Por Vagabundo Ilustrado (@vagoilustrado)
En los programas de contingencia política del domingo, el tema transversal fue “el retorno de la violencia” en Plaza Baquedano/Dignidad. Eso tras la escena de la destrucción de un semáforo, hecho que fue condenado por la mayoría de la clase dirigente del país. Pero poco y nada se habló de la presencia de neo-nazis en la marcha del “Rechazo”, lo que ya se está haciendo costumbre en esas convocatorias, generando una peligrosa normalización que parece no concitar el rechazo transversal, que si generó la destrucción de un semáforo.
Entre las excepciones, fue Patricia Politzer, en Mesa Central de Canal 13, quien se refirió a las banderas nazis y anti semitas en la marcha del «Rechazo», señalando que “personalmente le traía bastante desazón”, aludiendo a su condición de judía. Salvo la reacción de Kike Mujica, que ante lo dicho por Politzer señaló que le parecía “patético y vergonzoso” lo visto en esa marcha, el tema en el programa no se profundizó más, pues la discusión era otra, la violencia, la otra, la de siempre.
Y el tema es preocupante, y si no, debería:
Fue hace muy poco, el 18 de agosto pasado, cuando un grupo de neonazis fue detenido por la PDI tras secuestrar y torturar a uno de sus “amigos”, luego que “descubrieran” que este era bisexual. La sesión de tortura -que duró varias horas-, además fue transmitida en vivo por Facebook, y vista por muchas personas afines a grupos fascistas, con total impunidad. Entre los participantes de este grave hecho se encontraban dos reconocidos neonazis que participaron del asesinato de un joven punky el año 2014 en Maipú.
Este hecho recuerda a lo ocurrido en 2012, cuando Daniel Zamudio fue martirizado por un grupo afín a ideas neonazis, debido a su orientación sexual. En medio de la golpiza, parte de sus victimarios grabaron con el gollete de una botella esvásticas en su cuerpo. El brutal crimen impulsó la hoy vigente «Ley Anti Discriminación» (Ley Zamudio).
La preocupante parcialidad e inacción ante estos grupos por parte de la policía uniformada
Banderas Nazis, proclamas supremacistas y abiertamente anti semitas, se han visto estas últimas semanas en las marchas del «Rechazo», todo esto frente a las cámaras de los medios, y a metros de Carabineros, que lejos de inquietarse por los símbolos y armas que portan aquellos (escudos, bastones retráctiles, entre otros), les resguardan. La clara diferencia en el trato con las marchas de la otra opción en el plebiscito, (“el Apruebo”), ha generado ya cuestionamiento y pone en entredicho el rol actual de la policía uniformada y su imparcialidad. Lo que debido a los graves hechos de violencia policial, reiteradas faltas a los protocolos, y sumado a los graves hechos corrupción, han provocado un desplome en la imagen de Carabineros, generando un inédito consenso en su urgente reestructuración e intervención. Pero además, hay ya claras sospechas sobre la sintonía que un sector de la policía uniformada tiene con estos movimientos en medio de la actual polarización del país.
En este sentido, la periodista Mónica González en Pauta Libre de La Red, se refirió a la actual crisis en Carabineros y los hechos de violencia en los que estos se han visto involucrados, alertando: “Los hijos de nuestras patria no nacieron para ser asesinos ni torturadores (…) hay una máquina de guerra en marcha que los convierte en tales. Cuando veo las declaraciones del Carabinero Zamora, veo que esa máquina está en marcha, y hay que pararla”, afirmó.
Y los datos preocupan. Según el Ministerio Público, en reportaje emitido este domingo por CHV Noticias; 350 personas perdieron la visión, parcial o completamente, producto de la acción de Carabineros desde octubre pasado. Actualmente 919 Carabineros están imputados de delitos vinculados a estos hechos, aunque solo 63 están en calidad de formalizados. Respecto a casos de violencia policial, existen 8800 víctimas. De ellas, 281 casos son de desnudamiento a personas detenidas, 67 son constituvos de abuso sexual, 28 de amenazas de cometer delitos sexuales contras las víctimas, y en cuanto a hechos constitutivos de violación o abuso agravado, actualmente existen 12 casos. A pesar de esto, solo 16 Carabineros han sido desvinculado de la institución.
