La semana pasada fue la más compleja en términos de aprobación ciudadana en los cinco años que Michelle Bachelet ha estado en La Moneda. El ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, ha acompañado a la Presidenta durante todo ese tiempo. Primero, como su jefe de gabinete, y luego, desde marzo, como la cabeza del equipo de secretarios de Estado.
Bajo ese rol es que se hace cargo de las críticas, analiza el efecto de las reformas y, sobre todo, intenta desvirtuar los cuestionamientos a sus compañeros de gabinete. Eso sí, hace una autocrítica: “Me tengo que hacer cargo de esos errores”.
A fines de 2007 usted también era parte del gobierno, y en ese momento se registró la que hasta esta semana era la más baja aprobación de la Presidenta en una encuesta CEP, con un 39%. Si tuviera que comparar, ¿cuál situación es más compleja, la de entonces o la de hoy?
Estamos en un nuevo ciclo político- social. Por lo tanto, no es comparable lo que fue el cuarto gobierno de la Concertación con lo que es hoy día el primer gobierno de la Nueva Mayoría, encabezado por la Presidenta Bachelet, donde nos hacemos cargo de un conjunto de demandas y de cambios necesarios que el país requiere. Por lo tanto, hemos enfrentado y hemos llevado adelante reformas que son fundamentales para alcanzar ese desarrollo, esencialmente en invertir en nuestra gente, en sus talentos, invertir en el capital humano, y para eso se requiere una reforma educacional. Entonces, son momentos completamente distintos.
Más allá de las diferencias, de los momentos distintos, ¿cómo toman que en ocho meses la aprobación a la Presidenta haya caído tan rápido?
Sin que suene a excusa, la verdad es que todos los gobiernos pasan muchas veces por este tipo de momentos. El gobierno anterior tuvo más de dos años en una situación bastante compleja, si uno lo ve desde la perspectiva de los estudios de opinión. Lo importante son dos cosas: Primero, los gobiernos no gobiernan por las encuestas, gobiernan, justamente, para generar políticas públicas en beneficio de la gente. Segundo, hay que trabajar, como dijo la Presidenta, más y mejor, de mejor manera, y eso significa acelerar el paso, y que los beneficios que están detrás de estas políticas públicas, en todas las áreas, sociales especialmente, lleguen a la ciudadanía lo antes posible.
¿Esto es atribuible a las reformas?
La verdad es que puede haber un conjunto de factores, pero con respecto a las reformas, lo que hemos dicho es que tenemos que comunicar mejor el alcance de las reformas, porque aquí se han dicho cosas que no son efectivas, como que se van a cerrar colegios, que no hay preocupación por la educación pública. Justamente, lo que hacen estas reformas, la educacional en particular, es dar mayor seguridad y tranquilidad a la clase media.
Se dice que las reformas han generado incertidumbre. ¿En el caso de la reforma constitucional, no ayudaría, más allá de cuándo se inicie el cambio, decir cómo se va a modificar?
Sí, pero todas las decisiones se toman en su momento, y la Presidenta lo comunicará en su momento. Quienes acusan de frenesí legislativo son los mismos que, al mismo tiempo, piden que se resuelva todo en el mismo momento. Nosotros tenemos una agenda clara y definida, que es, justamente, para todo lo contrario: no es para generar incertidumbre, es una agenda que al país le va a permitir, a los chilenos, a los chilenos de clase media, a los chilenos de sectores vulnerables, darles la tranquilidad y la seguridad que necesitan.
¿No han pensado desistir de cambiar la Constitución?
Es una de las tres reformas que nosotros comprometimos en campaña, y las vamos a llevar adelante como se ha planteado.
Enrique Correa planteó que en el gobierno creen que Chile es un país más de izquierda de lo que realmente es. ¿Ese es el nuevo ciclo?
