Los primeros que vencerán están calendarizados para fines de enero. Sin embargo, son tres las negociaciones que involucran a la mayor cantidad de trabajadores: sindicato minero de Codelco Chuquicamata, la minera AMSA – Centinela y el sindicato de trabajadores N°1 de Codelco Chuquicamata.
Los procesos de negociación colectiva son parte del marco legal de toda empresa con sus trabajadores. Eso no debería generar tensiones entre las partes, sin embargo, no necesariamente es así. Acuerdos a última hora que mantienen en vilo a los trabajadores e incluso algunas negociaciones tienen alcance nacional. Sobre todo, cuando se trata de un sector clave para la actividad económica como la minería.
Para el próximo año el PIB sectorial minero se espera que crezca en torno a 2%, con una producción de cobre, principal producto minero y de exportación del país, cercana a las 5.800.000 toneladas.
Además, desde la industria comentan que el cobre mostrará una recuperación y será un factor de crecimiento de la minería en el 2022, pues la producción de este subsector pasará de 5.650.000 toneladas en el 2021 a 5.800.000 toneladas el próximo año.
No obstante, hay riesgos y en el sector describen como uno de ellos la“disminución en las leyes del mineral mayor a lo estimado puede afectar la producción, a lo que se agrega un posible rebrote de Covid lo que naturalmente también podría reducir marginalmente el desempeño productivo”.
A ello se suma como factor de preocupación las casi 30 negociaciones colectivas que deben renovarse este 2022, las que, de no llegar a acuerdos, se arriesga a una paralización, afectando el nivel de producción y, por ende, el crecimiento del país.
Álvaro Merino, gerente de Estudios de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), sostiene que “se debe tener presente que si debido a las negociaciones colectivas programadas para el próximo año se producen paralizaciones, claramente se afectará el nivel de producción”.
Sin embargo, menciona que “esperamos que este proceso se desarrolle por los cauces normales establecidos para estos efectos, los que naturalmente deben estar centrados en la realidad, considerando por cierto la sustentabilidad, esto es, la situación actual de la compañía minera como también el comportamiento futuro”.
Merino confía en que hay “una fuerza laboral madura, como quedó demostrado durante la pandemia, de modo tal que esperamos que en este procedimiento prime el dialogo, los buenos oficios y los acuerdos”.
Fuente: La Tercera