El pasado 13 de abril, el sindicato GAM envió una carta abierta al directorio de la Corporación, en la cual se exponían las problemáticas más urgentes de los trabajadores.
Esto, por que se vive una clara «crisis de legitimidad» de la administración, por sus desiciones unilaterales, contrataciones cuestionables, no concurso de puestos, entre otros.
La primera instancia tras la carta, fue una reunión con el presidente del directorio, en la cual no se abordan los temas de fondo que tienen que ver con salario, transparencia y sobrecarga laboral de los equipos. Debido a esto, la asamblea solicita una reunión abierta a la administración ante todos los trabajadores.
La empresa se negó a tener una asamblea abierta. En su lugar, decidió levantar una instancia colectiva representada entre la administración, el sindicato y los trabajadores no sindicalizados, una especie de “jornada de trabajo” para realizar un diagnóstico y luego “debatir las eventuales soluciones”. Un espacio que parecía querer responder los reclamos de los trabajadores.
Sin embargo, en la primera reunión de trabajo para esta jornada, se expusieron tres grandes debilidades que rechazamos tajantemente:
1. La administración de GAM designó según su criterio a los representantes de los trabajadores no sindicalizados, entre los cuales había una jefatura,
2. Se propuso que un tema a tratar en la jornada debía ser, “la forma en como se comunican las cosas en el sindicato” apelando a la “transparencia y comunicación” que debe existir entre las partes,
3. Finalmente se expone que el presupuesto 2018 ya esta asignado, por lo cual existiría un desfase de un año para concretar las soluciones que requieran mayor presupuesto.
Representatividad
En ningún momento de la reunión, tuvimos claridad sobre si los invitados eran representantes de la empresa o de los trabajadores no sindicalizados. Según tenemos entendido, nadie fue informado de esta instancia participativa y mucho menos votado u elegido para esta tarea. Por otra parte uno de ellos actualmente tiene cargo de jefatura, lo que demuestra una inclinación hacia la posición de la administración. Sorpresa generó además que los trabajadores citados no conocían el contenido de la carta.
El hecho de querer introducir un tercer actor sin representatividad de una orgánica, evidencia conflicto de interés, más aún si es elegido por la contraparte de los trabajadores que reclaman que no son escuchados. Esto representa una clara práctica anti sindical, ya que desincentiva la afiliación sindical y crea representantes donde no los hay.
Hay que dejar en claro que creemos que todos los trabajadores tienen el legítimo derecho de estar informados, ser parte de los procesos y ser representados, pero indudablemente por una organización independiente y democrática, que vota a sus dirigentes y discute el quehacer cotidiano de forma colectiva. No hay otra que el sindicato.
Trampa
La empresa comenzó esta reunión con la introducción de un cuarto tema de “interés” a abordar en la jornada. En palabras del director ejecutivo, el tema fue explicado como “la forma en como se comunican las cosas en el sindicato” ya que en ocasiones se ha denostado a la administración.
Según el director de administración y finanzas, para “evitar aumentar la controversia” propusieron abrir esta instancia externa a cualquier mesa de trabajo con el sindicato, como si tuviese algún poder resolutivo sobre el mismo, para que “la gente opine” respecto de las publicaciones que realiza la organización sindical, su asamblea y dirigentes. Esto como un claro intento de poner trabas a la autonomía sindical.
Todo esto a raíz de que nuestra lucha como sindicato, respecto de todo tema de protección a la maternidad, no sería a ojos de la administración, algo que deberíamos hacer público.
La administración busca plantear sus problemáticas en una instancia que debiese ser para resolver las problemáticas de los trabajadores. Nuevamente, un intento de la llamada “injerencia sindical”, cuando de una u otra manera por vía formal, moral u política, la empresa busca ejercer su influencia al interior de la organización, para impedir que sus socios y dirigentes, creen, divulguen, discutan y comenten libremente sobre los constantes atropellos a los derechos de los rebajadores que ocurren en el lugar.
No hay presupuesto
Al mismo tiempo y como era de esperar, se informó que el presupuesto 2018 ya esta asignado, por lo cual existiría un desfase de un año para concretar las soluciones que requieran mayor presupuesto como salario y sobrecarga laboral.
Lo que lograría esta jornada es un compromiso de la administración a hacer «todos los esfuerzos» para que nuestras demandas en su totalidad se materialicen en 2019, pero los trabajadores estamos cansados de esperar.
Dadas estas nuevas razones es que hemos decidido realizar una nueva asamblea para resolver en conjunto si continuamos en esta instancia o preparamos de forma jerárquica la negociación colectiva 2019.
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