La Confederación Coordinadora de Sindicatos del Comercio rechazó hoy la aprobación en general –por parte de la Cámara de Diputados- del proyecto de ley enviado por el Gobierno para reajustar el sueldo mínimo a 210 mil pesos, por considerar que con “esta decisión nos condena a un año más de profunda desigualdad en la distribución de la riqueza que creamos con nuestro trabajo”.
El proyecto fue despachado al Senado, para su discusión inmediata, incorporando la retroactividad de su vigencia, lo que es rechazado por el Gobierno, el cual alude inconstitucionalidad de esa indicación.
A continuación la declaración pública de la Confederación:
Nos oponemos a un Sueldo Base de $210.000. Sueldo es lo que significa en la práctica para la mayoría de los chilenos y chilenas el acuerdo del Congreso sobre aumento del Ingreso Mínimo Legal. Es mentira que esta Ley sólo afecte a 600.000 compatriotas que trabajan para las PYMES. Las grandes empresas del Retail, así como de otros sectores económicos, pagan a la mayor parte de sus trabajadores un Sueldo Base equivalente al Ingreso Mínimo Legal. Cumplen con la Ley pero en la práctica ahorran millones que les permiten ingresan a las listas de grandes potentados. Hoy hasta los sobrinos de las poderosas familias dueñas del país juntan más de mil millones de dólares. Las injusticias brutales en el Retail crecieron en los últimos cinco años gracias a esta ley que igualó el Sueldo Base con el Ingreso Mínimo Legal.
La Directora del Trabajo del gobierno pasado dijo que se podía completar el Ingreso Mínimo Legal con las otras remuneraciones variables como las comisiones. A los empresarios les bastó cumplir con la norma y quitaron las comisiones y despidieron a los empleados que tenían mejor Sueldo Base. ¿Para qué conservarlos si era suficiente pagar el mínimo? Es cierto que a ese Mínimo hay que agregar la Gratificación pero, ¿No es que la gratificación era la participación en las utilidades construidas con el aporte de los trabajadores y por tanto constituían un plus?. En definitiva hoy el valor del Ingreso Mínimo Legal determina muy cercanamente lo que ganamos en la Industria del Retail, en el Comercio en general. Lo que ganamos cada mes.
También con este valor se calculan la remuneración mensual, las licencias médicas, las vacaciones, el finiquito y a partir de esta cifra también se establecen los pequeños bonos variables. ¡Qué ignorancia y desconocimiento de la realidad muestran ciertos políticos que dicen que no importa la discusión sobre Ingreso Mínimo Legal!
Esta decisión nos condena a un año más de profunda desigualdad en la distribución de la riqueza que creamos con nuestro trabajo. No desconocemos la participación del Capital en la creación de la riqueza pero las formas de repartición en Chile son insólitas. ¿Qué vamos a esperar? ¿Queremos que se terminen de romper los últimos lazos que unen a nuestra sociedad? ¿Qué piensan hacer las candidatas presidenciales y las fuerzas políticas que les apoyan? Conocemos las opiniones y acciones de Evelyn Matthei en el Ministerio del Trabajo, pero nos preguntamos a qué se debe que la Dra. Michelle Bachelet, quién probablemente será de nuevo Presidenta de Chile, no se haya pronunciado con claridad respecto del ejercicio de la Libertad Sindical y de las nuevas condiciones jurídicas para contar con procedimientos de Negociación Colectiva que sean más simétricos, que permitan aplanar un poco más la cancha para que los Sindicatos puedan negociar con empresarios que tienen hoy todas las manijas del poder y que convierten a la negociación colectiva en un ejercicio con resultados nulos para muchos e inexistente para la mayoría de los trabajadores.
Queremos que se entienda que el bajo precio que se le fija al trabajo, con el valor del Ingreso Mínimo Legal está determinando una de las principales fuentes de desigualdad y que al no contar con mecanismos equitativos de Negociación Colectiva, se está privando a los trabajadores de herramientas redistributivas que podrían ser efectivas, sin costos para el estado y que con una buena legislación operarían reconociendo las realidades concretas.
Apreciamos que se haya instalado en la sociedad la necesidad de una triple reforma estructural; política, tributaria y educacional. Esto es el efecto de las luchas de los movimientos sociales y de amplios sectores de la ciudadanía. Nos alegramos que la Nueva Mayoría impulse estos cambios, que por supuesto beneficiarán a los trabajadores, pero queremos afirmar sin duda alguna que el complemento político-social necesario para avanzar en una lucha robusta en contra de la desigualdad está en las políticas de remuneraciones y en los cambios a las leyes de Sindicalización y Negociación Colectiva. Esto es lo que queremos expresar con nuestra protesta hoy.
Santiago, Agosto 05 de 2013.
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