Varios días de rumores llegaron a su fin este jueves luego de que se concretara el esperado cambio de gabinete ministerial. Sin modificaciones en el Comité Político, el ajuste se dio en los ministerios de Desarrollo Social, Relaciones Exteriores, Obras Públicas, Economía, Energía y Salud.
Dos enroques, tres ex ministros y solo una cara nueva fueron los cambios que realizó el Presidente, quien, en los últimos meses, se ha visto enfrentado a la más baja aprobación que ha tenido durante los dos gobiernos que ha liderado.
Pese a que la intervención se llevó a cabo en las carteras que peor evaluadas estaban, los expertos coincidieron en que este fue un cambio más bien superficial, que no afecta la médula del proyecto de Gobierno que quiere implementar el mandatario.
Así lo expresó el cientista político del Instituto Libertad Pablo Rodríguez, quien, en conversación con Diario y Radio Universidad de Chile, hizo un análisis de las decisiones de Piñera, indicando que son un claro reflejo de la evaluación que él mismo hace de su Gobierno.
“El Presidente nos confirma que él tiene una visión respecto de cómo el Gobierno lo está haciendo y cómo el Gobierno lo tiene que hacer, y que eso se mantiene. Por lo tanto, uno podría preveer que la relación con el Congreso seguirá siendo difícil porque, justamente, no cambiaron los nombres de los principales ministros”, dijo el investigador del Instituto Libertad.
Respecto de la relación con la oposición -que se vio dificultada, sobre todo, en el Congreso Nacional con cada propuesta desde el Ejecutivo-, Rodríguez sostuvo que, al no hacer cambios en el núcleo de su gabinete ministerial, el trato se mantendría igual.
“Tienen la convicción de que lo están haciendo bien o que están haciendo lo que tienen que hacer. ‘Estamos haciendo lo que tenemos que hacer y por lo tanto tenemos que seguir con esa estrategia, tenemos que seguir con ese plan’. Por lo que uno podría pensar que la oposición va a mantener una postura similar a la que ha tenido hasta la fecha”, comentó Rodríguez.
Por su parte, en conversación con este medio, la doctora en ciencias políticas y académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Mireya Dávila, señaló que la personalidad del Presidente no le permite llegar a la misma conclusión. Dávila concordó con que este fue un cambio netamente estético, pero al mismo tiempo sostuvo que le dará la posibilidad de un respiro a un Ejecutivo que venía enfrentando problemas en diversos frentes.
“Siempre los cambios gabinetes, independientemente de la gestión final, son un cambio de aire. Por muy mínimos que sean, si son más de dos ministros -como fue en este caso- igual tiene un cambio de aire y baja el tono. Pero yo más bien tiendo a pensar que es algo bien momentáneo, no le veo un cambio en el largo plazo en ese sentido y tampoco creo que vaya a repuntar mucho la aprobación de Piñera”, indicó Dávila.
Sobre la convicción de Piñera, la académica evaluó si es que se trata de una estrategia de “tozudez política”.
“Tal vez es una propuesta estratégica de tozudez política, que puede resultar en algunos casos, que es que él diga que va a resultar, que al menos la economía no va a bajar más”, dijo la académica.
Sin embargo, la especialista del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile se mostró escéptica ante esta opción.
“Creo que es un tipo que es tan pragmático que se me hace difícil pensar que no vea las encuestas y no sienta que se está haciendo bien. O sea, yo creo que tendría que ser muy ciego y si no, los asesores le tendrían que decir que hay un problema”, comentó.
Ambos analistas estuvieron de acuerdo en el giro del mandatario hacia un Gobierno en el que sus ministros cuenten con la experiencia política que tanto se le criticó no tener al asumir el mando y que le permitan retomar el control de una agenda que, poco a poco, se fue disolviendo a medida que enfrentaba obstáculos en el Congreso.
Sin embargo, ambos concordaron en que el panorama con la oposición no sufrirá mayores cambios, y por las reacciones desde ese sector -en rechazo al cambio de gabinete-, se puede vaticinar que el trámite legislativo seguirá el mismo curso que venía trayendo.
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