Es en este contexto donde grupos ultra nacionalistas y proto fascistas, han ido generando fuertes vinculos con Carabineros, encontrado estos últimos un apoyo en medio del desprestigio y desplome en su imagen institucional frente a la ciudadanía. Así incluso lo señala la encuesta ligada al oficialismo CADEM, contrario a lo señalado este domingo por el Ministro Pérez en «Mesa Central», quien afirmó que Carabineros gozaba de gran respaldo según mostraban las encuestas «de 45 a 50% de apoyo», afirmó. La verdad es muy distinta. Y es en medio de esta crisis institucional donde ha nacido una relación peligrosa, que si bien no es nueva, claramente ha crecido y se ha fortalecido este último tiempo. Aquello se manifiesta en redes sociales (particularmente Facebook y Youtube), donde grupos ya abiertamente fascistas y/o nazis, han ido generando campañas y defensas a ultranza al actuar policial y criticando la acción de organismos de DDHH. Y si bien esto debiera generar particular preocupación en las autoridades, hasta ahora, la política es obviar, dejar ser.
Fines de enero pasado, y una persona rayaba consignas fascistas en la sede del Colegio de Profesores de Santiago. En ese momento, una patrulla de Carabineros se detiene justo a su lado, lo ilumina con un foco, lee lo que esta persona ponía en la pared, y en vez de detenerle, prosiguieron su trayecto, sin molestar a quien vandalizaba la sede metropolitana de los docentes. Toda la secuencia quedó registrada en una cámara de seguridad. El hecho contradice claramente las señales dadas por las propias autoridades, como el Alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, y el propio Intendente Metropolitano, Felipe Guevara, quienes han cuestionado y criticado en duros términos los rayados en la cuidad, Afirmaciones que han realizado en puntos de prensa… junto a Carabineros.
En marzo pasado, un grupo asistente a estas marchas del “Rechazo”, golpeó a varias personas que transitaban por Providencia, entre ellos, el reconocido periodista Rafael Cavada, quien, socorrido por trabajadores del sector, pudo evitar una golpiza mayor. Al poco andar, se supo que parte importante de ese grupo, se organizó en la Sede de la UDI en Santiago Centro, desde donde salieron escudos y otros elementos que utilizaron en la marcha. La policía, que a metros resguardaba la marcha, no intervino. Por estos hechos, la Fiscalía Metropolitana Oriente decidió formalizar a dos personas. El proceso sigue en curso.
A principios de agosto, en La Araucanía, Carabineros junto a grupos armados de civiles, sacaron por la fuerza -en medio de gritos racistas- a un grupo de comuneros mapuche que hacían ocupación de varias municipalidades de la zona, en el marco de una huelga que demandaba diálogo con el Gobierno para que se aplicara a los presos mapuche, el Convenio 169 de la OIT que Chile ratificó en 2009. La imagen dio la vuelta al mundo, y puso de manifiesto el racismo que aún persiste en la sociedad chilena, generando de paso preocupación por el ascenso de grupos ultraderechsitas (proto fascistas) que podrían constituir organizaciones para-militares en la zona, mismos que la propia policía ha estado monitoreando el último tiempo, como lo mostró una investigación de CIPER Chile. A pesar de aquello, la policía operó en completa complicidad con aquellos grupos, los que incluso realizaron barricadas, y armados, atacaron a los ocupantes de los edificios municipales. Cabe decir que ningún miembro de dichos grupos (ligados a la organización APRA), fue detenido. De igual forma, la Fiscalía abrió una investigación de oficio para aclarar los hechos y ver responsabilidades en lo ocurrido. Hasta ahora, no hay resultados.
La embajadora de Israel en Chile, Marina Rosenberg, repudió el hecho de que en medio de una marcha en Las Condes, se utilizara simbolos nazis y abiertamente anti semitas. Fue a través de su cuenta de twitter donde hizo un llamado «a condenar y erradicar las ideologías y actos promotores del odio, que tanto daño han causado a la humanidad». A esto se sumó la Comunidad Judía en Chile, quienes, en relación a las proclamas anti semitas y símbolos nazis, pidieron a als autoridades avanzar en una ley que condene la incitación al odio.
