Reforma Tributaria: Podrían acordarse de las inequidades

Por Jaime Valenzuela/ Profesor de finanzas, Escuela de negocios UAI

En esta columna me voy a referir a dos situaciones de inequidad tributaria en las cuales me parece se debería avanzar en la discusión que comenzará en marzo en el Congreso.

En primer lugar está la falta de equidad de no permitir que las familias más numerosas puedan rebajar gastos para determinar su base imponible. ¿Es justo que un matrimonio de 4 hijos que gana 1 millón de pesos al mes deba pagar el mismo impuesto que una persona soltera que gana lo mismo por mes? No, es absolutamente injusto. ¡A las empresas se les permite rebajar gastos y a las personas no! En varios países esta inequidad se ha solucionado permitiéndoles a las familias descontar una determinada cantidad de gastos por hijo. En Chile, esta iniciativa alguna vez se ha escuchado a candidatos antes de las elecciones para ganar votos, pero una vez ganadas las elecciones, se han olvidado. Nunca ha habido voluntad política para implementarla.

Me imagino que la gratuidad escolar podría a ser un argumento en contra de mi propuesta: “Con sus impuestos, sus hijos tienen derecho a educación de calidad y gratuita” ¿De calidad? Por lo que lleva la reforma tributaria, parece que vamos contra el tránsito en calidad. Además, la gratuidad es solo hasta el sexto decil. Familias grandes del séptimo decil hacia arriba pueden necesitar con urgencia una reducción tributaria por hijo por estar en una situación económica asfixiante.  Además, la educación es un gasto relevante, pero obviamente no es el único. Alimentación, vivienda, vestuario, salud, etc., son también ítems muy relevantes.

Un impuesto que me parece “perverso” son las contribuciones de bienes raíces. Algunos afirman que este es un impuesto al patrimonio, y que impuestos al anterior son injustos en muchas situaciones. La verdad es están equivocados, ya que las contribuciones son perversas porque son un impuesto a los activos. Con un simple ejemplo lo anterior quedará claro: asuma una familia que tomó deuda hipotecaria de $50 MM para comprar una casa de $70. Ambos cónyuges trabajaban con salarios que les permitían pagar el dividendo y mantener a la familia. En un principio no tenían problemas para pagar las contribuciones por la casa adquirida. Asumiendo que la tasación del bien es igual a su valor comercial, el impuesto pagado es sobre los $70 MM que vale el bien raíz, no sobre el patrimonio, que es solamente la diferencia entre sus bienes y su deuda, es decir es de $20. Asumamos que la familia tuvo mala suerte, ambos fueron despedidos de su trabajo, y han pasado largos meses sin encontrar un trabajo nuevo. Para poder subsistir han dejado de pagar los dividendos y han tenido que tomar créditos de consumo. El endeudamiento familiar subió a $70, es decir, pasaron a tener patrimonio cero (en el activo una casa de $70 y deudas por $70, implica patrimonio cero). Esta familia no tiene ni ingresos ni patrimonio, pero IGUAL DEBE PAGAR LAS CONTRIBUCIONES DE BIENES RAÍCES. ¿A alguien le parece justo? ¿Pagan impuestos las empresas en crisis financiera?

El proyecto de Ley de Cambio a La Reforma Tributaria que se discutirá en marzo incluye la discusión de una ayuda para las contribuciones de los adultos mayores. ¡Totalmente insuficiente! Este impuesto perverso debería eliminarse para todos, ahora.

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