No son temas de izquierda o derecha, son temas propios de la evolución de una sociedad, que ha alcanzado un nivel de ingresos que, por lo tanto, requiere de esta nueva fase ciertos cambios y asumir una nueva realidad. Tiene que ver con esta nueva sociedad, con esta clase media, que demanda los niveles de tranquilidad y seguridad que le debe dar la sociedad chilena.
La Presidenta lo dijo en Enade y ahora usted lo refuerza: las reformas son sin marcha atrás. ¿No es un poco riesgoso insistir en eso, considerando que parte del castigo al gobierno pasa por las reformas?
Lo que pasa es que esto hay que mirarlo en su conjunto, no solamente lo que le conviene a unos u otros. Y todos los estudios indican que la sociedad chilena demanda enfrentar problemas de ética de fondo. Uno de ellos es la herida de la desigualdad, y lo otro es que una de las salidas que la ciudadanía plantea es tener un sistema educativo de calidad para todos. Ahora, los estudios de opinión son sólo una herramienta, no se gobierna a partir de ellos.
Si los estudios de opinión son sólo una herramienta, ¿por qué la Presidenta suspende una gira y se viene a Santiago, como ocurrió el miércoles?
Es que la suspensión no tiene nada que ver con la CEP, tiene que ver con otras cosas y tiene que ver con unas tareas que quería asignarles a los ministros antes del viaje que llevó adelante.
¿Fue una mala coincidencia?
No me atrevería a calificarla, pero no tiene ninguna relación con la encuesta CEP.
¿Habitualmente se reúnen con la Presidenta antes de un viaje tan breve?
Lo que pasa es que su agenda es muy exigente, y tiene otros compromisos internacionales de carácter ineludibles. La Presidenta lo que ha hecho es jugar el rol de jefa de Estado y de gobierno, y especialmente de promover nuestro país, de atraer e invitar inversionistas extranjeros que vengan a Chile con giras muy exitosas. Antes de eso, nos dio un par de instrucciones.
A la hora de evaluar la gestión del gobierno se ha planteado que hay un problema de conducción política. ¿Cómo toma esa crítica, en el entendido de que usted es el principal encargado de esa tarea?
Lo que yo he visto es una reflexión del conjunto de los actores, tanto de los partidos, de las bancadas, y por supuesto del gobierno. Personalmente, creo que hay que mejorar todos los aspectos de coordinación política que sean necesarios, sobre todo en un gobierno con una agenda tan exigente, y en eso somos claramente los primeros en actuar y caminar hacia un mejor aspecto de coordinación, pero eso es permanente, es decir, son procesos que permanentemente hay que revisar para mejorar la acción coordinada de los distintos actores. Y soy el primero en hacerme cargo de aquello.
¿No lo toma como algo personal?
Por supuesto que a mí me corresponde una parte relevante en esta materia. Como digo, me tengo que hacer cargo de esos errores.
¿No ve un intento de querer desestabilizarlo?
No, yo las críticas siempre las tomo para mejorar el trabajo. Creo que en eso siempre uno se tiene que dejar ayudar. Yo por lo menos trabajo así.
El senador Andrés Zaldívar habló, a raíz de las encuestas, de una caída libre. ¿Cómo se evita algo así?
No lo he visto. No podría opinar.
También se ha mencionado mucho el tema de la situación económica. ¿Ahí está la otra parte de la explicación por los costos de popularidad?
En la campaña dijimos que este año sería complejo y que había que tomar medidas. Bueno, el gobierno pasado no lo hizo, lamentablemente. Llegando al gobierno, la Presidenta instruyó un conjunto de medidas para hacerse cargo de un ciclo de desaceleración. Para eso la Presidenta ha construido un Presupuesto contracíclico, con una inversión pública histórica, para el Presupuesto del año 2015. Al mismo tiempo, se van a agilizar proyectos de inversión privada. También, la Presidenta ha anunciado un conjunto de planes de inversiones a través de concesiones, en materia de transporte público. Prontamente anunciará en materia de carreteras urbanas e interurbanas. Hay un conjunto de medidas que la Presidenta ha tomado y que va a permitir que se dinamice su economía.
