Los nexos y redes del nuevo fiscal nacional económico

Yerno del expresidente del Banco Santander, Mauricio Larraín; primo de segundo grado de José María y Cristóbal Eyzaguirre, y hermano del actual subsecretario de Medio Ambiente, Ricardo Riesco es reconocido como un hombre conciliador y gran litigante. Fanático de Deportes Concepción y cercano al Opus Dei, llega al mundo público tras una amplia trayectoria en el sector privado y en el exterior.

Estoy muy entusiasmado con los nuevos desafíos que me depare la segunda mitad de mi vida profesional”, se lee en el Linkedin de Ricardo Wolfgang Riesco Eyzaguirre. Y sus aspiraciones parecen ir en línea recta. El martes pasado, el abogado de la Universidad Católica, master in Laws de la Universidad de Columbia y profesor visitante de la misma universidad, asumió como nuevo fiscal nacional económico, en reemplazo de Felipe Irarrázabal, lo que marcó su debut en el servicio público. Y las felicitaciones se sucedieron por doquier.

El chat del cuarto medio A del Colegio Tabancura generación 93 se nutrió de parabienes para un compañero más que triunfaba. No era, eso sí, el primero. El actual consejero del Banco Central Alberto Naudon, el diputado Cristóbal Urruticoechea y el actual subsecretario de Energía, Ricardo Irarrázabal, habían ya aterrizado en el sector público. “Nadie daba un peso por el A”, recuerda un compañero. Todas las apuestas estaban en el paralelo -el B-, y hoy son ellos quienes han sumado nombramientos, rememoran cercanos, entre risas.

Con 43 años, cuatro hijos, casado con María Paz Larraín Errázuriz -hija del expresidente del Banco Santander Mauricio Larraín-, Riesco ha conocido de cambios y viajes desde pequeño. A los 12 años partió a Alemania. Su padre, el geógrafo Ricardo Riesco Jaramillo, había sido nombrado embajador en ese país, lo que implicó el traslado de toda la familia al Viejo Continente. Riesco Jaramillo -casado con María Teresa Eyzaguirre y padre de seis hijos, Ricardo el mayor- había previamente hecho un doctorado en Bonn, pasión por Alemania que llevó a que el segundo nombre del ahora FNE fuera Wolfgang, curiosidad similar al fanatismo de Riesco Eyzaguirre por Deportes Concepción. Quienes lo conocen precisan que nunca vivió en la capital de la VIII Región, pero que a su retorno de Alemania, al equipo le estaba yendo tan bien en la Copa Libertadores que se unió a su hinchada. De hecho, convencía a sus hermanos de acompañarlo a ver al equipo de sus amores a cambio de llevarlos a visitar el Huáscar. Hoy, sin embargo, no es raro verlo en el Monumental acompañando a sus hijos, que son de Colo-Colo.

Así, debido al viaje de su padre, el abogado salió de su primer colegio, el Verbo Divino, donde fue compañero del expresidente de la UDI Ernesto Silva, con quien se reencontró en la universidad. A su retorno de Alemania, aterrizó en el Tabancura. “Le iba muy bien en el colegio”, destaca un compañero. Amigos de aquella época precisan que fue el segundo mejor alumno de su generación.

En el Tabancura es donde decidió estudiar Derecho, la casa de estudio elegida fue la Católica. Allí fue compañero y ahora amigo del socio de Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU&Uría (PPU) Cristián Conejeros; el vicepresidente del área legal de BHP, Nicolás Lustig; el socio de Cariola Díez Pérez-Cotapos, Raimundo Moreno, y el exdirector de la DGA Francisco Echeverría.

Fue un alumno destacado, se sacó un 7 en su examen de grado y aprobó con Distinción Máxima. “Ricardo siempre ha sido un 7, cercano, preocupado, bien sociable”, señala Echeverría, con quien los une una profunda amistad, al igual que con los otros nombrados. Se juntan seguido y tienen un chat entre ellos.

Entre sus amigos también destacan el gerente general de LarrainVial Asset Management, Ladislao Larraín, y el director de la misma compañía, Borja Larraín.

Fuera del grupo de partners de la PUC, sin embargo, las felicitaciones se amplificaron en el WhatsApp abierto de la universidad. De hecho, fue en ese contexto que salió a relucir una historia que llamó la atención. El juez Sergio Ojeda -con quien no era amigo- recordó que en la época de la práctica, a Riesco le tocó penal, y Ojeda estaba en un tribunal del crimen, como actuario: “En una oportunidad se designó a un joven abogado de turno, carga que no muchos querían aceptar y no eran poco frecuentes las audiencias que pedían dichos abogados para solicitarle al juez que los eximiera de tal labor por muchas razones”, se lee. Y sigue relatando que en este caso, aquel abogado efectivamente pidió audiencia con Su Señoría para pedirle que le permitiera revisar el expediente sobre un condenado por robo con mayor acuciosidad; al juez le llamó la atención tal petición tan poco común y le dio lugar, señalan. “Ricardo Riesco se tomó todo el tiempo en estudiar la causa y realizó una defensa de lujo (…) para este procesado e incluso logró rebajarle la condena”, escribió, graficando su personalidad.

Es que el derecho lo tiene en sus raíces. De hecho, sus tres hermanos hombres son abogados, entre ellos está el actual subsecretario de Medio Ambiente, Felipe Riesco. Su abuelo, Rafael Eyzaguirre Echeverría -de quien era muy cercano-, fue decano de Derecho de la Universidad de Chile y secretario del Senado hasta su muerte. Además, era hermano de José María Eyzaguirre Echeverría, padre de la cabeza de Claro y Cía., José María Eyzaguirre de la Huerta, papá de los reconocidos abogados José María y Cristóbal, primos de segundo grado de Riesco Eyzaguirre.

