Flavia Torrealba (FRVS): “Si la derecha no muestra voluntad, la discusión de este proceso constituyente puede detenerse”

La presidenta de una de las colectividades de la alianza de Gobierno afirma que, con el proceso constituyente, se está poniendo el foco en un lugar diferente a las urgencias ciudadanas. La misma que hace más de un mes señaló que ya no existía el momento constituyente, dice creer que habrá indicaciones al acuerdo suscrito por todas las fuerzas con representación parlamentaria –a excepción del PDG y Partido Republicano– cuando se vote en el Congreso. Para que el acuerdo político se mantenga –subraya Torrealba– se requiere de la voluntad de la derecha económica de avanzar en los temas urgentes para la ciudadanía, como la mejor distribución de la riqueza y pensiones. «Si la derecha no muestra la misma voluntad que tuvo Apruebo Dignidad, que hicimos sacrificios gigantescos en este proceso para sacar adelante este pacto político, se puede trabar la discusión de este proceso y puede detenerse», sostiene.
Si la derecha económica mantiene el veto y traban la aprobación a la reforma previsional y tributaria impulsadas por el gobierno del Presidente Gabriel Boric y el ministro de Hacienda Mario Marcel, el acuerdo constitucional se puede caer”.

Es lo que señaló Flavia Torrealba, presidenta de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS) –partido de la alianza de Gobierno que cuenta con dos senadores y dos diputados–, en una carta el miércoles 14 de diciembre. Ello fue dos días después de poner su firma en el pacto entre oficialismo y oposición que da la posibilidad de abrir un nuevo proceso constituyente, con el nombre Acuerdo por Chile.

El mismo día, desde otra colectividad de la base de Gobierno, el partido Comunes –con tres diputadas–, difundieron una misiva donde expresaron que en el acuerdo “existen excesivos elementos de tutelaje que restringen el debate democrático” y que buscarán incorporar una propuesta que asegure participación ciudadana.

Para iniciar un órgano que elabore una nueva Constitución se necesita votar una reforma constitucional, que requiere ser aprobada por un quórum de 4/7, tanto de la Cámara de Diputadas y Diputados como del Senado.

Sobre la carta de Comunes, Vlado Mirosevic, presidente de la Cámara Baja, dijo este jueves –en conversación con Radio Infinita– que es «inaceptable” que busquen cambiar el acuerdo —que necesitó más de tres meses de conversaciones antes de salir a la luz— para hacerle “mejoras”.

-¿Cómo puede caer el acuerdo?
-Si la derecha no muestra la misma voluntad que tuvo Apruebo Dignidad, que hicimos sacrificios gigantescos en este proceso para sacar adelante este pacto político, se puede trabar la discusión de este proceso y puede detenerse. Puede caer si la voluntad no está puesta desde la derecha económica. Vemos en Europa y Estados Unidos que están pidiendo incremento de impuestos, y vemos en Chile la evasión y la elusión como una industria prácticamente establecida.

-Pero desde el principio se ha dicho que el acuerdo constitucional y las reformas como la tributaria y la de pensiones deben ir por carriles separados…
-La derecha planteó eso. Desde las primeras reuniones yo dije que, como gesto a las fuerzas políticas que estábamos sentadas y al Gobierno, la derecha económica principalmente, debía manifestar su voluntad para sacar adelante la reforma tributaria y la de pensiones. No es por una cuestión antojadiza. Estamos llevando a la ciudadanía por un proceso constituyente que no es parte de las urgencias que aparecen en las conversaciones y movilizaciones. Creemos que, para resguardar la confianza de la ciudadanía en el sistema político, es que este debe responder de manera adecuada a sus demandas.

-¿Tiene que ver esto con el motivo por el cual no firmaron el pacto el 15 de noviembre de 2020 como FRVS?
-Si en ese pacto las fuerzas políticas hubieran acordado sacar adelante una reforma tributaria que permitiera la mejor distribución de la riqueza, o hubieran comprometido una reforma de pensiones, la FRVS habría estado ahí. Pero se apostó por un texto constitucional que, si bien es sumamente importante, no atendía a los requerimientos de la ciudadanía movilizada.

