Haciendo un llamado a evitar la “creatividad legislativa”, el parlamentario pide a Chile Vamos y a La Moneda concentrar los esfuerzos en materializar el programa elaborado durante la campaña pasada y retomar el control de la agenda.
El senador RN Francisco Chahuán ha recorrido ocho regiones del país para difundir el relato del gobierno, convencido de que, materializando el programa elaborado en campaña, el Presidente Sebastián Piñera podrá entregarle la banda a alguien de su sector en cuatro años más.
Usted ha sido uno de los más críticos de la instalación del gobierno. ¿Cree que ya se subsanaron esos problemas?
Absolutamente. Mis dichos tenían que ver con un tema de fondo, que era el proceso de instalación, que había estado lento, no por responsabilidad del Presidente. Primero, el gobierno de Bachelet amarró cargos y, segundo, hubo un cambio de criterio de la Corte Suprema y de la Contraloría respecto de la tutela laboral. Que el gobierno no tuviera una presencia territorial importante podía ser un elemento que nos hiciera caer en la valoración positiva.
Superada la instalación, ¿cómo evitar estos problemas?
Tenemos que volver a tener el control de la agenda. El llamado que hago a los parlamentarios de Chile Vamos es a concentrarse en el programa de gobierno, por lo tanto, debiera haber menos creatividad legislativa. Yo valoro el esfuerzo que ha hecho el Presidente Piñera al entender que la llave maestra son los acuerdos nacionales y el trabajo de estas comisiones que se han convocado en distintas áreas.
¿Cómo se ponen esos temas en la agenda con la visión del gobierno?
En la medida que seamos capaces de despejar del ámbito legislativo temas como los que se están tratando ahora y que no son parte del programa de gobierno.
¿Se refiere al proyecto de identidad de género?
Sí. La agenda de las minorías lo que hace es distraer el esfuerzo consistente que tiene que hacer el gobierno de poner el foco en el programa. Esa es una señal de preocupación. Tenemos un gobierno que enfrenta los problemas, como la crisis medioambiental en Quintero y Puchuncaví.
¿Usted hace una evaluación positiva del manejo político en esa crisis?
Tenemos un Presidente que ha asumido esto como un tema de Estado, la ministra Carolina Schmidt ha hecho el trabajo. Este es un gobierno que entiende que esta es una política pública, no por temor a que se transforme en un nuevo Aysén, sino entendiendo que no se trata solo de “una nueva forma de hacer las cosas”, sino una nueva forma de escuchar a las personas.
¿Ve aquí una lección aprendida respecto de la primera administración?
Sí. No solamente se trata de una nueva forma de gobernar, con un despliegue 24/7, sino que hay que poner el énfasis en escuchar a la ciudadanía y escucharla a tiempo. Esa disposición nos faltó en la primera administración. En el primer gobierno, además, el Presidente estaba sobreexpuesto y los ministros, en un segundo plano; en este gobierno, hemos visto un cambio en términos de exponer a los ministros, entregarles mayor responsabilidad y al Presidente, dejarlo para los grandes temas.
Usted valora las acciones que ha ejercido el gobierno, pero la encuesta Cadem hace pocos días mostró que el rechazo superó a la evaluación positiva.
Se trata de una fotografía del momento. El Presidente Piñera va a hacer un gobierno que va a sostener una evaluación positiva importante, porque se va a hacer cargo de los grandes temas que a la ciudadanía le importan.
¿Y por qué cree que ahora no se valora?
Tenemos, por ejemplo, al Frente Amplio, donde los grandes temas son luchas de egos, propias de una teleserie centroamericana, y no hay disposición para los temas ciudadanos. Tenemos una oposición articulada para obstruir más que contribuir. Por eso, el llamado a la oposición es a no perder el impulso inicial de sumarse a las mesas de trabajo por los grandes acuerdos nacionales, a no mirarse el ombligo, a no quedarnos en la política pequeña.
Por estos días parece que, más que sumarse, ha aumentado la tensión, por ejemplo con la DC…
La DC está en un momento de inflexión histórica, va a tener que tomar definiciones, ser capaz de recobrar su identidad en términos de valores humanistas cristianos u optar por un perfilamiento socialdemócrata progresista. El problema de la DC es que se olvidó de Cristo y ha sido un partido que, más bien, ha virado hacia la izquierda. La estructura de coalición que elija va a marcar su futuro.
¿Y lo que usted espera es que busque esa estructura hacia el centro, pensando en RN?
Yo espero que la DC entienda que tiene que ser un eje articulador y sumarse a aquellos que estamos trabajando en un centro vigoroso. La invitación es a no dejarse seducir por la hegemonía que intenta ejercer el Frente Amplio en una futura coalición. Si la DC es capaz de contribuir al diálogo, que está ausente del mundo político de hoy, puede generar una estrategia importante para los desafíos que Chile va a enfrentar. El gran pecado de Chile es la ausencia de diálogo y de proyectos colectivos.
Denos su opinión