Es una carrera entre Oliva y Orrego, pero incluso a ellos, con un cierre de campaña repleto de acusaciones, la elección por la Gobernación Metropolitana los supera. En la DC y en el Frente Amplio los cálculos son otros.
«No me he restado de ningún debate con Claudio», dijo este lunes la candidata a gobernadora Metropolitana del Frente Amplio, Karina Oliva. La carta de Comunes que aspira a convertirse en la primera gore de la RM tuvo que responder por qué no participaría de todos los debates a los que ella y Claudio Orrego (DC) fueron invitados.
«A Claudio Orrego lo veo más a que a mi hija. Ayer, antes de ayer, el miércoles, domingo, lunes, martes tuve debate con él. Lo que no puedo hacer para estar en todos los momentos que quiere que esté con él en la tele es dejar de tener la agenda que tengo ya agendada desde hace dos semanas con organizaciones territoriales, locales. Pero debates hemos tenido casi todos los días prácticamente», agregó la candidata en radio ADN. Originalmente esa entrevista tenía formato de debate entre los dos, pero por solicitud de su comando terminó siendo una conversación solo con ella. Se repetirá en otros medios que querían contar con ambos. Algunos aceptaron el formato solitario, otros no y terminarán entrevistando a Orrego solo.
Los debates fueron la «guinda de la torta» de todas las polémicas que encabezaron Orrego y Oliva en los últimos 100 metros de la campaña para la segunda vuelta que se realizará este domingo 13. La recta final comenzó con junio cargado de dimes y diretes entre los contrincantes de oposición. Se sacaron en cara el peso de los «programas» y se enfrentaron por la «nueva política», la «vieja política», la «experiencia» y la falta de ella.
Orrego le críticó a Oliva su reacción con las denuncias sobre violencia intrafamiliar del recién electo concejal de Comunes de La Pintana, Rubén Urrutia, y también le sacó en cara el rol del Frente Amplio frente a las denuncias de irregularidades en la elección municipal de San Ramón. De vuelta, Oliva le dijo al exintendente DC que su proyecto político era una mezcla perfecta de los candidatos de derecha Catalina Parot y Rojo Edwards, y puso como ejemplo las propuestas de seguridad de Orrego.
Otro episodio que muestra la tensión de estos días fue lo que ocurrió el sábado en un debate en Mega. En televisión Oliva lo emplazó por el Transantiago. Lo acusó de ser parte de una empresa que diseño e implementó el plan de transporte. Orrego lo negó, aclaró que él había trabajado entre el año 2000 y 2003 en la empresa Sonda, la cual creó la tarjeta Bip y le dijo a su contendora que «faltaba a la verdad». Ella respondió que no y que de todas maneras él había sido parte de los gobiernos responsables de esta política y lanzó una frase polémica por su sinsentido: «El diseño de la tarjeta BIP es como el Transbank, que también le ha hecho mucho daño a los ingresos de las familias». Luego tuvo que explicar qué quería decir con esa comparación y detalló que apuntaba a la integración del sistema de transporte público en toda la región.
Desde ambos comandos acusan campaña del «terror» según el tema. Algunos colaboradores de los candidatos denuncian fake news y mentiras de parte de los contendores. Es cosa de mirar el hervidero en que se convirtieron las redes sociales de ambos en la última semana.
Orrego acusó de trinchera y descalificación de la propuesta de Oliva. «Hay una fuerte dosis de intolerencia y sectarismo y eso lo representa de alguna manera Karina», comentó a El Mercurio. Mientras que desde el FA, al menos desde esa candidatura, hablaron de ataques «desmedidos de la élite». «Se ha manifestado en una guerra sucia que no veíamos desde hace mucho tiempo, intentando ningunear un proyecto político y social que representa la voluntad de cambio que la mayoría de la ciudadanía busca, lo que sin embargo no ha logrado mermar el impresionante apoyo que ha logrado articular el proyecto de cambio que lidera Karina», dice a PAUTA el presidente de Comunes, Jorge Ramírez
Para este jueves ambos candidatos están preparando su cierres de campañas. Todavía se afinan los detalles de lado y lado con alcaldes y adherentes, pero una de las cosas que están más menos claras es apostar a que en esa fotografía final estén los apoyos presidenciales de cada sector. Oliva con Daniel Jadue (PC) y Gabriel Boric (CS); mientras que en el equipo de Orrego piensan si es posible o no sumar en una misma imagen a la abanderada presidencial del PS, PPD, PL y Nuevo Trato, Paula Narváez y eventualmente a Yasna Provoste, aunque la presidenta del Senado formalmente no es la carta presidencial de la DC.