-¿Cuál cree que es la importancia que le dio la ciudadanía al Acuerdo por Chile al que llegaron el lunes?
-Creo que la gente tiene conciencia de que es un proceso importante, pero lo ve con distancia. No veo una efervescencia donde estén politizadas las conversaciones. Creo más bien que las conversaciones diarias tratan de cómo las comunidades se defienden de la inseguridad y de las miserias con que están viviendo los adultos mayores. Es responsabilidad de todo el sistema político hacerse cargo de esas demandas y de que la gente se revincule con el proceso constituyente. Que, por muy importante que sea, no es lo más urgente.

-Ante la incertidumbre que producían las conversaciones, ¿no era necesario darles un fin?
-La incertidumbre era más bien para los sectores empresariales.

-¿No es importante zanjar la discusión de un nuevo proceso constituyente?
-Era importante cerrar la conversación, sin embargo, nunca puede ser a cualquier precio. Creo que habrá indicaciones en el Congreso Nacional, que por cierto es un órgano representativo de la ciudadanía y que fue elegido por representación popular, que tiene la legitimidad de introducir cambios a esta propuesta que le hizo el mundo político a través de los presidentes de los partidos.

-¿Cuáles son sus principales reparos con el contenido del acuerdo constituyente? 
-Hay incomodidad en bastantes sectores, no solo en Comunes y en la Federación Regionalista Verde Social (FRVS). Creo que los cerrojos fueron los principales errores. Si se estableció un grupo de expertos, ya se hacía innecesario tener las bases y un Comité de Admisibilidad, que es una suerte de Tribunal Constitucional. Se lesiona gravemente la voluntad ciudadana con este anteproyecto que se va a entregar, siendo además un exceso las bases constitucionales. Se corre el riesgo de tener un comité de admisibilidad que vaya a refrendar las decisiones que han tomado otros, en consideración a que la ciudadanía está representada en su poder originario en el Consejo Constitucional –elegido por votación–. Va a estar ya muy aguachentada la posibilidad de que esta convención pueda tomar decisiones libremente y que pueda dar las discusiones políticas de fondo.

-¿Sigue pensando que ya no es momento constituyente?
-El momento constituyente se cerró cuando la ministra Tohá anunció que iba a bailar con él su primer pie de cueca y no se llegó a acuerdo en septiembre. Estamos en otro momento, abriendo otra etapa del proceso con la firma del pacto. Veremos cómo se dan estas etapas y si somos capaces de articular otro momento constituyente.

-¿Como qué discusiones?
-Las constituciones deben atender a la distribución del poder y a su diseño, y si las bases ya vienen congeladas, creo que no vamos a resolver los problemas de este Gobierno o los futuros. Como entregarles más poder a las regiones, más capacidades normativas y posibilidad de planificar la actividad económica y protección a sus sistemas.

-¿Cree que el sistema electoral aplicable a las circunscripciones senatoriales, con el que se elegirá a los integrantes del Consejo Constitucional, no es representativo de las fuerzas políticas en el país?
-Sí. El sistema que se concordó, básicamente para apoyar al Presidente Gabriel Boric, va en contra de lo que la FRVS había propuesto, que era definir una cantidad de consejeros constituyentes que reflejara no solo los temas territoriales, sino que corrigiera por población. Evidentemente el voto de algunos territorios vale más que el de grandes concentraciones urbanas.

-¿Qué opina de la poca presencia de las mujeres en las vocerías que daban los grupos durante las conversaciones constitucionales y en la cobertura del acontecimiento?
-Las mujeres fueron colaborativas y buscaron darles mayor amplitud a sus miradas. Por lo tanto, es lamentable que en esta suerte de machismo público hayan sido invisibilizadas, porque la verdad fueron las grandes facilitadoras. Destaco a Paulina Vodanovic (PS) y a Natalia Piergentili (PPD), sin las cuales habría sido difícil compatibilizar las expectativas de la diversidad de fuerzas políticas de los sectores progresistas y los desafíos que planteaban las derechas. Tuvieron su atención en lo que estaba pensando la militancia de la alianza de Gobierno. Por parte de la derecha también hubo mujeres que tenían una visión amplia del proceso, sin las cuales no se podría haber llegado a acuerdo. Pero rescato que ya estamos en un momento en que la gente es capaz de ver este fenómeno. La reacción, al ver las imágenes en los medios, fue fuerte.

Fuente: El Mostrador