Se atrasó cuarenta minutos, pero terminaron apareciendo juntos igual. El ministro del Interior, Víctor Pérez, y su par de Defensa, Mario Desbordes, llegaron pasadas las 11.30 a la escuela República de Brasil, en la comuna de Santiago, para participar de una actividad y reforzar el mensaje de las medidas de seguridad adoptadas para el plebiscito.
La puesta en escena pública de ambos estuvo precedida por el malestar de Desbordes a raíz del escrito de contestación de la defensa del jefe de gabinete -representada por los abogados Mario Rojas y Alejandro Espinoza– por la acusación constitucional que impulsa la oposición en su contra. La inquietud, además, escaló hasta el propio Presidente Sebastián Piñera, quien encabezó esta mañana una reunión con ambos para abordar el tema.
En el documento, que fue ingresado a la Cámara de Diputados y que dio a conocer La Tercera, la defensa de Pérez argumenta que las fuerzas de orden y seguridad, es decir, Carabineros, no dependen de Interior bajo un estado de catástrofe, sino de los jefes de la defensa, dependientes del Ministerio de Defensa. “En virtud de lo prevenido en las reglas jurídicas excepcionales (…), se designó como jefes de la Defensa Nacional a ciertos miembros de las Fuerzas Armadas, que no tienen dependencia respecto del ministro del Interior y de Seguridad Pública, sino del Ministerio de Defensa”, dice el escrito.
Los argumentos tomaron por sorpresa a Desbordes, pero también a Piñera y al comité político. De hecho, varios en el gobierno transmiten que se enteraron «por la prensa” y calificaban el episodio como “gravísimo”. Pese a que la Segpres estaba trabajando en coordinación con la defensa de Pérez, en el gobierno dicen que no estuvieron en conocimiento del detalle de los argumentos del escrito.
La molestia del Mandatario, explican fuentes de gobierno, radicó principalmente en que fue una defensa inconsulta y que contradice todo lo que ha hecho el gobierno en esta materia. Esto, ya que los exministros Andrés Chadwick y Gonzalo Blumel nunca sostuvieron esa tesis y se mantuvieron firmes en que el orden público es resorte de Interior.
Asimismo, las mismas fuentes dicen que, a juicio del Presidente, con los argumentos de la defensa se comenzaba a disparar responsabilidades para todos lados y, por ende, a abrir flancos al gobierno. El propio Piñera se lo hizo saber de manera presencial al titular del Interior, con quien se reunió previamente a que se sumara Desbordes. En Palacio dicen que en ese diálogo a solas con el jefe de gabinete, el Mandatario le hizo saber su malestar.
De todas formas, en Interior desdramatizan los hechos y reconocen que hubo un diálogo entre Piñera y Pérez, pero sostienen que no fue un reto y que fue en un buen tono.
En el Ejecutivo, además, había inquietud pues algunos decían que la defensa jurídica de Pérez -que fue presentada días antes de que venciera el plazo para hacerlo- abría un flanco para el Presidente, argumentando que bajo estado de excepción los jefes de la defensa dependen del Mandatario. Asimismo, lamentaban que al estar la contestación ya presentada a la Cámara era poco lo que se podía hacer para corregirla.
Así, el episodio se transformó en uno de los primeros impasses entre Piñera y Pérez, quienes no son amigos ni cercanos y que, hasta ahora, han mantenido una buena relación, pero estrictamente laboral, según comentan en el gobierno.
En la cita de Piñera con Desbordes y Pérez, según quienes conocieron de su contenido, el titular de Defensa planteó su malestar al respecto y transmitió que el episodio generaba inquietud, además, en las Fuerzas Armadas, justo en el día en que tienen que tomar el control de los locales de votación. Y planteó que el episodio también generaba revuelo al interior de RN.
En el encuentro, de acuerdo a las mismas fuentes, se mantuvo que saldrían juntos a la actividad en la escuela República de Brasil y se acordó que el titular del Interior explicaría los argumentos del libelo, recalcando que la responsabilidad por el orden público está a cargo de Interior. “Lo único que hace el escrito, que plantean los abogados de mi defensa, es reiterar las normas jurídicas aplicables en este caso y demostrar la inconsistencia de la acusación constitucional”, explicó Pérez al ser consultado al respecto. Y sobre quién está a cargo del orden público, Pérez respondió: “Es solo la transcripción de una norma constitucional para demostrar que quienes redactaron la acusación no tuvieron el rigor para fundamentarla jurídicamente”.
Desbordes, por su parte, optó por defender al ministro del Interior y dijo que en algunos casos las fuerzas de orden y seguridad dependían de Defensa, y en otros casos de Interior. De igual manera, manifestó que la acusación contra el jefe de gabinete no tiene fundamentos. “No hay sustento jurídico para acusar al ministro Víctor Pérez”, dijo.
En la cita con Piñera, asimismo, se había acordado que la defensa de Pérez presentaría un “téngase presente”, aludiendo a que el orden público depende de Interior y que buscaban dar cuenta del error jurídico en el libelo de la centroizquierda. Ese téngase presente, según afirman en el gobierno, estaba siendo coordinado entre Segpres e Interior.
El tema no sólo generó sorpresa en el gobierno, sino que también salpicó a RN, partido en el que milita Desbordes y en el cual varios dirigentes creen que el ministro debiera asumir una candidatura presidencial.
Los diputados cercanos al ministro transmitieron de inmediato su malestar e, incluso, algunos advirtieron que eso podría repercutir en cómo se vote la acusación. Esto último, de hecho, preocupa a Palacio, porque puede desordenar la estrategia de mantener alineada a la coalición.
“Me parece pésima estrategia de la defensa estar eludiendo la responsabilidad política y, peor aún, salpicando o desviando la atención, perjudicando a un ministro de la propia coalición, como el ministro Desbordes”, dijo el diputado Jorge Durán, agregando que el episodio “me deja en reflexión sobre cómo votar” el libelo.
Su par Miguel Mellado, en tanto, indicó que “no me parece que un ministro al que le acusan de algo salga culpando a otro ministro de otro partido político de lo que a él se le acusa”. Y sobre cómo votará, agregó que “quiero leer completas ambas argumentaciones: la de la acusación y de la defensa”.
Andrés Celis, por su parte, dijo que «de ser cierta esta tesis, los acusadores podrían argumentar que esta responsabilidad podría ser del Presidente de la República, porque es él quien tiene todas las potestades de acuerdo al artículo 42 y siguiente de la Constitución política «, mientras que su par Camilo Morán manifestó: “Me extraña lo que hace el ministro y su defensa. Foco equivocado (…). Ojalá esto se pueda aclarar en alguna instancia de la discusión de la acusación”.