Habla de la Presidenta. ¿Qué rol le toca al ministro de Hacienda?
El ministro Arenas, desde el primer día, no sólo ha llevado adelante una tarea tremenda, como fue sacar la reforma tributaria necesaria para la reforma educacional, sacar los proyectos que tenían que ver con los primeros 100 días de gobierno, sacar el primer Presupuesto de la Presidenta Bachelet, no sólo aprobarlo en el Congreso, sino que diseñarlo, construirlo. El ministro Hacienda ha estado en estas tareas, y los frutos de ese trabajo se están comenzando a notar.
¿El gobierno ve con tranquilidad la relación del ministro Arenas con los empresarios?
Es una relación fluida, permanente, como corresponde a una autoridad económica con el mundo empresarial. Y tiene que ser así, porque el país requiere de una relación fluida con todos los actores, esencialmente el mundo privado-empresarial. No sólo los grandes empresarios, sino que también el rol clave del pequeño, mediano y micro empresario. En esa tarea, el ministro ha estado concentrado.
Pero en Enade, cuando el ministro expuso, abundaban las sillas vacías. Parece que había cierta indiferencia de los grandes empresarios con lo que él dijera.
Dudo bastante de eso, porque fue invitado por los organizadores. Por lo tanto, siempre habrá gente que trate de construir ciertas realidades, pero la verdad es que el ministro Arenas tiene una relación fluida y permanente con todos los actores empresariales a través del comité económico.
La Presidenta hace unas semanas dijo que si alguien quiere que cambie el gabinete, le aconsejaba que no le mandara recados y que no le gustaba que la pautearan por la prensa. ¿Eso significa que, más allá de la evaluación que tenga de los ministros, no los cambia para no aparecer presionada o pauteada?
No estoy tan seguro si dijo eso. Los Presidentes, y así han sido en Chile permanentemente en estas materias, claramente no es por encuestas más ni encuestas menos. Ahora incluso hay encuestas semanales, entonces imagínese, habría que cambiar ministros a cada rato. Entonces, obviamente que son decisiones que los Presidentes toman cuando ellos consideran el momento oportuno.
El senador Felipe Harboe dijo que el cambio de gabinete es inevitable. ¿Es tan así, o este equipo puede seguir evolucionando?
Los cambios de gabinete los comunica, los informa y los decide sólo la Presidenta. Por lo tanto, no es necesario que nadie se refiera a ello ni corresponde que un ministro lo haga.
¿Ni usted como jefe de gabinete?
No corresponde, porque es una decisión de la Presidenta.
¿Pero está conforme con el gabinete que usted lidera?
El trabajo del gabinete de la Presidenta Bachelet es un trabajo en equipo, es un trabajo muy exigente y que esperamos, como ha dicho la Presidenta, trabajar más, que significa acelerar el tranco. Y eso no sólo lo hacemos desde el gabinete, sino que también el conjunto de gobiernos regionales y todos los que cumplen algún rol en el gobierno.
¿Ha escuchado que se dice que en el comité político usted está prácticamente solo?
No, mire, son de las tantas cosas que se comentan. Los ministros no podemos estar dependiendo de lo que se comenta. Esto es mucho más serio.
Los mismos parlamentarios de la Nueva Mayoría comentan que ellos, para sentir que son escuchados en La Moneda, tienen que hablar con usted, que no sacan nada con hacerlo con los otros ministros.
No, eso no es así. Yo tengo una relación fluida y permanente con el mundo político, partidario, del Parlamento, pero también tanto la ministra Rincón como el ministro Elizalde, el mismo ministro Arenas, están permanentemente dialogando con el conjunto de los partidos, de gobierno y oposición. Es una tarea importante, clave y que siempre hay que estar revisando para ir mejorando esos espacios de coordinación.
Denos su opinión