En su última cuenta pública, después de ocho años de gestión, el Contralor General de la República, Ramiro Mendoza, realizó un duro análisis de la contingencia atravesada por casos de corrupción y fraude.
Citando explícitamente casos como La Polar, la colusión de las Farmacias, y los recientes casos Cascadas, Penta y SQM, el abogado aseguró que «no podemos cerrar nuestros ojos, la corrupción ha llegado».
En su discurso, Mendoza -quien ocupará el cargo hasta el 10 de abril- expuso que conoceptos como corrupción, coima, soborno, concusión, se han tornado voces frecuentes en medios de prensa, desde hace ya largo tiempo.
«De allí, raudamente, vienen intervenciones de Fiscales, de la Contraloría, del Consejo de Defensa del Estado y de los Tribunales de Justicia, jueces que tienen el deber de juzgar hechos que no debieran suceder. Y, cómo no, luego llegan las decisiones legislativas, bajo la sempiterna promesa de más, mejores, ejemplificadoras y duras leyes –que nunca son tanto- y todo ello bajo ese paradigma tan nuestro, de que todo puede tener solución en la ley, en las leyes. Aunque es frecuente y evidente que, con posterioridad nos olvidamos de aquellas en el tráfago posterior de otras nuevas leyes que reemplazan a las anteriores y así sucesivamente», analizó.
En su discurso aseguró que contra el mal de la corrupción, «no existe la receta legislativa milagrosa, menos aún cuando es el cuerpo social el que está afectado por el flagelo (…) Parece ser que la solución no es necesariamente la dictación de más y más leyes, sin perjuicio de aquellas que conviene materializar en breve plazo», agregó.
Por su parte, el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, sostuvo que el trabajo pro transparecia es parte de un esfuerzo permanente.
«Esto es un trabajo permanente. Y uno puede recordar las agendas de transparencia. Por ejemplo, año 2007, gente que deja Chile en una situacion desde el punto de vista de la transparencia, las tareas del Estado, a estandares mundiales. Esto es un esfuerzo permanente», afirmó.
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