A propósito del “Día del Trabajador Perseguido” que se conmemoró en distintos puntos de Sudamérica el 12 de diciembre, la Comisión Verdad y Castigo efectuó una marcha en pleno centro de Santiago en recuerdo de Juan Pablo Jiménez, sindicalista que murió el 21 de febrero de 2013 en dependencias de la empresa en la que se desempeñaba como empleado, Azerta.
Según la información oficial, Jiménez recibió un disparo en la cabeza, la que, de acuerdo a lo informado por la Fiscalía Sur y la Policía de Investigaciones (PDI), se debió a una “bala loca” que provino desde un sector de la población La Legua, comuna de San Joaquín, por parte de un menor de edad.
Sin embargo, a través de un comunicado, la comisión declaró que el hecho “se dio en el contexto de una serie de abusos de la firma Azerta a sus trabajadores y que Juan Pablo fue asesinado portando documentos para una audiencia en la que denunciaría los abusos”.
“Esta investigación cerrará dentro de tres meses y pretenden que el crimen quede impune. Los trabajadores de Chile y el mundo deben saber que Jiménez fue un dirigente sindical honesto, clasista, comprometido y combativo. Trabajaba en la construcción de sindicatos al servicio de los trabajadores. La CUT no pronuncia palabra alguna, pues alude que Juan Pablo no estaba afiliado al área”, denunció la organización.
Tercer peritaje
Juan Pablo Jiménez, padre del malogrado sindicalista fallecido el año pasado, señaló que la situación judicial de su hijo es de expectación, dado que “pronto sabremos toda la verdad”.
“Se presentó a la Fiscalía un peritaje que hizo la PDI, donde se dice que hubo una bala salió a 1.035 metros y que el disparo la cayó en la cabeza después de haber rebotado en una malla. Ante eso nosotros presentamos un peritaje interno a la Fiscalía que comprueba que el disparo salió desde dentro de la empresa y no a un kilómetro y tanto”, explicó.
“La Fiscalía se comprometió a efectuar un tercer peritaje, a cargo de la Labocar (Carabineros), que lo hizo hace nueve meses, por lo que estamos esperando sus resultados. Hace rato que debería haber estado. Con el ´caso bombas´ se demoraron diez días en esclarecer los hechos”, alegó.
Además, Jiménez comentó que “por intermedio de nuestros abogados estamos apurando los resultados”.
De forma global, el también dirigente indicó que “en Chile y a nivel mundial la mayor parte de los trabajadores y luchadores de clase andan con temor en este momento. Por eso marchamos, por los que son perseguidos. Así como fue perseguido y asesinado mi hijo, se ve que hay gente que está en las mismas. Hay que alzar la voz para que las personas sean consecuentes sus principios”.
“Existe gente que está renunciando a sus puestos de trabajo y miembros de sindicatos que son comprados. La corrupción en cuanto a dirigentes es demasiada. Si no nos unimos para hacer algo, le van a terminar callando la voz a todos los trabajadores”, remató.
Antes de comenzar la caminata, que se extendió desde la Plaza de Armas hasta La Moneda (por el Paseo Ahumada), la Comisión Verdad y Castigo entregó un material informativo a los transeúntes, en el que manifiesta el sentido del “Día del Trabajador Perseguido”.
La iniciativa nació en Argentina y busca motivar a trabajadores y estudiantiles en la lucha “por la liberación de los presos políticos mapuches” y de otros lugares del planeta, como Shireen, Samer, Medhat, Palestina, País Vasco, Francia, Grecia, Siria, Estados Unidos, Bolivia, Brasil y la misma nación trasandina.
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