Cuatro derrotas consecutivas: La derecha queda reducida a la mínima expresión en el escenario político

Si luego de la debacle electoral que sufrió el oficialismo tras las mega elecciones del 15 y 16 de mayo, todas las miradas apuntaron al gobierno, pero principalmente al Presidente Sebastián Piñera, el haber sacado un solo gobernador regional de 16 posibles, tornaron la mirada hacia interior de un conglomerado, que si bien aún no asume con claridad qué es lo que sucedió, si están claros que su fuerza política quedó disminuida a la mínima expresión, con alta probabilidad de reproducir las cuatro derrotas consecutivas en las dos elecciones que quedan: las parlamentarias y las presidenciales. Con 13 regiones bajo los colores de la Unidad Constituyente, dos del Frente Amplio y uno de Chile Vamos, el mapa de calor terminó por poner la rúbrica a una derrota histórica del sector gobernante. Respecto de los perfiles de los nuevos líderes regionales, de 16, 12 de ellos responden a un perfil “institucional de trabajo en terreno”, al haber sido autoridades, ya sea como ex intendentes o ex consejeros regionales.

Tal cual se señaló luego de conocerse los resultados de la mega elección del 15 y 16 de mayo, la segunda vuelta de gobernadores regionales terminó por confirmar como un mantra que el título “peor escenario” se repite una y otra vez en el resultado electoral del oficialismo, marcando un oscuro pronóstico no solo para lo que resta del Gobierno sino para las parlamentarias y presidenciales.  El asumir cuatro derrotas de cuatro posibles, terminó por consolidar todos los miedos de un sector que trasladó la pelea política hacia la interna y que ahora, a diferencia de lo ocurrido hace un mes atrás, comparte responsabilidades.

Si bien nadie en el sector gobernante esperaba un milagro para la segunda vuelta de Gores, los más optimistas hablaban de al menos tres o cuatro gobernaciones de nueve posibles, que es el número donde sus candidatos lograron sortear la barrera de la primera vuelta.

Pero un nuevo balde de agua fría hizo que varios (no todos) que aún no aterrizaban los resultados del plebiscito del 25 de octubre -con un 80 a 20 por ciento de diferencia-  sumados a las cuatro elecciones que lo siguieron (constituyentes, alcaldes, concejales y gobernadores regionales), pusieran los pies en la tierra, y se dieran el tiempo de intentar mirar con mayor perspectiva, como pasaron de ser gobierno con una segunda vuelta de alcance histórico, al peor registro en décadas de representación del votante de centroderecha y derecha.

De esta forma, las recriminaciones tuvieron este domingo su caldo de cultivo al interior de los chats oficialistas, donde quienes defienden a la llamada derecha social, se enfrentaron en duros términos con quienes los acusan de haber bailado al ritmo de la izquierda. ¿La novedad?, la persona del Presidente Sebastián Piñera, al menos anoche, pasó a un segundo plano.

Y es que parte de las reflexiones que se pudieron escuchar, pasaron por una autocrítica que apuntó a que nunca se logró dimensionar la importancia que significaba el cargo del Gobernador Regional, y la implicancia que esto tendría no sólo para lo que resta del gobierno, sino que con miras a las elecciones parlamentarias y presidenciales, que dejaron al sector, como señalaron desde el interior de RN, totalmente “fuera de juego”.

El escaso trabajo en terreno, la falta de complementariedad con las necesidades y batallas que se dan lejos de la región metropolitana, sumados a la poca fuerza de empuje que se les dio a sus propios candidatos, fueron los factores rectores que se plantearon como principales responsables de la mínima expresión en que quedaron.

Desde La Moneda señalaron no verse “tan“ sorprendidos con un resultados que anticipaban “pésimo”, y si bien señalaron reconocer los errores que Chile Vamos se encargó de enrostrarles día tras día, no sólo al comité político, sino que principalmente al jefe de Estado, en esta ocasión las culpas cruzaron de vereda y apuntaron al “cero orden y cero proyecto” del conglomerado oficialista.

Punto de inflexión que promete un reencuentro caliente del comité político ampliado que se retomará luego de casi un año de suspendido este lunes en La Moneda. En julio del 2019, y tras el apoyo de parlamentarios oficialistas al primer retiro del 10 por ciento desde las AFP, provocaron que desde palacio se diera por finalizada aquella instancia..La cita que sentaba todos los lunes a los ministros del comité político y representantes de Chile Vamos se reeditará este lunes a las 12:30.

