Paralelamente de la capitalización anunciada para Codelco de US$ 1.000 millones, los trabajadores afiliados a los Sindicatos 1, 2 y 3 de Chuquicamata y 1 de Antofagasta, se han visto obligados a pronunciarse, en tomar como medidas el plegandose a paro, tras el el despido de 1700 trabajadores.
Benavides en su primera respuesta pública ante el pronunciamiento de las sindicales de plegarse al paro, con el fin de ridiculizarlos ante la opinión pública, los tilda de “bipolares” por el hecho que los trabajadores, hace unos días le enviaron una carta pidiendo una mesa de trabajo que discutiera una alternativa al despido de los 1700 trabajadores en los procesos de transformación del rediseño de las áreas y el cierre de la mina a tajo abierto y claro para benavides es contradictorio que a la vez piensen en parar, pues quiere tener la primera y la última palabra, ya que los trabajadores ganan poder de negociación en una mesa, mientras se está en paro.
El vocero del movimiento sindical de Chuquicamata, Miguel Véliz, manifestó que los sindicatos N°1, 2,3 de Chuquicamata y el sindicato N°1 de Antofagasta manifestaron su total rechazo al comunicado de Benavides y señaló:
«Sus destempladas declaraciones denotan, primero, una profunda ignorancia respecto de lo que ocurre en Chuquicamata, y en segundo lugar, el señor Benavides ridiculiza una enfermedad que sufren muchas personas, utilizándola como caricatura para descalificar un movimiento sindical».
El dirigente precisó también que esto «agudiza y profundiza la paralización. Esto cierra por completo las puertas para entendernos con Codelco».
Con anterioridad los trabajadores ya señalaban que «en cinco días nos hemos reunidos con más de 3.000 trabajadores que de manera voluntaria han apoyado una paralización total, evidenciando que el punto límite de estrés y amedrentamiento cruzó un límite lógico». «Más desconcertante resulta que, mientras la empresa habla de construir, respetar y avanzar, despida trabajadores bajo el artículo 161, dejándonos totalmente vulnerables».
Lo que está pasando en Chuquicamata, es uno de muchos casos, los empresarios o los dirigentes con sueldos millonarios, no vacilan ni vacilarán en dejar en la calle a los trabajadores con tal de subir sus gratificaciones y ganancias, y en este gobierno de derecha se sienten con la confianza de usar cada día con más descaro esta práctica.
Mientras que los conciliadores del PC y FA han probado vez tras vez que no les interesa dar una lucha para defender los puestos de trabajos, sino más bien prefieren solo pelear por finiquitos justos o capacitaciones ante los despidos al mismo tiempo que burocratizan los organismos de los trabajadores que son para organizar la lucha y la unidad de la clase obrera.
Es fundamental que nuestros sindicatos, federaciones, confederaciones, como la Constramet, la ANEF, el colegio de profesores y la CUT, llamen a una “coordinadora para la defensa de los puestos de trabajo”, exigiendo la recontratación inmediata para los despedidos, y en el caso de cierres en las empresas privadas, la estatización bajo control de los trabajadores para garantizar el financiamiento.
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