De su abuela paterna, Isabel Jaramillo, heredó su amabilidad, dice un familiar. De hecho, recuerda que ella siempre les inculcó el buen trato y el respeto por el otro. “Es una persona muy preocupada de las relaciones personales, dice las cosas de frente, retraído frente a las personas que no conoce y con un sentido del humor muy agudo”, lo describe un cercano.

Tras la universidad, ingresó a Claro y Cía. Y luego, con la beca Fulbright, partió a hacer el máster a Columbia, Estados Unidos, donde, además, trabajó un año en el estudio Clifford Chance. A su retorno -en 2006- entró a Eyzaguirre y Cía., y un año después debutó en Philippi, donde llegó a transformarse en uno de los socios más jóvenes que ha tenido el estudio. Ahí fue compañero del ex FNE Felipe Irarrázabal. Cercanos precisan que fue en ese lugar donde se introdujo de lleno en la libre competencia. “Sus orígenes fueron más bien judiciales. En Claro e Eyzaguirre estaba más metido en litigios, pero fue en Philippi donde empezó fuerte en temas de libre competencia”, recuerda un abogado.

Y desde esa vereda le tocó ver varios casos emblemáticos. En 2015 representó a Santander en una consulta del TDLC por Transbank. Además, fue el abogado del chairman de Liberty, John C. Malone, en 2013, tras la fusión VTR-Metrópolis Intercom, proceso en el que se llegó a un acuerdo con la FNE, a través del cual el empresario se comprometió a dejar las acciones de DirecTV en un fideicomiso. Además, fue quien partió con la defensa de Cencosud en el caso supermercados. El abogado que asesoraba tradicionalmente al retailer era Irarrázabal, pero una vez que este partió a la fiscalía, Riesco quedó a cargo, tras lo cual explotó el caso de la supuesta colusión de las cadenas, haciéndose cargo de la representación del holding de Horst Paulmann. Hoy, sin embargo, la defensa la tiene Carey. En su experiencia también está el haber asesorado en temas de libre competencia a Canal 13.

Dada su trayectoria, quienes lo conocen puntualizan que es muy conciliador. “Siempre busca la posibilidad de llegar a un acuerdo o a una salida alternativa que favorezca a su cliente, obviamente”, subraya. “Hoy, los abogados confrontacionales van de salida. Ricardo es muy conciliador, de facilitar los acuerdos”, añade otro abogado.

En 2017 decidió dar un paso al lado de Philippi, vendiendo sus acciones y estableciendo una cláusula de non compete por un año. Quienes lo conocen aseguran que su partida respondió, básicamente, a que ya había cumplido una etapa y tenía un compromiso con su familia de vivir un tiempo fuera. De hecho, de Philippi saltó nuevamente a Columbia, donde vivió hasta hace dos meses, siendo profesor visitante.

Otras voces precisan que su partida también habría tenido como gatillante un distanciamiento con la forma de cómo se estaba manejando el estudio, tras la fusión con Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría.

Cercano al Opus Dei y católico practicante -sus hijos estudian en el Tabancura y en Los Andes-, sus amigos lo califican como una persona sumamente honesta y con convicciones claras. Si bien no es militante en ningún partido, su mayor afinidad estaría con la UDI.

En 2015 participó en las elecciones del Colegio de Abogados por la lista gremial, que representa a la derecha. Si bien no salió, tras el fallecimiento de Olga Feliú, la votación que seguía era la de él, pero dado su viaje a Estados Unidos no pudo asumir, cediéndole el cupo al abogado Juan Eduardo Palma Cruzat.

Litigante de base

A diferencia de Felipe Irarrázabal -experto en Derecho Económico-, Ricardo Riesco llega a la Fiscalía Nacional Económica con una experiencia mucho más amplia en litigación, lo que abogados de libre competencia ven como un activo. Son similares con su antecesor, eso sí, en el bajo perfil y en su enemistad con las apariciones públicas. “Le da pudor”, destacan.

Desde su nombramiento, solo ha habido opiniones positivas. “Es un muy buen nombramiento. Con una vasta experiencia, muy ponderado y buen litigante”, precisa el ex subfiscal nacional económico y asociado senior de Guerrero Olivos, Jaime Barahona. “Es una persona que siempre forma buenos equipos, logra generar confianzas”, añade el socio de Baker & Mackenzie, Rodrigo Díaz de Valdés.

Y su carácter también lo plasma en su Linkedin. “Mi verdadera pasión es todo aquello relativo a la captación, gestión y desarrollo integral de personas y grupos, aunando intereses y esfuerzos en torno a un objetivo común no solo profesional, sino también humano”, se lee. Y agrega: “Creo firmemente que no existen, en el corto y mediano plazo y con vocación de permanencia, los éxitos personales, sino únicamente los éxitos que provienen y son el resultado de esfuerzos colectivos. Los fracasos, eso sí, son propios”.

Ahora llega a hacerse cargo de una fiscalía con desafíos claros. En la plaza hay concordancia en que los retos pasan por el control de fusiones y la aparición de casos más complejos; la coordinación con el Ministerio Público en futuros carteles y en la necesidad de agilizar las investigaciones, de la mano de mayores equipos.

Con todo, cercanos precisan que a lo mejor al comienzo su tiempo se verá más reducido. A lo mejor deberá postergar sus partidos de fútbol -donde juega de arquero-, sus campeonatos de tenis o sus veraneos en el lago Riñihue -en la Región de Los Ríos-, donde tradicionalmente invita a sus hermanos. Las celebraciones por su nuevo desafío, eso sí, ya se preparan. Desde el colegio hasta la universidad esperan su minuto para festejar al nuevo fiscal nacional económico.

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