Presidente Boric encabezó homenaje a Salvador Allende por el 50° aniversario de su discurso en la ONU

La actividad, organizada junto al Gobierno español, tuvo lugar en el Instituto Cervantes de Nueva York y contó con la presencia de familiares del fallecido Presidente.

El Presidente Gabriel Boric y su par del Gobierno español, Pedro Sánchez, encabezaron este miércoles en Nueva York un homenaje por el 50° aniversario del histórico discurso ante la ONU de Salvador Allende, un año antes de ser derrocado en el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.

La ceremonia tuvo lugar en el Instituto Cervantes de la Gran Manzana, con presencia además del mandatario peruano, Pedro Castillo, y del conocido actor chileno Pedro Pascal («Narcos», «The Mandalorian») que acudieron a escuchar a la tercera hija de Allende y hoy senadora, Isabel Allende Bussi, así como a la nieta Marcia Tambutti, titular del Directorio del la fundación con el nombre del homenajeado.

La presidenta del Partido Socialista, Paulina Vodanovic, destacó a Cooperativa que para la colectividad «es muy importante este homenaje que ha organizado el Gobierno de España y el Gobierno chileno. Ese discurso fue ovacionado y da cuenta de la postura democrática del Presidente Allende, de su irrestricto apego a la institucionalidad chilena, y también de cómo tuvo la valentía de denunciar las presiones de las distintas instituciones internacionales que hubo en contra de su Gobierno».

El acto comenzó con una retransmisión de fragmentos de aquel histórico discurso en el que denunció a las «fuerzas que operan en la penumbra, sin bandera, con armas poderosas, apostados en los más variados lugares de influencia», y donde pronunció alguna de sus emblemáticas frases como que «Existe el imperialismo porque existe el subdesarrollo, y existe el subdesarrollo porque existe el imperialismo».

Durante su intervención, el Presidente Boric señaló, sobre la trascendencia histórica de Allende, que «no hay que tenerlo como una figura inmóvil, sino también como una idea, una idea que va adecuándose según los tiempos, una idea que va inspirando, una idea que está vigente porque cambia», y agregó que, «creo que ese, también, es un aprendizaje. Los principios son incólumes, pero los caminos que tomamos, sin lugar a duda, se tienen que adecuar a las circunstancias que vivimos».

«La vigencia del pensamiento de Salvador Allende está en la consecuencia con la que actuó y, como decía antes, en su irrenunciable convicción democrática. Y, hoy día, tenemos el deber de encarnar esos principios en cada una de nuestras acciones porque la tentación de tomar otros caminos es muy fácil, lo vemos en países cercanos», declaró el Mandatario.

También tomó la palabra el escritor argentino-chileno Ariel Dorfman, que fue asesor cultural de Allende entre 1970 y 1973, año en que marchó al exilio por el golpe de estado para establecerse definitivamente en Estados Unidos.

A Dorfman le sucedió la senadora Allende, prominente política del PS desde el regreso de la democracia, quien agradeció el acto en nombre de la familia, y tras ella subió al estrado la Orquesta Juvenil de la Pintana, que interpretó dos canciones.

PEDRO SÁNCHEZ EVOCÓ EL PARALELISMO ENTRE LA ÉPOCA DE ALLENDE Y LA ACTUAL

El jefe del Gobierno español, que está inmerso en una intensa semana de actividades políticas y diplomáticas en Nueva York con ocasión de la Asamblea General de la ONU, pronunció en el Cervantes uno de sus discursos más emotivos, en el que aludió incluso al buque Winnipeg, fletado por el poeta Pablo Neruda para salvar a cientos de refugiados españoles en 1939 y llevarlos hasta el puerto de Valparaíso.

Sánchez hizo guiños ideológicos a Boric evocando un paralelismo entre la época de Allende y la actual, donde detecta «una ofensiva de movimientos reaccionarios a escala mundial que viven de alimentar el miedo y la incertidumbre entre nuestras sociedades».

Según Sánchez, existen todavía, como entonces, «organizaciones globales ajenas a todo control (que) siguen condicionando debates y marcando el devenir de mercados que funcionan de forma ineficiente», y ello es «corrosivo para la democracia: sospechar que la ciudadanía elige cada cuatro años a quien gobierna, pero no a quien realmente manda».

El acto terminó con la entrega de una copia de aquel discurso de Allende a Boric, Sánchez y a la propia Isabel, regalo del ministerio de Exteriores chileno y que fue entregado por la canciller chilena Antonia Urrejola.