Para que la ciudadanía no dirima en base al binarismo izquierda/derecha, expertos señalan que los promotores del rechazo han vuelto a apelar al recurso del miedo, a lo que se adiciona un incentivo al sentimiento de decepción sobre la Convención.
Fue el partido Repúblicano la primera tienda política en oficializar el rechazo a la nueva Constitución el pasado 14 de mayo, un día antes de que la Convención Constitucional emanara su primer borrador. La decisión, en ese entonces, agudizó las diferencias con sus aliados estratégicos de Chile Vamos, cuyos timoneles calificaron la decisión del partido liderado por Rojo Edwards como apresurada y atentatoria contra la directriz del conglomerado de dejar a la ciudadanía a la vanguardia de aquella decisión, en tanto aún no se realizaban los consejos generales de las tres colectividades, desde donde se desprenderían los pronunciamientos definitivos respecto al plebiscito.
El 4 de junio, a un mes antes de la entrega del texto final de la Convención al Presidente Boric, se desarrollaron estos consejos deliberadamente simultáneos en la UDI, RN y Evopóli, lo que habilitó a los partidos a emanar una resolución a nivel de coalición: ir por el rechazo. Con esa opción sincerada, la derecha robuteció sus estrategias para no rechazar a secas, insistiendo en alternativas de reforma fuera de la vía de la Convención. En ello adhirieron a la propuesta de disminución del quórum de los 2/3 para reformas a la actual Constitución. Puerta que se encargaron de abrir los senadores decés, Ximena Rincón y Matías Walker, al ofertar un guarismo de 4/7.
En términos de la campaña, el sector ha buscado evitar que los votantes diriman bajo el binarismo izquierda/derecha, quitando el protagonismo “a los políticos” -como ha sostenido el senador Chahuán- para incentivar un relato de orden más ciudadano. Para estos efectos es que se ha promovido el despliegue convencionales y facilitadores de los contenidos del borrador y es en esa línea, que el ex presidente Sebastián Piñera y el otrora candidato presidencial, José Antonio Kast, han ido a parar a la retaguardia del proceso.
Bajo esas consideraciones, analistas políticos, en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, han abordado las ideas que la derecha ha buscado instalar en una nueva campaña por el rechazo, desde donde reconocen viejos elementos del sector, tales como la apelación al miedo y el clivaje expectativa/desilusión en torno a la manera en que se llevó a cabo el proceso constituyente.
A juicio del abogado e investigador del Instituto de Estudios de la Sociedad (IES), Rodrigo Pérez de Arce, es a través de esta última contradicción que la derecha tiene posibilidades de conectar con la ciudadanía. “Cuando gana la opción de Convención Constitucional y cuando gana una estructura de fuerzas para integrarla aparece toda una ilusión respecto a cómo se iba a comportar, qué tipo de cosas iban a ser importantes, cómo se iban dar las discusiones, sobre todo por el ingreso de muchos y muchas constituyentes a este espacio, ahora el desarrollo de la Convención por distintos motivos muchas veces pareciera no hacerle justicia a esa expectativa que había suscitado sobre la Convención y por eso creo que la desilusión sobre el proceso, puede ser un factor importante“, sostuvo.
En esa línea, el Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma, Tomás Duval, consideró que será la desilusión la idea fuerza envolverá la campaña por el rechazo, que es además a la que tributan los resultados de los últimos sondeos sobre el plebiscito.
“Ante la esperanza del proceso constituyente, se contrapone el concepto de desilusión en el sentido de que básicamente es tan malo que la ciudadanía tiene una fuerte crítica a la Convención, según la última encuesta CEP, la Convención tiene un 20 a un 22 por ciento de aprobación, por lo tanto, como órgano no tiene una percepción muy sólida y tiene una percepción negativa de los constituyentes entonces yo creo que ahí se construye o se va a ir construyendo esta campaña del rechazo”, afirmó.
Pero el relato del rechazo no queda claro a juicio del del director de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central, Marco Moreno, quien considera que desde dicha opción “no se ha logrado articular un clivaje, un elemento que sea el que pueda efectivamente de una manera sencilla, simple, convencer”.