Y para no quedarse sólo en palabras, desde la casa de gobierno,  recordaron que la reunión de coordinación propia de Chile Vamos,  que sentaba una vez a la semana a los presidentes y secretarios generales de los cuatro partidos que lo componen, también dejó de realizarse luego de amplias diferencias internas, lo que amplió la descoordinación no solo entre el Ejecutivo y sus partidos, sino que también entre ellos mismos.

A ese antecedente adjuntaron las palabras del presiente de RN, Rafael Prohens, quien anunciaba la “reactivación de Chile Vamos” luego de que La Moneda y el Senado dieran inicio a un diálogo para alcanzar una acuerdo por mínimos comunes. Hablar de reactivación a nueve meses de terminar el gobierno “evidencia” el poco sentido de responsabilidad que tuvieron, agregaron.

El analista político Tomás Duval señaló que el resultado de este domingo es “consecuencia natural de la derrota de hace un mes atrás, donde Chile Vamos no reaccionó después de un mes de la campaña. Los partidos de la coalición tampoco leyeron bien el escenario de mayo, y no cambiaron en absoluto de la estrategia (…) la ausencia es de parte de los partidos más que del Gobierno”.

Duval lo redondeó señalando que esta fue una “llamada de alerta, en tanto (Chile Vamos) no fue capaz de potenciar ninguna candidatura ni jugarse por ciertas ideas”.

El mapa de calor

Ya consumados los resultados de los gobernadores regionales, el mapa señala que Chile Vamos se quedó con una sola gobernación, Unidad Constituyente con trece y el Frente Amplio con dos, lo que terminó por instalar el debate de las ideas y los puntos de presión político  en la carrera presidencial de la oposición, dejando totalmente fuera de juego el alcance del debate de los candidatos oficialistas, y una pérdida en tanto población gobernada que a Chile Vamos sólo le queda aceptar.

Resultados

De esta manera, en la XV región de Arica y Parinacota, fue el DC, Jorge Díaz, que con el 57,55 por ciento  de los votos se impuso al independiente apoyado por Chile Vamos, Enrique Lee Flores, quien obtuvo un 42,45.

En la I región de Tarapacá, el candidato del FA, Jorge Carvajal, obtuvo el 57,2 por ciento de los sufragios, dejando en el camino al candidato de Unidad Constituyente (UC), Marco Pérez, con el 42,98 de los votos.

La II región de Antofagasta vio como Ricardo Díaz, candidato (UC), arrasó con su contraparte, Marco Díaz Muñoz, RN, con un 72,03 por ciento de la votación, versus un 27,97 de su contendor.

En el caso de la III región de Atacama, Miguel Vargas, Independiente,  con respaldo de del Frente Amplio, se impuso por sobre Carlos Pezo, también Independiente, pero respaldado por Unidad Constituyente, por un 59,39 por ciento de la votación, contra un 40,61 de Pezo.

Una de las derrotas más sentidas en Chile Vamos se dio en la IV región de Coquimbo, donde la esperanza estaba puesta en el candidato UDI, Marco Sulantay, quien en primera vuelta había quedado a sólo tres mil votos de diferencia de su contendora, la Independiente Kirst Naranjo. El resultado final, dejó a Naranjo con el 61,96 por ciento del conteo final, versus apenas un 26,12 del gremialista.

La quinta región de Valparaíso no necesitó de una segunda vuelta, puesto el candidato Rodrigo Mundaca del FA, alcanzó el 43,71 por ciento, superando la barrera del 40 por ciento exigida para quedarse con la gobernación, como lo estipula la ley.

Otra de las gobernaciones sentidas por el oficialismo fue la VI de OHiggins, quien en una situación similar a la de Coquimbo, Chile Vamos tenía a su candidato pisándole los talones al representante de Unidad Constituyente, Pablo Silva (PS). Finalmente Silva se quedó con el 57,66, y Eduardo Cornejo, UDI, con el 22,15.

El Maule, bastión de la derecha, le entregó el cargo a la democratacristiana Cristina Bravo, quien se quedó con el 57,32 por ciento de los votos, dejando al candidato de UC, Francisco Pulgar, con el 42,68.

En la XVI región del Ñuble, el PS, Oscar Crisóstomo, obtuvo el 52,95 por ciento de la de la votación, dejando fuera de carrera al candidato por Chile Vamos, Jezer Sepúlveda, que obtuvo el 47,05.