Por su parte, en un breve post al final de un hilo en twitter, el vocero de gobierno, Jaime Bellolio, se refirió a la presencia de símbolos nazis y anti semitas en la marcha del “Rechazo”, aunque el vocero prefirió omitir esa descripción prefiriendo el ambiguo termino de “marcha relativa al plebiscito”, sin agregar más.
Y no hablamos de hechos aislados. Grupos fascistas y abiertamente anti semitas y que cargan símbolos nazis, han generado golpizas, “barridas”, destruido a plena luz del día -y con el amparo de la policía- símbolos de las protestas (como murales), incluso llevando encima armas. Y la diferencia en el trato, es claramente evidente.
Un periodista alemán, consultó a este columnista si la aparición abierta de símbolos nazis y anti semitas en marchas en Chile, estaba siendo tema y recibiendo la condena transversal que se supone. La respuesta -dada por quien escribe- lamentablemente negativa. “Acá arriesgarían 3 años de cárcel, es algo grave”, me señala alarmado. Y tiene razón.
En alemania, la glorificación y promoción al nazismo está penada. Esto no quiere decir que no exista, de hecho, es un tema muy presente hoy en la sociedad alemana, pero de la cual las autoridades, conscientes del peligro, toman medidas y acciones con el objetivo de restringir y mantener a raya estas expresiones de odios. Es en esta línea que el pasado mes de septiembre, 29 policías fueron suspendidos de sus funciones mientras se investiga su participación en chats donde se realizaban apologías y glorificación al regimen nazi. En mayo, un fuerte escándalo sacudió al país teutón, luego que miembros de cuerpos de elite de las Fuerzas Armadas, fueran detenidos por sus nexos y relaciones con grupos neo-nazis y potenciales atentados. El tema es preocupante, y el mundo ha visto un resurgir de estos grupos, y muchos países toman medidas.
Esta semana en Italia, 33 personas se inició el mediático juicio contra 33 miembros de una organización que pretendía reorganizar al partido fascista de Mussolini. El escándalo estalló, luego que miembros de ese grupo, apalearon salvajamente a un joven que participaba en una manifestación contra el populista de ultra derecha, Mateo Salvini. Ambos países, Alemania e Italia, demuestran que hay que tomarse esto en serio. Fueron precisamente estos países que vieron y dieron cabida al surgimiento del nazismo y el fascismo, respectivamente, y saben el alcance y peligro que esto tienen. Aún así, los problemas y el ascenso de estas ideologías está aún lejos de acabar en esos países.
Es que hablamos de una ideología que deshumaniza “al otro”, que plantea que algunos “no son personas” y que ya sea por su orientación sexual, política o por su etnia u origen, se es inferior o menos que humano. Es por ello que su derrota fue el mayor salto civilizatorio del último tiempo para la humanidad, aunque se sabía, y se sabe, que no fue una derrota definitiva y que es menester de todos y todas siempre mantenerle a raya. Pero las señales de las autoridades, y particularmente del gobierno chileno, no solo son erráticas, sino que con su inacción, generan un campo fértil para estos grupos.
Esto contrasta con lo ocurrido el 19 de Diciembre de 2017, en la Asamblea General de la ONU, cuando Chile votó a favor la resolución (72/156) que llama a los países a “Combatir la glorificación del nazismo, neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia”. Solo hubo dos votos en contra: EEUU y Ucrania, países donde precisamente, la ideología nazi (supremacista y fascista) ha crecido peligrosamente, incluso promovida por autoridades, ya sea por acción u omisión, generando graves consecuencias.
Hay un elefante en la habitación y lleva consigo una esvástica gigante encima, pero muchos hacen como si este no existiera, generando con ello un amplio espacio descampado para que estos movimientos proliferen, quizás, a conveniencia táctica. Pero el peligro del fascismo y el nazismo comienza justo en el silencio y la no acción ante este. Pues hoy es un elefante, mañana podría ser toda una estampida que arrase incluso con quienes le dieron cabida debido a sus calculos, y al final, aplaste lo que nos queda de humanidad.