Por Rabindranath Quinteros, Senador
Hoy estamos todos convocados a escuchar lo que dice el gran movimiento social, que salió a las calles cansado de los abusos.
Esta no es una organización criminal que se puso de acuerdo para inducir al estallido social que estamos viviendo. ¡No!, esto representa el clamor popular y el emplazamiento al gobierno, la clase política y elite económica que no supo escuchar y, por acción u omisión, apretó más de lo que la gente podía soportar.
La poca empatía con el sufrimiento de la gente y la mala decisión de algunos de sus ministros de ridiculizar el malestar ciudadano debido a la calidad y el precio de los servicios como el transporte público, la luz y el agua, detonaron la grave crisis que enfrentamos.
Inquietante es el número de muertos en estos días de protesta y el alto número de denuncias por apremios ilegítimos por parte de efectivos de las fuerzas armadas y de Carabineros.
El Presidente tiene que escuchar el llamado del Instituto de Derechos Humanos que hizo ver que es fundamental que los militares dejen las calles porque no fueron formados para garantizar el orden público.
Sin embargo, con pesar y amargura, veo que el Gobierno ha llamado a personal de reserva del Ejército para usarlos en esta crisis. Mala decisión y espero que los ministros asuman su responsabilidad frente a las decisiones que están adoptando.
Contra lo que pudo ser su propósito original, el gobierno ha posibilitado que, en lugar de cerrar procesos de derechos humanos, se abran nuevos procesos a partir de los excesos y violaciones cometidos estos últimos días por policías y militares.
Y cada día y noche con presencia de militares en la calle, el Gobierno añadirá nuevos problemas, nuevas heridas que demorarán años en cerrar.
Apelo a la conciencia del Mandatario para que deje su laberinto y retome el camino democrático donde el diálogo con los distintos sectores ayude a superar este conflicto social, que no tiene otra salida que modificar el sistema y dar curso a cambios estructurales.