En la región del Bíobio (VII), también bastión oficialista, el Independiente pro Unidad Constituyente, Rodrigo Díaz, arrasó con la UDI, Flor Weisse, con un 71,36, versus 28,64.

Para sorpresa de muchos, el único triunfo oficialista se dio en la IX región de la Araucanía, donde el Evópoli, Luciano Rivas,  se quedó con el puesto luego de haber superado al PPD, Eugenio Tuma -un histórico de la región-  por un 58,21, contra el 41,79 del representante opositor. En la primera vuelta, Tuma había superado por más de treinta mil votos al  ahora actual gobernador.

La región de Los Ríos (XIV), vio como el PS, Cuvertino Gómez, se impuso a la RN, María Gatica, con un 59,18 por ciento, versus el 40,82.

La décima región de Los Lagos puso frente a frente a dos apellidos históricos del sector, como lo fueron Patricio Vallespín por la DC, y el RN, Ricardo Kustchel, entregándole el triunfo a primero, que se quedó con el 62,40 por ciento de los sufragios.

Aysén tampoco participó de la segunda vuelta, ya que la PS, Andrea Macías, obtuvo un contundente 48,72 por ciento de los votos en primera vuelta.

Misma situación que el Independiente, pro Unidad Constituyente, Jorge Flies, quien obtuvo en Magallanes en la elección pasada el 42,14 por ciento de los votos.

En la Región Metropolitana, Claudio Orrego, DC, se impuso a la candidata del FA/PC, Karina Oliva, con un 52,73 por ciento.

Para el analista Víctor Maldonado, el hecho que el 80,6 por ciento del padrón se quedara en la casa es decisivo, pues “los que van a decidir el futuro del país, no son los que salen a la calle, si no la mayoría silenciosa del país, y creo que estos 10 millones, cuando se defina el destino del país, en la presidencial, no van  a ser 10 millones, va a disminuir mucho esta abstención. Tengo la idea de que este es el momento máximo de la ola de izquierda. Pero que ahora empieza el reflujo, en términos generales”.

A eso aso agregó que “por el lado de la derecha, me parece que estando la derecha en su mínimo histórico, cuando pierde cuatro elecciones de cuatro, cuando queda gobernando el cinco por ciento del total de la población del país, vale decir, solo La Araucanía, está claro para la misma gente de derecha, que tras cuatro fracasos electorales, lo más probable, es que su candidato preferido, no sea quien pueda estar en la papeleta dentro las dos opciones principales del país”.

El Perfil general de los nuevos gobernadores

Para el ex intendente del gobierno de la ex Presidenta Michelle Bachelet, y actual académico,  Egon Montecinos, en esta elección “se marca que efectivamente ganaron los partidos que tuvieron previamente trabajo  territorial,  y obviamente, quienes tenían ese trabajo, estaban vinculados a partidos que estuvieron en el gobierno”.

Agregando que “se dio lo que se debe dar en estas elecciones, la gente reconoce un trabajo de cercanía”.

Como ejemplo, señaló que de dieciséis gobernadores regionales, seis de ellos fueron Intendentes, y otros seis ex consejeros regionales.

De esta forma recordó que tanto  Jorge Flies, (Magallanes), Patricio Vallespín (Los Lagos), Rodrigo Díaz (Bíobío), Pablo Silva (OHiggins), Miguel Vargas (Atacama) y Caludio Orrego (RM), todos ejercieron como Intendentes en el gobierno de la ex Presidenta, Michelle Bachelet.

Así como algunos de los ex  Cores, Andrea Macías  (Aysén), Luis Cuvertino (Los Ríos), Ricardo Díaz (Antofagasta), Jorge Carvajal (Atacama) y Jorge Díaz (Arica).

Para Montecinos “en esta elección se marca que efectivamente ganaron los partidos que tuvieron previamente trabajo  territorial y obviamente, quienes tenían ese trabajo, estaban vinculados a partidos que estuvieron en el gobierno”.

El académico agregó que  “por primera  vez va a haber presión genuina desde el territorio hacia el nivel central, antes,  todas las peticiones eran interesadas, a través de los parlamentarios, quienes presionaban si es que veían algo para poder maximizar su rendimiento personal. Por primera vez, dieciséis voces,  articuladas o no, van a estar pidiendo que se aceleren leyes que van a favorecer a las regiones”.

Fuente: El Mostrador