Por Marcela Castro/Doctora en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales
“En clínicas cuicas, familias conservadoras han hecho abortar a sus hijas”. Esa frase fue suficiente para que Helia Molina se convirtiera en la primera ex Ministra de la era Bachelet 2.0
Helia Molina tal vez no fue la mejor Ministra de Salud, pero verla renunciar por decir la verdad no se ve bien, no cuando estamos hablando de un grave problema de salud que esta entorpecido por hipócritas que pueden pagar el silencio en este tema.
¿Mintió? No.
Cada hora 14 mujeres se practican un aborto en nuestro país. El dato oficial son 33 mil abortos al año, aunque la cifra puede llegar a 150 mil.
¿Cuál fue el problema? Ah, claro, “clínicas cuicas” y lo de “familias conservadoras”. Por supuesto salieron las amenazas a la ahora ex Ministra para que denuncie… ¿No hay una sensación de deja vú en esto? ¿No fue lo que le pasó al ex General Director de Carabineros Alberto Cienfuegos hace más o menos un año, que puso en su cuenta de twitter: “#Aborto Sé de 1 altísimo jerarca de la UDI q envió al extranjero a la polola de su hijo y financió el aborto”? Todos a coro: que denuncie, que denuncie. ¿Cómo probar algo por lo que precisamente se paga para que no quede rastro?
¿O para que les pase lo mismo que a Línea Aborto Libre ? Esta organización que tiene testimonios que prueban lo que Helia Molina ha dicho, tiene cuatro querellas. Porque si hubiera aborto legal para todas las mujeres ¿Cómo podrían vender el Mistrol a 150 mil y 200 mil pesos? Es cosa de buscar por internet Misoprostol o Misotrol, también conocida como Cytotec, Arthrotec, Oxaprost u Cyprostol.
No es chisme de resentido social ni nada parecido. Todos sabemos que desde que el aborto se consideró ilegal, varias hijas de familias conservadoras han pasado por lo que conoce como “la ruta del aborto“. O sea, un viaje inesperado a Buenos Aires, Miami, o a Cuba, que son los dos destinos habituales para estos casos. O pagan los cerca de $4.000.000 que puede llegar a costar abortar en Chile… perdón, que cuesta la “apendicitis”. Porque lo absurdo de los ataques que esta recibiendo Helia Molina, es que sabemos el precio que cobran en esas clínicas, y por un poco más, buscando por internet, incluso sabríamos los nombres de los médicos. Y hay denuncias al respecto, como en el caso de Joannon y las adopciones irregulares.
No es la ministra la que debe denunciar, son las mismas clínicas las que deben hacerlo. Pero no lo hacen, porque hay negocio. El negocio de que pagues para abortar, y que tu historial quede impoluto. Porque si no, podrías entrar en la cifra de las muertes por inducirse abortos, que es, como la misma Helia Molina dijo cuando aún era ministra “la tercera causa de mortalidad materna en Chile”. Que es precisamente lo que las abogadas Lidia Casas y Lieta Vivaldi denunciaron en el XI Informe sobre Derechos Humanos en Chile 2013 de la Universidad Diego Portales.
Helia Molina tal vez no fue la mejor Ministra de Salud, pero verla renunciar por decir la verdad no se ve bien, no cuando estamos hablando de un grave problema de salud que está entorpecido por hipócritas que pueden pagar el silencio en este tema. Esto no puede continuar así, no podemos seguir tapando el sol con un dedo.
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