Enfrascado en más de un tema, el diputado Giorgio Jackson del Frente Amplio (FA) distribuye su tiempo entre su debut como entrevistador en un programa radial online: “Los Jackson 5”, y los proyectos que ve la Comisión de Hacienda, la cual integra.
Por ende, estas últimas semanas se ha sumergido en la Reforma Tributaria que no comparte: “Si se observa, en la Ley de Presupuestos, lo máximo que se puede asignar bordea entre los US$100 millones y US$150 millones; y en este caso el gobierno, con el voto de Pablo Lorenzini (DC), está enviando US$600 millones a los súper ricos, en vez de destinarlo a políticas sociales. Me tiene muy impresionado”.
¿Impresionado por qué?
-Por la inconsistencia en el discurso del gobierno. Por un lado, criticaba extender la gratuidad al 7° u 8° decil con ingresos de menos de $300 mil per cápita, y por otro lado, no le da ningún pudor dejar de recaudar US$100 millones para entregarlos a los sectores más acomodados, con el IVA a la construcción. E impresionado de quienes votaron para limitar ese beneficio y terminar con la integración en 2014, que hoy estén disponibles para aprobarlo solo por un posicionamiento político, y no por ideas de fondo. Es el tipo de cosas que más repudio de la política.
Luego Hacienda verá el proyecto de pensiones, ¿cuál es su visión del texto aprobado en Trabajo?
-El debate está muy alejado de la magnitud del problema: las pensiones en Chile son de hambre, ya que cerca del 95% de los pensionados recibe menos que el sueldo mínimo. Y después del proyecto del gobierno esta realidad del 95% pasará a cerca del 70% u 80% de los pensionados, es marginal.
¿Por qué?
-El debate ha sido sumamente acotado, hay una piedra de tope, porque el gobierno se comprometió bajo llave que el 10% de las AFP no se toca y sin ese 10% es muy difícil pensar en un cambio real. En 4 años más vamos a necesitar una nueva propuesta.
En Chile Vamos no están disponibles para algo distinto al ahorro individual.
-En concreto, ese 4% extra significará para un hombre de 40 años hoy, con un sueldo de $500.000, que cotice sin parar hasta los 65 años, $30.000 extra, y $24.000 en el caso de una mujer. Creo que ese diferencial de $30.000 no es un cambio, sino simplemente aparentar que algo va a cambiar. El gobierno hoy está sembrando el germen de populismo futuro.
¿Cómo se plantea ante la creación de un ente público que administre más allá de 4% para seguros sociales?
-Para todas las cosas que en el margen permitan tener mejores pensiones y que no legitime este sistema, nosotros estamos súper disponibles a analizar. Pero no vamos a llegar a un acuerdo para que se deje el 10% para las AFP y un 14% de ahorro individual. Ante una ciudadanía que se movilizó masivamente bajo el lema de No más AFP, el gobierno logró una estrategia comunicacional para estar discutiendo solo el 4%
¿Qué piensa de que el PR, PS, PPD estén explorando un acuerdo con el gobierno?
-Me llama profundamente la atención que esto no se trate de ideas, sino que solo de posicionamiento, de quién sale en la foto. Como hay una urgencia por el tema de pensiones, algunos sectores políticos más tradicionales creen que salir en una foto aprobando una pensión, levantando los brazos, es conveniente políticamente, porque aparecen junto a la billetera fiscal entregando $10.000 a los adultos mayores. Esa foto vale si se transforma el sistema; además, crea falsas expectativas, porque las pensiones seguirán siendo de hambre.
¿Cómo se plantea ante los proyectos de reducción de jornada?
-Es bien revelador que haya un sector político muy ligado al empresariado que se oponga con tanta energía a que los trabajadores tengan mayor calidad de vida.
¿Qué le pareció la idea de 41 horas con flexibilidad?
-Tiene el problema de que no será voluntario, porque será decisión del empleador, y si los trabajadores no aceptan el cambio de jornada, arriesgan a ser despedidos o reemplazados, y como la gente hoy está con temor a perder su empleo porque la economía no está como se prometió, se va a quedar, y eso es precarización. Por eso nos hemos sumado con fuerza a la idea de las 40 horas.
¿Aunque el gobierno asegure que tendrá impacto negativo?
-La experiencia de otros países, como la del nuestro en 2005, cuando se redujo la jornada, indica que no afectó ni a la productividad, ni a la creación de empleo, ni a los salarios reales, sino que la única consecuencia fue mayor tiempo libre. El tema es al revés, no hay ningún estudio que haga una regresión y le asigne a la rebaja de 48 a 45 horas ni un ápice en la menor productividad, incluso el del Ministerio del Trabajo no le asoció causalidad.
No son las cifras que ha dado el gobierno…
-Lo único cierto acá es que recorriendo los matinales y haciendo campaña del terror, el gobierno sigue sin lograr que su propuesta tenga eco en la ciudadanía, porque quienes trabajan jornadas de 45 horas saben que al fijar la jornada ellos no tendrán la última palabra. Creo que la disminución de 40 horas se va terminar aprobando igual, y el gobierno tendrá que encontrar la forma de sumarse en vez de que reciba una dolorosa derrota política por oponerse.
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