no anti Bachelet, sino pro Bachelet. Y esos son los milagros que producen las elecciones y que produce la democracia, enbuenahora.
Pero la diferencia entre Piñera y Guillier fue más amplia de lo que todos pensaban…
Esa fue la otra gran sorpresa. La sorpresa anterior fue que Piñera sacó menos votos y Beatriz Sánchez más. Esta holgura con la que gana es un mérito de él, de los cambios que hizo en la segunda vuelta.
¿Los cambios programáticos?
Creo que sí, los cambios programáticos. Dio tranquilidad eso de que él no va a revolver la olla, no va a poner en revisión las reformas de Bachelet. Y el gran activo de Piñera es la certidumbre, la seguridad, la estabilidad. Revertir las reformas introducía incerteza. Y él respondió bien eso.
Esta tranquilidad o seguridad es, más bien, para el votante de centroizquierda, porque el elector de derecha nunca quiso, supuestamente, las reformas. Por lo tanto, ¿cree que hubo votos de centroizquierda para Piñera?
Yo creo que sí. Creo que hubo mucho voto democratacristiano para Piñera, sino no se explica el resultado. Y hubo votos de centroizquierda… En el Caupolicán él hizo un discurso muy concertacionista, muy aylwinista. Él lo hizo a propósito. Y eso le rindió frutos. Ahora, tiene que gobernar con ese talante, sino le irán a pasar la cuenta.
La calle…
La calle le va a pasar la cuenta, sí.
¿Qué lecciones cree que debiera sacar la Nueva Mayoría?
Es muy difícil que se vuelva a crear una casa común como fue la Concertación y como llegó a ser la Nueva Mayoría. Lo más probable es que se produzca una cierta dispersión. Y va a tener que ver este mundo, la centroizquierda, si se reunirá nuevamente y bajo qué banderas. Pero yo diría que los resultados tanto en la parlamentaria como en la presidencial no muestran a una centroizquierda muerta. Creo que demostraron que tienen mucha más vitalidad de la que se presumía.
¿Cree que se pueda armar una coalición más grande entre la Nueva Mayoría y el Frente Amplio?
Creo que estas grandes coaliciones no van a existir más en Chile. Entramos a un sistema político más pluralista, donde va a haber más actores que van a buscar proteger su identidad. Y que van a buscar encontrar acuerdos respecto de planes, programas, proyectos específicos. Se van a crear coaliciones de tipo más contractual que de tipo ideológico, aún más contractuales que la Nueva Mayoría. O sea, ya no van a ser respecto de una aspiración como un poco fue la Nueva Mayoría, sino que respecto de propuestas muy concretas que estén sobre la mesa.
Esta posibilidad que se quisiera en el guillierismo de estructurar algo mucho más amplio, ¿es prácticamente imposible?
Yo creo que la oposición contra el gobierno de Piñera es una oposición muy plural, con muchos matices, lo que permitiría al gobierno de Piñera encontrar acuerdos con parte de esa oposición respecto de propuestas específicas. Por ejemplo, sobre el tema de seguridad ciudadana, en lo que hay montones de convergencias, o sobre la reforma educacional, sobre la que hay muchas convergencias.
¿Cómo repercutirá ese escenario en la centroizquierda como oposición?
En la próxima elección va a haber una pluralidad de candidatos del campo de la oposición, como estoy seguro que va a haber una pluralidad del campo oficialista. O sea, nadie puede impedir que los Kast y Ossandón sean candidatos. Y se va a dar una cosa que se anticipó ahora, pero ya se va a dar de modo mucho más formal e institucional, que es una negociación posprimera vuelta. Entonces, en ese sentido, las primarias yo creo que caducaron. Porque las primarias suponían grandes coaliciones, pero en la medida en que no haya grandes coaliciones, la verdadera primaria será la primera vuelta, en la que van a ir muchos candidatos, y luego los dos candidatos ganadores van a tener que construir coaliciones ad hoc, convocando a los derrotados.
¿No habrá un relato o una épica común de la oposición?
No, creo que no va a haber un relato de oposición, no va a haber una épica de oposición, ni va a haber una organicidad en la oposición. Va a haber varias oposiciones.
¿Cree que la DC va a jugar un rol clave?
No, no, yo pensaba que podía jugar un rol clave, pero dado que tiene baja representatividad, alcanzó una baja votación, yo creo que es difícil… Se van a crear tres microoposiciones: la de la oposición radical, por otro lado la oposición constructiva y la oposición de centro. Y la DC -y todas las fuerzas políticas- creo que se va a mover un poquito ahí. Van a moverse entre esos tres polos. No me parece que a la Democracia Cristiana le convenga situarse en uno de los polos así tan formalmente.
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