En el tramo final todo cuenta. Incluso, los apoyos polémicos, entre otras cosas, por un factor que inquieta a ambos comandos: la participación de este domingo. Karina Oliva tuvo mayor apoyo en sectores jóvenes del centro de la RM; mientras que Orrego tuvo más apoyo en el sector oriente, donde votan más.
«Es difícil proyectar con certeza la participación en esta segunda vuelta porque es una elección inédita. Pero esperamos tener una gran cantidad de personas votando y reconociendo a quién está preparado para ser el primer gobernador de la RM que es Claudio Orrego», señala a este medio el secretario general de la DC, David Morales.
En la segunda vuelta ha habido una busqueda activa y también indirecta de los votos de los candidatos a gores que quedaron en el camino. Por ejemplo, ambos recibieron un portazo de la candidata del Partido Ecologista Verde (PEV), quien con el 15,19% de los votos logró la tercera mayoría en la elección del 15 y 16 de mayo. Nathalie Joignant explicó a través de Twitter por qué no apoyará a ninguno de los dos candidatos: «los votos no son transferibles».
En este escenario, Oliva apuntó a Orrego de mirar a Chile Vamos. Aunque él lo niega, lo cierto es que solo con los votos de centroizquierda no le alcanza para confiarse en un triunfo. Lo mismo pasó al revés. El DC cuestionó el apoyo que recibió la semana pasada la carta de Comunes de manos del Partido Humanista, con Pablo Maltés y Pamela Jiles a la cabeza. Eso sí, esa fotografía con Maltés a Oliva le costó críticas cruzadas y también internas del propio Gabriel Boric, quien tiene una conocida enemistad con Jiles y sus seguidores. Incluso, el presidenciable frenteamplista aseguró que no aceptaría su apoyo «ni por un millón de votos», en una clásica reproducción del mismo eslogan popularizado en los años 60 por Eduardo Frei Montalva.
En Comunes, el partido de Oliva, comentan que nadie «les hizo un reclamo formal» más allá de las quejas en redes sociales. De todas maneras, la candidata a gore trató de no enfrentarse a su candidato presidencial y respondió: «Que uno no puede actuar con la soberbia de decir ‘esto lo acepto o no lo acepto por un millón de votos’. Creo que eso más bien tiene que ver con el debate personal y yo ahí no voy a caer en ese juego, porque creo que Gabriel es una persona que tiene que construir, que va a ser un buen candidato a la primaria de Apruebo Dignidad, pero yo no voy a descalificar nunca ni a Pamela (Jiles), Pablo (Maltés), Gabriel (Boric), ni nadie».
El resultado del domingo no solo tendrá a un/a ganador/a y un/a perdedor/a. También, será la inevitable lectura de la medición de fuerzas entre la izquierda y la centroizquierda tanto como bloque, como en los partidos de ambos candidatos.
No es un secreto que la DC está aún golpeada por los resultados en la elección de convencionales. Con una decisión presidencial en vilo, apuesta al resultado de la RM y también de otras cuatro regiones para levantar el ánimo y negociar con los socios (o lo queda de ellos) tanto la parlamentaria como la definición que podría medir a Narváez y Provoste.
«Para la DC es muy importante no solo el resultado en la RM, sino que en las cinco regiones en que competimos. Estamos seguros que Unidad Constituyente en total va a gobernar a más de 10 regiones en el país», explica David Morales.
En el Frente Amplio, los cálculos no son tan distintos. RD se consolidó en el bloque al ganar alcaldes en comunas emblemáticas como Viña del Mar y Maipú. Sin embargo, la Gobernación Metropolitana es un botín electoral y político que podría reequilibrar las fuerzas internas a favor de Comunes, el partido más pequeño del FA. Lo mismo pasa con el apoyo a la primaria presidencial del FA y el PC. ¿Quién capitalizaría un triunfo?. Hay dudas e incluso algunos, en privado, señalan que es evidente que hay más sintonía entre Oliva y Jadue que con Boric, aunque este último es el candidato de su partido.
«No se trata de Comunes, tampoco del Frente Amplio, acá está en juego la posibilidad de cambio y transformación que ha sido una constante desde el 18 de octubre. Si las candidaturas de Comunes logran derrotar a la derecha y la DC, entonces el FA y Apruebo Dignidad se fortalecen, pero quien más gana es la ciudadanía», dice Jorge Ramírez.
Fuente: Pauta.cl