FA y PS se quedan abajo de la mesa de la Convención mientras los independientes se hacen del poder

Los constituyentes María Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez se instalaron como la nueva presidenta y vicepresidente, respectivamente, tras intensas conversaciones. De este modo, llega a la mesa directiva el espíritu transformador del 25 de octubre, fecha de la gran marcha nacional por una nueva Constitución. Gracias a los independientes como ellos, Quinteros y Domínguez no necesitaron a los partidos políticos, que hasta ahora han tenido un rol central en la CC, como el Partido Socialista y el Frente Amplio, los que terminaron como los grandes perdedores del proceso de elección. Ambas fuerzas políticas no votaron por Quinteros en la novena ronda por la presidencia, pero no contaron con que esos votos no harían falta, ya que la suma de un constituyente de Chile Vamos, Luciano Silva, y de Independientes No Neutrales, bastó para asegurar el triunfo en dicha vuelta. Así, INN consiguió instalar a uno de los suyos en la vicepresidencia, votación en la que el FA y el PS no tuvieron más que sumarse. Las heridas internas se analizarán estos días, y entre los socialistas ya hicieron un primer mea culpa, luego de truncar la presencia de su colectividad en la mesa con la cuestionada candidatura de Ramona Reyes.

En la madrugada el acuerdo estaba listo entre Movimientos Sociales Constituyentes, Pueblo Constituyente, la Coordinadora Plurinacional y Popular y Escaños Reservados. El nombre de María Elisa Quinteros emergió de esa tratativa y fue presentado a los partidos políticos de la actual oposición. La idea era que el nombre para la vicepresidencia, en tanto, lo propusieran las colectividades y, de esa forma, lograr el ansiado y esquivo consenso que tuvo en suspenso a la mesa por un día completo.

Así, la primera dupla que sonaba era Quinteros con Amaya Álvez. Luego, María Elisa Quinteros y Beatriz Sánchez. El nombre de la excandidata presidencial, eso sí, no generó gran consenso, pues hubo sectores que miraban con resquemor apoyar a la líder frenteamplista. El acuerdo se empezó a enredar y minutos antes de la primera ronda los constituyentes seguían conversando. En los Movimientos Sociales daban por hecho que tanto el FA como el PS apoyarían a Quinteros, sin embargo, eso no ocurrió. Esto –según dicen algunos constituyentes que conocieron las conversaciones–, porque ante la falta de apoyos a Sánchez el FA habría decidido ir en primera ronda por su cuenta, para poder negociar de cara a la segunda, la que finalmente nunca llegó. Esto, a pesar de que existen versiones encontradas sobre el trasfondo.

En lo concreto, cuando se pensaba que los votos no daban para destrabar el asunto en la ronda uno, los votos de Independientes No Neutrales (INN) movieron la balanza, junto con el del constituyente de RN Luciano Silva. Con esos sufragios –en especial los de INN–, los independientes lograron saltarse a los partidos y llegar a la presidencia de la Convención. Fueron 79 votos los que consiguió María Elisa Quinteros, con uno más por sobre los que necesitaba para lograrlo, y con eso a los independientes y las fuerzas políticas que los respaldaron se les abrió el camino para no requerir mantener un acuerdo con el FA y el PS, y explorar nuevos nombres para la vicepresidencia.

Cuando la mayoría celebraba o simplemente salía a los patios del ex Congreso, al interior del Salón de Honor permanecían los constituyentes del PS, FA e INN. Los frenteamplistas y socialistas poco querían decir, había tensión, molestia y también negociaciones. La jugada estratégica de Independientes No Neutrales consolidó para ellos la opción de llegar a la vicepresidencia con Gaspar Domínguez, que finalmente obtuvo también los respaldos del Colectivo Socialista y el Frente Amplio, llegando a 112 votos.

La hora de las cuentas

Dentro de las fuerzas políticas se endosan mutuamente la responsabilidad de este cuadro. Tanto constituyentes del Partido Socialista como del Frente Amplio aseguraron que había un consenso en que el acuerdo se concretaría en la segunda ronda y no en la primera, por lo que en la vuelta inicial llevarían nombres testimoniales. El FA lo hizo con Beatriz Sánchez y el PS con Roberto Celedón, quien por su parte votó por Quinteros. De hecho, algunos integrantes de ese espacio político acusaron que con Independientes No Neutrales tenían el acuerdo de respaldar a Quinteros recién en la segunda ronda, pero que INN «se pasó de listo» y puso los votos en la primera «para amarrar la vicepresidencia».

En un punto de prensa, el constituyente frenteamplista Fernando Atria afirmó que «hubo una desinteligencia en la primera votación. La primera votación iba a ser una votación en que cada uno iba a ir por separado y el acuerdo se componía para la segunda votación. Es en ese entendido que nosotros actuamos, pero nosotros apoyamos durante todo el día de ayer a los Movimientos Sociales».

Personeros de Independientes No Neutrales, en tanto, lo descartan. Un integrante de dicho colectivo enfatizó que «el Frente Amplio, como siempre, a última hora cambió de opinión» y levantó a Beatriz Sánchez, ante la falta de acuerdos para la vicepresidencia.

Mientras, Marcos Barraza, constituyente del Partido Comunista, subrayó que en el acuerdo trabajaron «todas las fuerzas políticas que tienen vocación de cambio dentro de la Convención Constitucional». Agregó que «teníamos entendido que la otras fuerzas –el Partido Socialista y el Frente Amplio– iban a votar por María Elisa Quinteros, entonces, es inexplicable que no lo hayan hecho».

En el espacio socialista-frenteamplista desestimaron que esta situación termine por desgastar el espacio político de «bisagra» que lograron construir. Ya tienen acuerdos de hecho para escoger probablemente un nombre común para una vicepresidencia adjunta, que contaría con los patrocinios de INN.

El mea culpa socialista

«Lo teníamos todo y terminamos sin nada». Así describió el momento de esta elección un integrante del Colectivo Socialista, recordando que había acuerdo para que el PS ocupara la presidencia y el FA la vicepresidencia. Los socialistas levantaron a Ramona Reyes, cuestionada por irregularidades detectadas por Contraloría en su paso como alcaldesa de Paillaco. Y aunque era la favorita en las primeras rondas, la polémica y las presiones de la militancia del FA para no apoyarla, terminaron por quitarle el piso.

Pero algunos dentro del Partido Socialista ya han hecho las primeras autocríticas, a pesar de que esperan analizar más en profundidad el hecho como colectivo. Uno de los constituyentes de este bloque consideró que «la responsabilidad de este fracaso es nuestra. Fue una estupidez», enfatizando que este flanco de Ramona Reyes «era sabido» y, por lo tanto, «fue una torpeza» levantarla.

Tanto en el FA como en el PS descartaron por ahora que esta tensa travesía en la elección de la nueva mesa afecte sus relaciones bilaterales en el proceso constituyente, donde saben que se necesitarán en la discusión de las normas constitucionales.

Fuente: El Mostrador