El ex presidente de la Cámara de Diputados, conocido por ser uno de los políticos cercanos a Sebastián Piñera en RN (incluso fue uno de los voceros de la candidatura presidencial), tendrá un desafío importante durante su gestión como ministro del Trabajo: dialogar y negociar con el mundo sindical; y muchos de ellos -especialmente la Asociación de Empleados Fiscales (ANEF)-, ven con preocupación y escepticismo su nombramiento. “Esperamos que juegue un rol en términos de que las amenazas que han provenido de distintos actores cercanos al círculo de Sebastián Piñera hacia los trabajadores del Estado, no sean más que expresiones de euforia del debate político y que, en lo concreto, desde el ministerio del Trabajo, se tomen las medidas para garantizar que los trabajadores del Estado sean respetados en sus derechos”, señaló Carlos Insunza, presidente de ANEF.
Decidió no respostular al Congreso y hoy, a los 43 años, Nicolás Monckeberg saltó al gabinete del Mandatario electo, Sebastián Piñera, para ocupar la cartera de Trabajo.
Uno de sus desafíos será el mundo sindical, con quien el ex presidente de la Cámara de Diputados no tiene mayor relación. De hecho, gran parte de ese mundo ve con “preocupación” su nombramiento como ministro.
El presidente de la Asociación de Empleados Fiscales (ANEF), Carlos Insunza, señaló, en entrevista con El Mostrador, que el anuncio genera, en las organizaciones de trabajadores y trabajadoras, “una preocupación”.
“Una preocupación que está basada en las actuaciones y votaciones que el futuro ministro, en su calidad de diputado, ejerció durante el largo periodo en el que estuvo en El Congreso, en distintos proyectos de ley que fueron emblemáticos para el mundo sindical, que reflejaron acuerdos que las organizaciones de trabajadores alcanzaron con el gobierno; Monckeberg se opuso, en algunos casos muy tenazmente, y particularmente a aquellas medidas que constituían un fortalecimiento del mundo sindical”, agregó.
Insunza también planteó la necesidad de que Monckeberg sea un actor “garante de los derechos de los trabajadores públicos y que juegue un rol en términos de que las amenazas que han provenido de distintos actores cercanos al círculo de Piñera, hacia los trabajadores del Estado, no sean más que expresiones de euforia del debate político y que en lo concreto, desde el ministerio del Trabajo, se tomen las medidas para garantizar que los trabajadores del Estado sean respetados en sus derechos y que sus organizaciones sindicales sean atendidas en sus preocupaciones”.
Las otras visiones del mundo sindical
La presidenta de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Bárbara Figueroa, sostuvo que no se puede hacer un juicio previo sobre el nombramiento, a pesar de que “conocemos su trabajo como parlamentario, en la comisión de trabajo”.
Añadió que “acá hay que partir de la base que no podemos caer en las caricaturas, no podemos hacer juicios sin conocer la agenda de trabajo. Todos sabemos el rol que jugó Monckeberg en la comisión de trabajo: él fue público detractor de la titularidad sindical, del derecho a huelga, por lo tanto creo que nadie podría sorprenderse”.
Según Figueroa, no ha habido, hasta ahora, acercamientos entre el futuro titular de la cartera y la CUT. “Nos hemos sostenido ningún vínculo, no teníamos una relación previa, mas que lo que formalmente sostuvimos cuando participamos en el Congreso”, dijo. Por su parte, el secretario general de la CUT, Nolberto Díaz, expresó que “esperamos que ellos nos hagan llegar su agenda y que la podamos conversar”.
El presidente de la Confederación Nacional Unitaria de Trabajadores del Transporte Terrestre (Connut), Ricardo Maldonado, dijo que espera que Monckeberg “dialogue” con las organizaciones intermedias ya que, de lo contrario, “nos obliga a enfrentarnos con las autoridades y con las políticas que se quieran implementar. No hay que olvidar que nuestra experiencia con el primer gobierno de Piñera fue malísima, respecto al tema de las relaciones con las organizaciones. Su lógica era relacionarse solamente con sindicatos que las empresas sentaban a la mesa y no así con las organizaciones superiores. Ojalá eso no se repita, porque de ser así, habrá una tensión permanente”.
Agregó que “uno tiene claro cuando un ministro tiene una posición política o ideológica que no representa para nada a la clase trabajadora; uno no puede esperar mucho de ese lado, pero esperamos que como ministro esté a la altura de las necesidades de los trabajadores”.
“Uno, sabiendo que políticamente no va a estar cercano a los trabajadores, al menos tenemos la esperanza de que abran las puertas y que podamos solucionar los problemas que nos afectan”, concluyó.
El vicepresidente de la Federación de Trabajadores Contratistas de los Bronces, Rodrigo Jiménez, recalcó el rol que tuvo Monckeberg en las comisiones de trabajo en la Cámara. “Él es súper cercano a Piñera y fue uno de los impulsores al veto de la titularidad sindical, lo cual es preocupante, obviamente. La postura de Monckeberg es favorecer al empresariado, y ese mundo está consciente de cómo está el mundo sindical, que tiene una muñeca mínima de negociación”.
Por último, sostuvo que el futuro ministro del Trabajo no tiene “ninguna relación con el mundo sindical”.
El presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), Raimundo Espinoza, le quitó el peso al nombramiento y dijo que solo se trata de “un ministro más… Lo conozco como parlamentario, y hay muchas cosas que no he compartido de él, en cuanto a las reformas laborales y diversos proyectos, pero no obstante, tendremos que cumplir nuestras funciones como dirigentes sindicales y él las suyas, como ministro”.
La respuesta de Monckeberg: “Chile necesita más sindicatos y mejores sindicatos”
En entrevista con El Mostrador, el futuro ministro adelantó cuál será el sello que quiere imprimir a la cartera que encabezará: “Queremos que el sello del ministerio del Trabajo sea convertirlo en el principal aliado a los trabajadores, de sus familias y de sus organizaciones sindicales, para lograr mejores oportunidades laborales, mejor calidad de vida y, especialmente, que se protejan sus derechos, no solo en el papel, sino que en la realidad diaria”.
Consultado acerca de las peticiones desde el mundo sindical para un diálogo fluido y constante, aseveró que va a impulsar “todo el diálogo que sea necesario con las organizaciones sindicales, porque estoy convencido que Chile necesita más sindicatos y mejores sindicatos. Esto se puede hacer a partir de la decisión voluntaria, de los propios trabajadores”.
Con respecto a su posición sobre la titularidad sindical, recalcó que “Creo decididamente que Chile necesita fortalecer la actividad sindical, apoyarla. Pero creo que aquello se debe construir incentivando y promoviendo las condiciones necesarias para que los propios trabajadores tomen la decisión de afiliarse al sindicato, pues el derecho a negociar colectivamente, al final, les pertenece a los trabajadores y no se les puede arrebatar. Porque al final son ellos los titulares del derecho a negociación colectiva”.
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