“Hasta ahora lo que hemos visto es una suerte de consenso negativo respecto del rechazo, es decir, están de acuerdo con rechazar, no queda claro cuál sería la razón para hacerlo y cuál sería la alternativa frente a lo que se está planteando. A eso, a la falta de un discurso más allá de un consenso negativo respecto al rechazo, estoy observando en el rechazo una falta de rostros y elencos que es muy importante en una campaña que va a ser fundamentalmente mediática“, señaló.
Bajo el parecer de la jefa de la Carrera de Ciencia Política de la Facultad de Gobierno de la Universidad de Chile, Claudia Heiss, el recurso de desprestigio de la Convención y la promoción de la idea de que los convencionales son personas poco calificadas, es la estrategia de quienes promueven el rechazo para presentarse al margen del conservadurismo y no como una opción que busca mantener el status quo. No obstante, en la apelación al miedo es donde flaquea los intentos de des-conservadurismo, señaló.
“Que el texto de la Constitución es un texto que va a dividir a Chile, que es peligroso, que genera una serie de cosas entonces se están tratando de levantar voces alarmistas respecto de lo que podría pasar con la nueva Constitución y apelar en esta ocasión al temor al cambio, porque hay algunos cambios importantes como la eliminación del Senado, el Estado regional, que por cierto va a significar desafíos nuevos para la democracia, entonces ahí yo creo que sí se apela a un argumento conservador en términos de que estos cambios son peligrosos y entonces se busca instalar el miedo al cambio”, afirmó.
Ahora bien, consideró que este miedo puede encontrar eco en la ciudadanía, lo que podría radicar en que el resultado del plebiscito de salida sea más estrecho que el de entrada. “Es verdad que ha aumentado una tendencia conservadora a la luz de un período largo de inestabilidad, de inestabilidad económica sobre todo por la pandemia, por la inflación, de inseguridad pública y todos esos factores alimentan una voluntad más conservadora. Yo creo que a ese miedo está tratando de apelar la derecha en la campaña del rechazo y también a esta opción que a mi juicio es poco creíble, de rechazar para reformar”.
Los réditos que pueda generar al rechazo el contexto de inestabilidad fue un punto en el que también hizo hincapié Pérez de Arce. “Cómo se recibe un proyecto bien ambicioso de transformaciones que involucra transformaciones insticionales, políticas, incluso transformaciones sociales en el modo de entender las relaciones entre las personas con un contexto que ofrece incertidumbre más allá de la Constitución. Todo proceso de cambio trae incertidumbre, pero acá además tenemos un contexto global y nacional”, adicionó.
Ahora bien, desde la perspectiva de Moreno, el recurso emocional y el sentimiento del miedo, entre otras pulsiones, ha tenido poca efectividad para la derecha. “No resultó en la campaña presidencial, no resultó en el plebiscito del 88, no resultó en el plebiscito del 2020, la apelación al miedo, la apelación a sentimientos y la lógica de las emociones, no ha rendido del punto de vista electoral como la derecha históricamente ha intentado”, señaló.
“Si bien es cierto que la gente está un poco desesperanzada de lo que fue el proceso, hubiera esperado otra cosa, estamos en un minuto que podríamos denominar el momento interpretativo en donde la gente está siguiendo, está escuchando, está leyendo, está viendo a través de la televisión a aquellas personas que están interpretando a la Constitución y es ahí donde el rechazo debería tener elencos que pudieran hacer una buena interpretación de lo que dice, que según ellos no favorecería para un desarrollo del país, eso es lo que no veo tan claro“, expresó.
Para Duval en tanto, el descontento respecto a la Convención es donde tiene asidero el concepto de rechazar para reformar. Una idea que a su juicio radicaría en una inflexión de la campaña y que articularía a los diversos actores sociales y políticos.”Lo que debería preocupar al rechazo es que la población quiere el cambio y por lo tanto la población no quiere volver atrás. En ese escenario, el rechazo tiene que mostrar que tiene una vía de cambio”, relevó. Pero la fórmula destacada por Duval es poco fértil a ojos de Heiss.
“Hacer otros acuerdos para volver a la vía de la reforma dentro de las instituciones de la Constitución del 80 es una vía que tiene poca credibilidad porque eso fue lo que se hizo desde el retorno de la democracia que significa básicamente rechazar con el poder de veto de la derecha. Yo creo que eso está bastante claro en la ciudadanía“, afirmó.
Fuente: Radio Universidad de Chile